Trabajar en radio es divertido, muy divertido.
Siempre pensé, como muchos de mis colegas, que hemos sido afortunados de que nos paguen por divertirnos. Y la radio está llena de anécdotas curiosas, divertidas y chistosas que valen la pena compartir.
En una conversación con Alejandro Villalobos, director nacional de las cadenas de emisoras La Mega y La FM en Colombia, le recordé el impacto que me causó la primera vez que visité los estudios de Todelar Estéreo de Medellín, a mediados de los años 80.
Lo primero que me llamó la atención fue la disposición del estudio en la cabina.
En esa época, los únicos que trabajábamos al estilo disc-jockey, es decir, haciendo las funciones de locución y operación de consola de manera simultánea, éramos los de nuestra emisora. En Todelar trabajaban de la manera tradicional, con un operador de consola y un locutor encerrado en una cabina.
Pero lo curioso del estudio de Radio Musical es que su consola estaba junto a la pared, mirando hacia ella, pero la cabina de locución estaba detrás, diagonalmente opuesta. El pobre operador, en un principio, tenía que mirar hacia atrás sobre su hombro derecho para poder ver al locutor.
Lo que pasó, según me explicó un veterano de la radio llamado Augusto “Tuto” Castro, fue que antes de cambiar de formato en 1984, en esa misma frecuencia estaba Sonorama Estéreo, una emisora de Baladas en Español.
Esa emisora no tenía locución en vivo y por eso la consola estaba ubicada de esa manera, y la cabina de locución realmente era usada para grabar algunos programas, así que no estaba diseñada para salir al aire.
Al cambiar de estilo y programación, a “Tuto” se le ocurrió una idea insólita, y que a mí me pareció muy chistosa: en lugar de tener que desarmar la consola para ubicarla de frente al locutor, el problema lo solucionaron… ¡con un espejo!
Claudio Gómez, director de esa emisora, tenía un Simca 1.300 lleno de adornos, y tenía por ahí guardado un espejo que había cambiado por otro más vistoso. Sí, la de Radio Musical es la única consola con retrovisor que he conocido en mi vida…
Luego de reírnos un rato, Villalobos me dijo que yo debería escribir un artículo con algunas de esas anécdotas divertidas. Me pareció una buena idea, les pedí a mis amigos de Facebook que me contaran las suyas, y aunque pocos respondieron, a continuación compartiré algunas de las que llegaron.
Donnie Miranda
El primero en responder fue Donnie Miranda, uno de los disc-jockeys más populares de Medellín con quien trabajé en La Voz del Cine, Disco ZH y Veracruz Estéreo.
Trabajar con Donnie, de por sí, ya es como ir a un parque de diversiones. En 13 años de trabajo juntos fueron muchas las anécdotas que compartimos y que terminaron en momentos realmente divertidos.
La primera de las historias tiene que ver con la visita a Veracruz Estéreo de una empresaria que llegó a la emisora preguntando por mí. Quería que yo le grabara una cuña. Pero no me ubicó fácilmente porque yo estaba en el baño.
Entonces Donnie le dijo que seguramente yo estaba encerrado en mi oficina y que si quería hablar conmigo solo tenía que entrar a la cocina y tocar en la puerta que encontraría a mano derecha. Ella, muy obediente, llegó a la puerta y comenzó a golpear para que le abriera.
Yo estaba sentado en el inodoro, muy concentrado, pero cuando empezaron a golpearla solo atiné a gritar a todo pulmón: “¡Hey! ¡Dejen de tocar la puerta! ¿No ven que estoy cagando?”
Como decimos coloquialmente en Colombia, “esa platica se perdió”…
Otro día, en mayo de 1988, viajamos a la convención de la NAB en Las Vegas, la más grande exhibición de productos y servicios para medios de comunicación del mundo. Gracias a la invitación de un proveedor pudimos entrar al evento, pero obviamente los gastos de viaje los pagó la emisora.
El presupuesto que nos dieron era de 30 dólares diarios para arrendar un carro y 80 dólares para la habitación. Sin embargo, no habíamos hecho reserva, y a esa feria asisten cientos de miles de personas de todo el mundo, así que la primera noche no conseguimos hotel.
Nuestra solución: alquilar un carro. El problema es que tampoco había. Se habían agotado y lo único que nos ofrecieron fue una van que costaba 80 dólares el día. ¿Solución? Dormir en ella para ahorrarnos el hotel de esa primera noche.
Al día siguiente, luego de bañarnos en el sanitario de un restaurante Denny’s, fuimos a buscar dónde pasar la noche. Finalmente conseguimos cuarto de hotel, pero no pudimos cambiar el costoso vehículo, así que nos descuadramos en el presupuesto.
Entonces a Donnie se le ocurrió una brillante idea: Nos fuimos a un casino y empezamos a apostar. Yo no soy de juegos de azar, pero Donnie sí es más arriesgado. Mientras yo me quedé jugando en las maquinitas para tratar de ganar algunas monedas, él se fue a la mesa de Black Jack.
