¿Cómo van el proceso de la radio digital?
Bien. Llevamos un proceso de digitalización muy fuerte, se ha alcanzado un buen espacio en todo el tema que es clave de todo el mundo. Vamos a pasos agigantados. Ya tenemos un mayor alcance, es más fácil tener una emisora, no como antes.
¿Cree que la digitalización es un asunto de Estado o de iniciativa privada?
Yo creería que es un binomio. Se necesita el concurso de los dos, el Estado que regule un marco jurídico claro y la iniciativa privada como para que también impulse el punto de estado económico. Se busca tener mayor cobertura, pero es malo no contar con los recursos.
¿Cómo es el papel de crear nuevas audiencias?
Es una lástima de nuestro país. Últimamente en la radio, más que en la tele, hay un facilismo del formato. Hay un lenguaje soez, vulgar, que cautiva no solo a los jóvenes, que es incluso intrusivo y también se mete con las intenciones de las personas, eso les gusta. Puedes contar por minutos las palabras soeces, el número de groserías a nivel xenófobo, sexista, en el caso los hombres, machismo y se hiere a la mujer. Hasta incitan que las mujeres se “empeloten” (desnuden). Es una radio sensacionalista, también en la forma de abordar la noticia.
¿Cómo se pueden modificar estos contenidos para bien?
Con creatividad, imaginación; caemos en el facilismo y los lugares comunes. Hay que observar lo que no ven los demás y ahí podemos encontrar maneras de narrar, pero creemos que eso no es noticia.
Miriam Canales