Bajo el cobijo de Grupo Imagen, la estación tuvo un despunte al lograr la plaza de transmisión en la CDMX, devolviéndole a la frecuencia 98.5 el perfil juvenil, irreverente e inteligente que había tenido en años pasados con Radioactivo.
RMX viene acompañado de una página web que en apariencia no dista mucho de otros proyectos, pero que en cuanto a contenido busca un equilibrio entre los diferentes intereses de los jóvenes. Esto va desde la diversidad de géneros (pop, rock, jazz-funk, electrónica, etc.) hasta series de televisión, cultura, conciertos y entrevistas.
Y esto quizás tiene que ver con la persona que está detrás de los contenidos: Gonzalo Oliveros, un comunicador corrosivo, pero comprometido con el propósito de cubrir una de las audiencias mayoritarias y más rentables de todo el país: los jóvenes.
En su columna para Milenio, Rogelio Villarreal hace un breve recorrido de la carrera, pero, sobre todo, de las aptitudes y posturas editoriales que Gonzalo Oliveros ha llevado a RMX y cómo éstas ayudan a construir un panorama alentador para la estación.
Entre su labor enérgica frente al micrófono y su disposición como programador, parece decir Villareal, se encuentra la esencia fundamental del profesional de la radio: acompañar a cada uno de los radioescuchas en donde sea que estén.