Los asistentes al Manchester Arena escucharon varias detonaciones en la parte trasera del estadio tras la última canción del concierto. El recinto, inaugurado en 1995 y con cupo para 21,000 espectadores, fue evacuado de inmediato, provocándose un gran caos, ya que las explosiones se dieron cuando muchos de los asistentes comenzaban a retirarse. La gente se arremolinaba y se empujaba y hubo incluso quien dejó abandonados sus zapatos para correr mejor.
Afuera, muchos padres que esperaban a sus hijos revisaban frenéticamente sus celulares en busca de señales de ellos.
Aunque aún no está confirmado, todo parece indicar que se trató de un atentado terrorista en el que esta vez las víctimas serán, tristemente, adolescentes.