Vivimos en la época de la economía instantánea, donde podemos obtener lo que queramos en cualquier momento. ¿Buscas películas y música? Ahí están los servicios de streaming. ¿Radio? Sólo necesitas conectarte a Internet. Todo está al alcance de la mano y sin salir de casa. Esto ha permitido a los consumidores ser más volubles y cambiar de marca de un segundo a otro cuando tienen una mala experiencia. Hoy, el consumidor tiene control absoluto.
¿Qué está pasando con la radio que vive de los anuncios? Este modelo de negocios está obligado a crear grandes experiencias porque el usuario está brincando a servicios on demand.
La gente quiere eliminar los anuncios a como dé lugar y obtener sólo lo que desean. El peligro está en los consumidores que eligen los servicios que menos anuncios tengan.
Para aquellos que no desean ninguna interrupción comercial están las suscripciones, que no han dejado de crecer. El mercado de servicios de streaming pagados de música creció a 100 millones. De seguro esas personas no han abandonado la radio, pero de todas formas, ya no pasan el mismo tiempo que solían en estos servicios.
¿Qué debe hacer la radio? Debe recurrir a los anuncios nativos. Ésta es una fórmula a la que han recurrido durante años con patrocinios y mensajes al aire antes de un bloque musical o antes de un corte. La gente admite esta clase de anuncios porque las personalidades de la radio son respetadas por los escuchas y su palabra vale oro.
Es importante que la gente frente al micrófono haga de los native ads algo natural que la gente digiera y acepte. La narrativa es clave para que esto suceda.
Hasta ahora, ha sido difícil construir un negocio constante alrededor de la publicidad nativa en la radio debido a la falta de transparencia en el rendimiento de una campaña y las métricas. Ya hay métodos para medir el éxito de la publicidad nativa, pero tampoco son infalibles; sin embargo, cuando la efectividad sea comprobable, la publicidad nativa dará un salto importante a la validación.
A final de cuentas el objetivo principal radica en tener al usuario feliz, con ganas de escuchar y consumir.