Sabiendo que el presupuesto era de 30 dólares, yo me llevé 10 a las maquinitas y Donnie se llevó 20 a la mesa. Como era de esperarse, en 15 minutos me gasté esa plata sin ganar nada, así que me fui a ver a Donnie.
Cuando llegué a la mesa lo vi con un montón de fichas frente a él. Sus 20 dólares ya se habían convertido en 200. La racha iba bien hasta que yo llegué. Entonces empezó a perder poco a poco. Afortunadamente se retiró cuando le quedaban 130 dólares, lo que nos alcanzó para pagar el hotel y comer en un excelente restaurante.
Casi que se podría escribir un libro con las anécdotas de Donnie, y a continuación les cuento la última de todas las que recordamos con él hace unos días.
A Veracruz llegó un disc-jockey nuevo, muy joven y con una energía impresionante. Tenía muy buena voz y, casualmente, resultó ser primo segundo mío. Su nombre era Santiago López, pero todos lo conocíamos como ‘Patín’.
Esta era la primera vez que trabajaba en radio, pero todos quedamos impactados por su estilo. De hecho, a los pocos días de estar al aire en la emisora lo llamaron para que grabara una cuña. Él se puso feliz, no solo porque lo hubieran llamado sino porque iba a ganar un dinero extra.
Al novato ‘Patín’ le aplicaron la famosa frase de “No nos llames a cobrar. Nosotros te llamaremos cuando esté el dinero”. Al día siguiente, Donnie lo llamó por teléfono haciéndose pasar por alguien de la agencia de publicidad que lo contrató para decirle que ya estaba listo el cheque.
Como era de esperarse, Santiago salió corriendo a cobrarlo a la oficina, pero allí nuevamente le dijeron que el pago no había salido aún y que cuando estuviera listo lo llamarían. Las llamadas de Donnie fingiendo la voz se siguieron repitiendo, sus viajes a la agencia también, hasta que por fin salió el dichoso pago.
Desafortunadamente, el cheque salió malo, y a ‘Patín’ no lo volvieron a llamar de esa agencia…
Armando Plata “El Chupo”
Dejando de lado a Donnie Miranda, le corresponde el turno ahora a Armando Plata Camacho, el legendario “Chupo”. Él me recuerda que por allá en 1968 hacía un turno en una emisora de Bogotá llamada Radio Cordillera.
Por instrucciones del director, los locutores tenían que mencionar el eslogan cada vez que presentaban un disco o cuando sacaban una llamada al aire.
Un día lo llamó un oyente y se presentó este diálogo:
- “Buenos días. ¿Con quién hablo?”
- “Buenos días. Con José Pérez”.
- “Ah, ¡qué bueno! ¿Y de dónde nos llama?”
- “¡De la puta mierda!”
- “¡Gracias! ¡Radio Cordillera está en todas partes!”
Vicky Trujillo
En Medellín hay una disc-jockey sensacional. Cuando trabajaba en la Superestación se puso el sobrenombre de “La Supersónica”, pero todos la conocemos como Vickytrú.
Tiene una personalidad única. No tuvo reparos en moverse por la cancha del estadio Maracaná de Río de Janeiro usando un par de cacerolas cubriendo sus senos a manera de sostén. Tampoco se cohíbe en el momento de disfrazarse de ‘Punkera’, usar prendas estrafalarias y maquillarse de manera llamativa.
Es común verla animando y haciendo mezclas de clásicos en inglés y Rock en español en diferentes fiestas y bares de esa ciudad. Pero lo más llamativo es que, a pesar de esa personalidad tan extrovertida, es una gran profesional comunicadora licenciada y con una voz muy bella.
Trabajando en La Mega, el gerente de RCN Francisco Plata pensó que Vicky podría hacer las notas sociales durante la temporada de toros en esa ciudad, al lado del legendario comentarista taurino Alberto Lopera, “Loperita”.
La Feria se realiza a inicios de año, en la época de la celebración de la Virgen de la Candelaria, y en esa fecha en particular se realizaba “La noche taurina”, un evento en el que se reunían todos los toreros que participaban en la feria en el ruedo de la plaza.
Vickytrú, que era la primera vez que asistía a un evento de esta naturaleza y que está en contra de las corridas de toros y el maltrato animal, aceptó el trabajo, y llegando a la fiesta vio que todos los periodistas acreditados salieron al ruedo a celebrar con los toreros, y ella se fue detrás de ellos.
Al verla, el alguacilillo se le acercó y le dijo que no podía estar allí porque, supuestamente, las mujeres no podían entrar al ruedo de una plaza debido a que los toreros manejan muchos agüeros, y creía que su presencia allí les traería mala suerte.
Vicky tuvo que salir muy triste porque no le dejaron hacer su trabajo, pero en venganza, y muy acorde con su personalidad, al día siguiente… ¡se disfrazó de hombre!
