Un Cucuy que no asusta
Su asombrosa capacidad para conectar con los radioescuchas permitieron a Renán alcanzar un nivel de popularidad inimaginable hasta entonces. Hubo una época en la que daba la impresión de que el Cucuy era omnipresente, escribe Andrea Carrion. Si no estaba en la radio contando chistes de cantina o ayudando a la gente, estaba en alguna marcha proinmigrante o promocionando algo en TV. El aprecio por Renán llegó a tal punto, que en muchas fábricas de Los Ángeles, los patrones pasaron órdenes prohibiendo a los trabajadores escuchar su programa porque éstos no paraban de reír y descuidaban su trabajo.
En 1997, después de estar un año fuera del aire por mala recomendación de mi entonces manager, me buscaron de La Nueva 101.9 FM de Heftel Broadcasting System. Esa radio tenía un sonido hermoso. Contra todos los pronósticos de mi manager, me llevaron y empecé a trabajar en las cadenas en Phoenix, Chicago, Nueva York, San Francisco, Texas, Houston; casi todo el país. Univisión compró Heftel por 170 millones, tres emisoras, y conmigo la vendieron en 2 mil millones. Ya entré yo como socio y fue cuando empecé a ganar mucho dinero.
En 2006, Renán se sumó a la causa del inmigrante hispano. Su elocuencia en el micrófono y su popularidad fueron factores importantes de movilización en Los Ángeles, donde cerca de un millón de personas tomaron las calles. Sin embargo, estando en Univisión causó revuelo cuando habló al aire en contra de su empresa por las condiciones de trabajo de su equipo, para en seguida abandonar la transmisión. Para ese momento Renán llevaba más de siete años dominando los ratings, superando incluso a sus contrapartes de habla inglesa y obteniendo casi el doble que sus competidores en español.
Su programa estaba sindicado y se transmitía en varias ciudades, entre ellas San Francisco y Chicago. Tiempo después volvería nuevamente a la primera plana, esta vez al ser arrestado bajo acusaciones de violencia doméstica, una situación dolorosa que lo conduciría al divorcio.
Abrumado por los problemas, el 15 de septiembre del 2008 anunció al aire que sería su último programa en la estación La Raza, de SBS, la cadena que lo había convertido, todavía más, en superestrella y en el locutor más escuchado del país.
Sentido del humor
En 2010 Renán Almendárez volvió al aire renovado y sigue haciendo lo que más le gusta. En todos estos años, la trayectoria del Cucuy no ha estado lejos de la crítica y la controversia. En distintas ocasiones lo acusaron de fomentar los estereotipos y el machismo. Yo rompí muchos tabúes. Uso el doble sentido, pero nunca he tenido una llamada de atención de la comisión de radio. Más bien me fueron a felicitar. Me dijeron que me tenían en la mira, pero que yo era muy inteligente, porque sabía regresarme justo antes de entrar a la parte roja. En eso consiste el humor. Yo pongo la idea en la cabeza, tú la produces. Algunos me han catalogado como el mejor contador de chistes en la radio.
Mucho más reconocidos han sido sus esfuerzos humanitarios por medio de la Cucuy Foundation. Cada día me trato de reinventar, explica, pero lo que más me gusta de la radio es que puedes ayudar a la gente. Por medio de su fundación ha logrado hacer la diferencia en la vida de muchas personas a quienes alcanzó la adversidad, construyendo casas y comunidades para damnificados en Centroamérica y varias ciudades de México. Incluso en Indonesia, para las víctimas del tsunami.
Un Cucuy que canta
Almendárez incursionó también en el mundo discográfico. Presentó varios álbums, algunos con canciones y otros con chistes, acompañado por destacados ejecutores de música latina. En 1999 apareció El disco del Cucuy bajo el sello de Sony BMG / RCA, y al año siguiente Cosas de la vida, con Fonovisa. Su tercera entrega, en 2002, se tituló El Cucuy de la mañana con la misma editora. El locutor no pasó desapercibido. En 2001 se coló hasta el número uno del Billboard en la categoría de Regional Mexican Airplay con el tema “Poema de amor”. Al siguiente año, “Naila”, con el Conjunto Primavera, fue un éxito moderado que llegó a la posición número 11 del mismo chart y al Top 40 dentro de la categoría Hot Latin Songs, en marzo de 2002. También ha sido actor. Yo soy más actor que locutor. Estuve en Tierra de pasiones con Héctor Suárez, Gabriela Spanik y Saúl Lisazo; hice películas mexicanas con Juan Valentín y Pedro Infante Jr. Aunque la verdad yo quería ir a Hollywood.
El más reciente reconocimiento que le ha dado su país adoptivo fue en 2014, la estrella número 2,535 del Paseo de la Fama de Hollywood, en la categoría de Radio. Su estrella brilla en el número 6141 de dicha arteria. Pero naturalmente, la relación con su país, Honduras, ocupa un sitio más especial en su vida. En mi país hice teletón durante siete años. Llevé a artistas de calidad como José José, Paty Manterola, el Puma, Ezequiel Peña; era un gran festival. Tengo una estrecha relación con Honduras. Cuando me gané la estrella en Hollywood tuve el gusto de que el presidente de la república me llamara a mi casa para felicitarme.
Cambios de fortuna
Vale más decir la verdad que sostener la mentira . Así comienza el libro autobiográfico de Renán Almendárez, una narración honesta donde no evade ningún asunto, por más doloroso que para él resulte. Como pocos, sabe de los cambios de la caprichosa fortuna, de pasar de la pobreza a la opulencia, de la adoración de la gente a la tristeza y nuevamente a la paz. La vida me enseñó que abajo se vive mejor. Abajo se vive con más libertad. La fama no la pierdo, porque la gente me saluda. No es lo mismo ser famoso, que ser famoso y que te quieran. Yo, como soy de abajo, no experimenté nada nuevo. Me di cuenta de que abajo se es más feliz, se disfruta mejor del plato de frijol con arroz, de la familia, porque estás con ellos; aprecias más el restaurante pequeño, la pequeña cafetería. Abajo, en Lapaterique y luego en Tegucigalpa, fui inmensamente feliz con mi madre y con mi padre. Así como yo hice el edificio, y yo lo destruí, yo lo voy a volver a construir. El éxito es la neblina de los perdedores y el escondite de los cobardes. Lo puedes lograr como padre, como hermano, como profesional, como manager o locutor pero finalmente, el éxito siempre se escribe con X .
El Cucuy de la Mañana, un feliz fenómeno de la radio del cambio de siglo, como el personaje del cuento ha cumplido su misión de inspirar, no miedo, sino entusiasmo, gracias a la pasión que siempre ha movido a Renán, tanto en la cumbre como en la pobreza. Cuando yo era un jovencito, ni mis hermanos creían en la radio. Un día llegué pidiéndoles comida, y mi hermano me dijo: `¡Come discos! ́. Pero yo mantuve la pasión y por eso cada día me reinvento. Cada día sigo pendiente. Y me muestro como soy. La verdad es íntima amiga de la memoria.
Link 1era parte
http://radionotas.com/el-cucuy-confortando-a-los-migrantes/
Link 2da parte
http://radionotas.com/el-complemento-perfecto-del-desayuno-popular-el-companero-alegre-del-camino-el-antidoto-a-la-fatiga-el-cucuy/