A la vista, las canciones que se programan en las emisoras musicales parecieran ser cientos; sin embargo, en España se ha usado desde los años sesenta un rol musical que atiende sólo al uso de cuarenta temas que van rotando en forma “aleatoria” para formar toda una parrilla musical diaria.
Programar musicalmente una emisora de radio no es meramente un asunto técnico, es un arte sonoro en conjunto que define la identidad de la emisora y responde a términos mercadológicos, sociales y empresariales. Conozcamos los puntos más destacados de este proceso de musicalización en las emisoras radiofónicas:
- Los 40 no es solamente el nombre de la estación musical que iniciara en España la cadena SER, se trata de un verdadero proceso de colocación de lanzamientos, reubicación de éxitos y de un proceso de recordación para el radioescucha que afianza su gusto por la emisora con base en los clásicos musicales y los temas que han llegado para quedarse y se conocen como: los old discs.
- En la parrilla de estos cuarenta temas que corren a lo largo del día, el lanzamiento musical tiene una participación en el rol programático que va de menor número de repeticiones a mayor, esto es tan sincrónicamente pensado que un lanzamiento se escuchará primero en la emisora puntera de rating, luego, a los siete minutos, se escuchará en su primera competidora, y así sucesivamente en cada una de las emisoras que manejen géneros musicales y targets similares. Un lanzamiento pasa a ser éxito musical apenas en tres semanas.
- Luego de las primeras tres semanas de emisión de un tema musical nuevo, y con base en la respuesta de los radioescuchas, se generarán los éxitos musicales, que no son otra cosa más que las canciones que se han colocado “en la preferencia de los oyentes” a resultas de ser top, o punta de la programación musical de la emisora. Un éxito musical se ha repetido el suficiente número de veces en su proceso como lanzamiento que ahora en la psique de la audiencia. Sabremos que se trata de un éxito musical porque además será el más solicitado por los escuchas.
- De las cuarenta canciones que rotan a lo largo de un día en las emisoras musicales, un tercer grupo de diez canciones es el llamado de “los clásicos” que son piezas sonoras que de los tres a los seis meses de ser programadas logran una presencia que aún es reiterada en las peticiones de los radioescuchas. Son clásicos para la emisora, pues a partir de ser canciones ya ubicadas, se suceden en peticiones para ser oídas hasta por un año.
- Los old discs, o canciones de hasta diez años de antigüedad en la programación de la emisora, se colocan como joyas del contenido para afianzar la fidelidad del radioyente. Existen por tratamiento del auditorio emisoras clásicas y de old discs, en estos casos los lanzamientos irán siempre en menor proporción de programación y corresponderán a retomar éxitos musicales de antaño que abarcarán décadas de programación.
- Pero ya he dicho que lograr una programación o parrilla diaria de para una emisora musical es no sólo un ejercicio técnico, es además un arte en su conjunto que lleva a la hechura de la identidad de la emisora, misma que se logra de unir un modelo musical de la emisora con un sonido exclusivo de la emisora, es decir, la composición sonora de temas instituciones de estación, el rol de continuidad comercial (aquí entran los hábitos de contenido que hacen que el radioescucha vuelva una y otra vez a esta emisora) y las voces de la emisora, que no son otra cosa más que el estilo de quienes dan cara sonora a esta emisora. Pienso aquí en estilos, ritmos y slogans que se suman a la parrilla de continuidad. Todo en su conjunto ha de ser una oferta musical, pero además cultural que hace única e irrepetible a esta emisora musical.
- Tal vez sorprenda, pero gran parte de lo que da personalidad a una emisora de radio sobre otra, aún con el mismo tipo de música, es el manejo de su continuidad, es decir, que los spots y las cuñas comerciales y sociales marcarán además la personalidad de la emisora.