El IFT, encargado de regular las operaciones radiofónicas en el país, ha señalado que las radios comunitarias no pueden recibir dinero por venta de espacios publicitarios o del sector privado debido a su naturaleza.
Para cubrir el vacío económico se ha designado el 1% del presupuesto que el Estado invierte en comunicaciones. Sin embargo, este recurso no ha llegado a las radios comunitarias porque el IFT ha retrasado la regulación y la distribución de los recursos.
Si bien no cumplen una función comercial, las radios comunitarias han tenido un gran significado social, como un puente para comunidades que se encuentran alejadas o que no son el target de las grandes compañías.
A pesar de las condiciones adversas, muchas asociaciones siguen conjuntando esfuerzos para mantener los proyectos vivos y que los objetivos alcanzados no desaparezcan, demostrando la constancia y compromiso de la radio comunitaria con la sociedad mexicana.
Yeni Rueda