En varias ocasiones he hablado de la necesidad de realizar Airchecks para lograr una mejora continua en nuestra forma de hablar en la radio.
Mediante esta técnica, nuestro jefe escucha con atención la grabación de un turno o programa y nos hace críticas constructivas acerca de lo que no salió bien y cómo mejorarlo, y nos invita a seguir haciendo más a menudo lo que salió bien.
Si usted quiere saber en qué consiste esta técnica y cómo sacarle el mayor provecho, lo invito a leer este artículo: “Airchecks: cómo aprender de los errores”.
Otra forma de mejorar su locución, no solo para la radio sino también para sus pódcasts e incluso para sus videos es grabarse usted mismo y analizar con atención lo que hace. Eso también cuenta como aircheck.
De esta forma es probable que se dé cuenta de que, sin pensarlo, usted usa una serie de expresiones de relleno como “eeeeh”, “hummmm”, “esteeee” o frases como “así que ya lo saben”, “así que estén pendientes”, o la tan de moda “pues, nada” que demuestran que no sabía cómo terminar su cuento o que no tenía nada preparado para continuar.
Términos como «básicamente» y «en realidad» diluyen su mensaje, pueden hacer que parezca inseguro de usted mismo o que no preparó lo que iba a decir. Estas frases, expresiones y palabras de relleno saturan su mensaje y disminuyen la claridad.
Lo que pasa es que muchas veces creemos que tenemos que rellenar los silencios por el temor a que el oyente se vaya. Esto se ha exacerbado con el uso de los softwares de edición de audio con los cuales hay productores que procuran borrar cualquier silencio, quitando la naturalidad del habla y haciendo que el locutor suene como un robot.
Pero resulta que en nuestras conversaciones diarias no hablamos como autómatas. Paramos, respiramos, incluso dudamos, y esto no es un pecado. En una charla normal hay silencios, y usted no debe temer por ello.
Jeff McHugh es un entrenador de comunicaciones estadounidense, y dice que “el silencio es lo opuesto al lenguaje débil. Muchos talentos al aire y podcasters sienten la necesidad de rellenar cada centímetro de espacio y se pierden los momentos dramáticos creados por el silencio«.
Por su parte Randy Lane, uno de los más reconocidos consultores de radio en los Estados Unidos, nos dice que el lenguaje limpio y conciso es una habilidad aprendida y consciente para la mayoría de nosotros, y que para lograrlo deberíamos hacerle caso a estos consejos:
1. Como cualquier hábito nuevo que usted vaya a adquirir, procure ser consciente de la forma como usted hace su locución y presentación al aire cuando habla. Cuando note que está usando una palabra de relleno, concéntrese en evitarla el resto de ese segmento.
Sin embargo, Lane advierte que “concentrarse demasiado en evitar las expresiones y frases de relleno puede hacer que suene robótico. Debe haber un delicado equilibrio entre concentrarse en lo que dice y sonar auténtico y coloquial”.
2. El silencio fortalece su mensaje. Cuando necesite ordenar sus pensamientos, simplemente haga una pausa y luego avance. Como dijo Mark Twain: «Ninguna palabra fue tan efectiva como una pausa en el momento adecuado«.
3. Cuanto más preparado esté, más fluirá su presentación sin esfuerzo y sin lenguaje débil. Esa es la gran ventaja de haber preparado lo que va a decir.
Por otro lado, existe un servicio en inglés que ayuda a monitorear lo que usted dice al aire y la forma como lo hace. Se llama Virtual Speech (Charla Virtual), y ofrece cursos de formación diseñados para mejorar la forma de expresarse mediante una combinación de e-learning con entrenamiento y simulaciones de realidad virtual.
En su portal, Virtual Speech nos enseña cómo dejar de usar palabras de relleno en 3 pasos. Ellos dicen que puede haber varias razones por las que las usamos: para llenar un silencio, por costumbre o porque creemos que le dan significado a lo que estamos diciendo.
Con esta técnica, siguiendo estos pasos, usted podría superar cualquier palabra o frase que no agregue significado a su mensaje.
