Si bien algunos concesionarios pueden llegar a ver estas medidas como un intento de limitar la libertad de creación de contenidos, Solórzano señaló que no se trata de violentar la libertad de expresión, sino de respetar los derechos de las audiencias que fueron establecidos por el propio IFT.
Lo cierto es que, en lo que respecta a los medios de radio y televisión abierta, resulta vital tener mucho cuidado al momento de armar la barra programática, pues dado su carácter público tienen que llegar a toda la población ,creando contenidos tanto para adultos, como para ancianos, niños y sectores de la población vulnerables.
Finalmente, Adriana Solórzano argumenta que algunas estaciones o canales de televisión no están cumpliendo con este propósito primario y es responsabilidad del IFT mantener una vigilancia constante y aplicar las multas que sean necesarias sin ningún tipo de excepción.
Yeni Rueda
