A ponerle salsa
La palabra “salsa” viene del latín salsa, que significa salado. Y la sal, como dijo un personaje hace casi ya dos mil años, está para dar sabor al mundo. El aburrido mundo de la radio neoyorkina cambió dramáticamente con la aparición de Fania Records en 1964, fundada por el compositor Johnny Pacheco y el abogado Jerry Masucci para ser el foro de estrellas como Willie Colón, Celia Cruz, Ray Barreto y, sobre todo, convertirse en el templo de la música que vendría a ser conocida como “salsa”. Se trató de una revolución que empezó calladamente, pero que en menos de diez años se convirtió en la palabra más popular de la radio hispana neoyorkina. Así como los jóvenes blancos se radicalizaron durante la segunda mitad de la década de los 70 con la llamada contracultura, y los jóvenes afroamericanos se polarizaron políticamente, se ha dicho que, cuando menos en Nueva York, el barrio latino “rechazó la asimilación y se convirtió en un caldero de creatividad y actitud militante”. El brazo musical de este movimiento fue el son cubano que se transformaría en salsa, y su base de operaciones sería Fania Records.
Fue Polito Vega quien brindó al nuevo género el primer y decisivo impulso hacia su aceptación masiva. Bajo su patrocinio florecieron las carreras de artistas como Celia Cruz, Tito Puente, Ismael Miranda y el propio Pacheco. Un día llegó a la cabina de radio el propietario de Fania Records, Jerry Masucci, y le dijo a Vega que por fin habían sacado su primer single. Yo toqué en la radio el primer disco (de salsa) que se tocó en Nueva York, dice Polito, y fue de la compañía Fania Record, una canción de mi amigo Johnny Pacheco que se llamaba “El campeón”. Sucedió en un show que yo tenía en la media noche. Aunque algunas fuentes atribuyen el nombre de la disquera Fania a una vieja canción cubana, Polito afirma que Fania es una palabra africana. El nombre tiene que haber salido del propio Jerry Masucci o de Johnny Pacheco: ellos trajeron ese nombre a Nueva York después de un viaje a África.
De la WEVD, Polito partió a otras emisoras como la WWRL y después la WVNX, donde conoció al señor Raúl Alarcón, un empresario cubano que había huido de su país tras la revolución y estaba a punto de adquirir su primera estación en Estados Unidos, la piedra angular de lo que hoy es SBS. Cuando estaba en tratos para conseguir mi trabajo en la WVNX, Alarcón iba llegando de Cuba. Él fue a ver al dueño de la estación. A Raúl sí lo contrataron de inmediato. Comenzó haciendo jingles y concursos, y recuerdo que solía decirme que un día él tendría su propia estación. Acabó teniendo muchas más. Entre 1967 a 1970, Vega fue el animador de un programa de televisión llamado El Club de la Juventud, de Telemundo, donde se dieron a conocer de forma masiva importantes bandas como la de Willie Colón. Sin embargo, la televisión no era lo suyo y pronto regresó a la radio. Me gusta más trabajar en la radio porque no hay tanta responsabilidad, confiesa con una carcajada. Para la televisión uno tiene que maquillarse, y hay que estudiar todo lo que se va a decir, porque todo se ve; es un medio visual. En la radio, en cambio, (puedes llegar) con un par de chancletas y un pantalón corto, y nadie se da cuenta.
Una vida de película
En 1989 Alarcón, fiel a su promesa de algún día contar con su propia estación, fundó WSKQ La Mega, la primera FM en español en la ciudad de Nueva York, y de inmediato contrató a su viejo amigo, quien inició su celebrado programa “Salsa con Polito”. En poco tiempo era la emisora en español más popular de la megalópolis. En la WVNX no querían dejarme ir, me ofrecieron más dinero, pero yo quería trabajar en una FM, explica Vega, quien desde La Mega mantuvo encendida la antorcha de la salsa y apoyó a nuevos artistas. Si no fuera por él, esa música ni siquiera estaría al aire actualmente, comentó en alguna ocasión Larry Harlow, uno de los integrantes originales de la famosa Fania All-Stars. Él ha sido quien realmente ha mantenido viva nuestra música todos estos años. Él siempre nos apoyó. Él fue parte vital de todo el movimiento de la salsa, añade Johnny Pacheco, fue uno de sus pilares, en verdad. Cuando estábamos levantando la empresa, él escuchaba cada canción y decía: `Me gusta, voy a promoverla ́, y la tocaba hasta el cansancio. En 1971 Fania logró un lleno total en el Yankee Stadium, lo cual representó un parteaguas en la difusión de la nueva música. El entusiasmo de la palabra salsa, como género musical, comenzó yo diría ese año, afirma Polito. Ahí fue donde se hizo el primer concierto de salsa, en el Yankee Stadium, y ahí fue que comenzó el boom. Al año o dos de aquel evento, salsa era la palabra más popular en la radio.
Fin de la 2da. Parte
Link a la 1era. parte:
Me dejaba identificar la emisora o decir la hora, pero eso era todo: Polito Vega