Paso 1: Grábese en video usted mismo
Es normal que uno no se dé cuenta de la cantidad de expresiones, palabras y frases de relleno que usa. Es como si nuestras mentes ni siquiera las registraran como palabras. Y lo peor es que nuestras mentes saben que no agregan valor real a lo que decimos.
Para evitar su uso solo tenemos que ser conscientes y repensar nuestra forma de hablar.
La mejor manera de conocer las palabras de relleno que usa es filmarse a usted mismo cuando hable con familiares o amigos. Luego escuche cómo suena en esas conversaciones cotidianas.
Aparte de las mencionadas arriba, algunas de las palabras y frases de relleno más comunes son “Hummm”, “Ah”, Eeeeh”, “Este”, “Así que”, “Entonces”, “OK”, “Bueno”, “¿Sí me entiende?”, “Más sin embargo”, “A ver”, “Pues…, sí”.
Piense por qué las usa, en qué momentos. Una vez que usted haya identificado sus palabras de relleno y cuando esté consciente de ellas aprenderá a escucharlas cuando las diga y tratará de evitarlas.
Paso 2 – Rompa el hábito
Como cualquier hábito que desee evitar, debe comprometerse con dejarlo. Comience con algo pequeño e intente eliminar o disminuir significativamente el uso de esa palabra en su conversación diaria.
Cuando se escuche a sí mismo diciendo una de estas expresiones, retroceda y reemplácela con la palabra que realmente quiere decir o repita las últimas palabras sin esa palabra de relleno. Cuanto más lo haga, más rápido entrenará su mente para dejar de lado esas expresiones.
Es importante tratar de comprender por qué utiliza palabras de relleno. Es posible que lo único que necesite sea hablar más despacio.
Cuando hablamos demasiado rápido, es más probable que nos tomemos un momento para procesar nuestros pensamientos, y tenemos que recurrir al uso de palabras como «hummm» u «o sea» mientras nuestra mente se actualiza.
Si “se le va la paloma” cuando habla, si empieza a divagar o nota que no se acuerda para dónde iba, si está perdiendo el hilo de lo que piensa, no tenga miedo de tener un momento de silencio.
Puede pensar que esto es incómodo en medio de la conversación, pero el silencio siempre es más largo en nuestras mentes que en la realidad. De hecho, hacer una pausa puede fortalecer el mensaje de lo que está diciendo, especialmente en situaciones formales o cuando quiere hacer énfasis en algo clave.
Paso 3: Practique en un entorno formal
Una vez que se haya vuelto más consciente de las palabras y expresiones de relleno en las conversaciones, es hora de probar el uso de ellas en situaciones formales, donde es más probable que las use.
Un ejemplo perfecto es cuando le toque hacer una presentación en público, como una conferencia, algo a lo que el 74% de las personas le tiene temor. Sí, usted no es el único que teme hablar frente al público.
La mejor manera de minimizar sus «humms» y «eeehs» es saber claramente de lo que está hablando. Hay que tener claro en qué momento hablar sobre determinados puntos y qué es lo que usted quiere incluir en su mensaje sin necesidad de memorizar un guion.
De hecho, el uso de un guion puede ser perjudicial para su charla por varias razones. Una de ellas es que, probablemente, usted termine usando más expresiones y palabras de relleno.
Esto porque usted puede pensar que se va a sentir más seguro memorizando un guion pero, si pierde el hilo, no sabrá qué hacer después porque se aprendió el texto de memoria en un orden determinado. Cuando uno no sabe qué decir es cuando empieza a usar expresiones como “este”, “eeeh”, etcétera.
Conclusión
La mejor forma de evitar esas molestas y repetitivas expresiones y palabras de relleno es practicar su discurso y recibir comentarios sobre su uso por parte de amigos, compañeros y, especialmente, de su jefe.
Trate de practicar frente a una cámara. Haga una simulación de una charla. Esto es más realista que imaginarse una audiencia, porque la simulación lo hará sentir como si estuviera hablando con una audiencia que lo está mirando.
Recuerde que todos tenemos y usamos expresiones y palabras de relleno, así que no es el fin del mundo si usted todavía utiliza alguna de vez en cuando. Lo importante es que deje el hábito de decirlas en cada conversación.
