En entrevista para RadioNotas, nos contó qué tan complicado fue para él llegar a trabajar en producciones de alto nivel en Estados Unidos y algunos consejos para quienes piensen que con el momento de la política migrante norteamericana actual, va a ser complicado llegar a triunfar “del otro lado”.
¿Cuéntanos cómo conseguiste trabajar en producciones tan grandes como las que ahora realizas?
Ha sido un camino largo, yo empecé grabando videos con mis primas y a partir de ahí llamé la atención de la gente, después me metí a estudiar a Centro e hice algunos otros trabajos como el documental Mextilo, que fue presentado en el festival ASVOFF, en Paris con Diane Pernet, Jean Paul Gaultier, Stephen Jones, entre otros importantes artistas de la moda. Trabajé con personas que ya tenían una trayectoria importante haciendo videos, como Ricardo Calderón, uno de los directores más importantes de México, y después decidí venirme a trabajar a Los Ángeles.
¿Siempre supiste que querías hacer videos musicales?
Creo que siempre lo tuve claro, por eso empecé de manera intuitiva y amateur, pero cada vez estoy más convencido de que las nuevas generaciones debemos explotar nuestras capacidades en diferentes disciplinas. Como que la gente antes pensaba que había que prepararse para hacer una sola cosa para toda la vida, pero es importante desarrollarse en diferentes áreas. Yo empecé desde muy chico a escribir en una revista de videojuegos que se llamaba Atomix, luego me contrataron para participar en Radio Canadá Internacional, también fui blogger, ahora hago videos de música, tengo un documental de moda mexicana y me quiero involucrar en la creación de música y desarrollar un proyecto completo, llegar a producir un video en el que todo el concepto sea mío, desde la música, el arte, el vestuario y todo.
¿Qué tan complicado es para un joven mexicano irse a probar suerte en Estados Unidos?
Para mí fue un reto cambiar de país porque uno piensa que México y Estados Unidos son muy similares, pero la verdad es que la sociedad es muy diferente. Además empiezas de cero por completo. Si no tienes familia, ni amigos, no sabes ni como tomar el camión ni como funciona la infraestructura, la gente ni nada… Fue difícil ese cambio, pero intenté mantenerme enfocado en el trabajo. Es un proceso un poco largo, pero después de un tiempo te vas acomodando. Tu trabajo es el que siempre habla por ti y te posiciona en dónde quieras estar. En este caso yo me fui a Los Ángeles por la cercanía y la oportunidad, pero creo que en cada proyecto que hacemos es más común que se piense de forma global; si tu trabajo se ve en todo el mundo, te irás abriendo cada vez más puertas.
¿Laboralmente qué tan diferente fue? Porque ya tenías cierto curriculum trabajando en México.
Algo significativo en ese aspecto es que en México te ponen muchas trabas. Con quienes trabajé a casi todas mis propuestas les encontraban un pero o decían que no era viable; no cambio por nada esas experiencias, pero en Estados Unidos esto era muy diferente, en cuanto proponía algo me preguntaban la forma en que íbamos a hacer para conseguirlo. En vez de ponerme trabas me daban opciones o veían la forma de lograrlo. Eso para mí era un voto de confianza que en México difícilmente te dan.
¿Crees que estando Trump pueda haber más complicaciones para los migrantes que quieran trabajar allá?
Espero que no impacte de manera negativa. Estoy convencido de que una raza, un color o un tono de cabello no debe determinar quién eres hablando creativamente. Todo mundo debe de tener las mismas oportunidades siempre y cuando sea bueno en lo que quiera hacer.
Aarón Enríquez