Entretenimiento local piensa poco o nada en los niños

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    RADIO NOTAS.- Es el mediodía de un fin de semana, en un salón de belleza de un barrio de Santo Domingo. La peluquera atiende a sus clientas mientras Manuel, su hijo de 4 años, juega en el piso y canta de memoria un dembow que invita a la práctica del sexo oral.

    La canción pudo haberla oído en la radio, en la calle, en la televisión, la bocina del negocio de enfrente o de boca de algún vecino. Quién sabe de dónde le llegó el mensaje. Lo cierto es que lo alcanzó y ahora Manuel, producto de su inocencia, capacidad de memoria y falta de ocupación, es un repetidor activo de mensajes que en el pasado estaban reservados para adultos.

    Como él, miles de niños crecen en barrios dominicanos bombardeados por los mensajes no aptos para menores que a través de la música, la televisión y la radio les llegan sin que a los emisores parezca importarles.

    Gran parte del entretenimiento local está marcado actualmente por propuestas en las que la promoción de destrezas sexuales, la obtención de dinero fácil, el culto al cuerpo y la apología a las actitudes cuestionables de la sociedad son el tema central.

    Esto se contradice con lo establecido en el párrafo dos del artículo 19 del Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes que dice que “las emisoras de radio y televisión transmitirán en horario clasificado para niños, niñas y adolescentes, programas con finalidad educativa, artística, cultural, informativa y formativa en valores y prevención de la violencia”.

    ¿Quién controla esta situación?

    Para regular esto el país cuenta con el Reglamento 824 para el funcionamiento de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía (CNEPR), un ente creado hace 45 años.

    La función principal de esta Comisión es vigilar que las emisiones de radio y televisión, al igual que los espectáculos públicos que se desarrollen en el país, no atenten contra “la moral y las buenas costumbres”.

    En sus inicios, la Comisión desempeñó su papel de modo drástico, pero en la actualidad no es más que un ente desfasado e inoperante del que rara vez se oye hablar.

    Pero, en ese entonces, el país no contaba ni con la cuarta parte de las emisoras radiales y canales de televisión de ahora. Tampoco había internet. Y no eran tantos los actores a vigilar.

    Desde 2011 al frente de esta comisión está el locutor J.M. Hidalgo y no llegan a 10 las resoluciones emitidas desde esa fecha, al menos, no las encontradas en los medios. (Se solicitó las resoluciones a la Comisión hace más de un mes y todavía no han sido entregadas).

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