Se puso un chaleco, cubrió su pelo con una boina, consiguió un bigote postizo y lució unas gafas oscuras, con lo que escondió su rostro. Su único deseo era burlarse del alguacilillo, pero ni siquiera “Loperita” la reconoció.
De esta forma pudo entrar sin problemas al ruedo de la Plaza de Toros La Macarena y le dio una lección a quienes promueven el machismo en cualquiera de sus manifestaciones.
William Bustos
Fue durante años una de las voces más importantes de RCN en Colombia, y luego pasó a Caracol, donde también realizó varios programas y la producción de la cadena básica. Actualmente, William Bustos es profesor de radio en la Universidad de La Sabana en Bogotá.
A principios de los años 90, William tuvo la oportunidad de estar en la mesa de trabajo del informativo de la mañana de RCN junto a Juan Gossaín, Antonio José Caballero, el Profesor Bustillo y los demás periodistas de esa cadena.
Su función era hablar de temas de cultura y espectáculos en una época en la que todavía no había llegado internet. La información, entonces, tenía que sacarla de los ‘cables’ que entregaban las agencias de noticias.
Un día encontró una nota acerca de una banda británica de Rock Alternativo y le pareció interesante para ser leída en el informativo. Como buen profesional, leyó la noticia con atención para comprenderla y poderla resumir al aire.
Cuando Gossaín le dio la entrada, Bustos se esforzó por darle una correcta pronunciación al nombre de ese grupo británico y le respondió que iba a hablar de una banda llamada “Diurai Lex Islex”, con un acento muy inglés.
Gossaín lo miró y le dijo: “A ver, William. ¿Cómo dijiste que se llamaba el grupo?”
Bustos, que tenía la sensación de que su jefe no sabía hablar inglés, pensó antes de responderle: “Voy a enredar más la lengua y a exagerar mi pronunciación”. Entonces miró a Gossaín y le dijo muy serio y con un acento mucho más exagerado: “Se llama Diuralexis Lex”.
Su jefe soltó la carcajada y dijo: “¡Ay, William! Estos muchachos… A ver, ¿cuántos años tienes? ¡Cómo se nota que estos muchachos ya no les enseñan Latín!”
Bueno, el Latín, hasta donde entiendo, dejó de enseñarse en los colegios desde mediados del siglo pasado…, pero eso no fue problema para que Gossaín siguiera hablando: “A ver muchacho, oyentes: el nombre de ese grupo británico está en Latín, y se llama Dura Lex Est Lex y significa ‘dura es la ley, pero es ley’. ¡Es, nada menos, que el principio del derecho romano!”.
Luego de una amplia explicación del origen de ese nombre, y después de dar cátedra sobre el idioma, Gossaín permitió a William terminar de entregar la noticia y no lo regañó ni le hizo ningún otro comentario.
Pero la lección quedó: antes de salir al aire a pronunciar un nombre extraño, hay que asegurarse de pronunciarlo bien, algo mucho más sencillo hoy en día gracias a internet.
Pero esta no fue la única anécdota de William Bustos. Un día llegaba a Bogotá la cantante mexicana Crystal. Su nota debería ser en vivo y estaba a la espera de que le dieran el cambio desde estudios centrales.
William, junto a decenas de fanáticos y otros periodistas se paró a las afueras del aeropuerto a esperar a que saliera. Cuando apareció se abrió paso entre la gente, se aproximó a ella, le dijo que iban a salir en directo a nivel nacional por esa importante cadena, y le acondicionó los audífonos.
En medio de todo el alboroto, William miró a la cantante, levantó su mano y con el dedo índice de su mano derecha levantado pretendió hacerle una señal para que ella le indicara que todo estaba bien y que estaba recibiendo el sonido sin problemas.
Pero sí había un problema: Crystal es invidente, y no podía ver la señal de William, que no sabía acerca de esa condición física de la cantante.
Sobra decir que todos los que estaban alrededor se retiraron muertos de risa y tapándose la boca para que la artista no se diera cuenta, y dejaron a William a solas con la cantante, que afortunadamente no se enteró de nada…
Luis Alejandro Arango
En 1989, la emisora Radioactiva acababa de ser lanzada en Bogotá, bajo la dirección de Armando “El Chupo” Plata, y uno de los programas estrella era el “American Top 40”, que llegaba grabado desde los Estados Unidos cada semana en 4 discos de larga duración en vinilo.
Luis Alejandro Arango era uno de los asistentes que hacían sus prácticas universitarias apoyando la producción de los programas los fines de semana.
Un domingo, muy proactivo y con el fin de adelantar su trabajo, sacó el primero de esos 4 discos y lo puso en una mesa junto a la ventana a la espera de que llegara el momento de emitir el programa.
El problema es que ese día estaba particularmente soleado, y sin darse cuenta, el sol cayó directamente sobre el disco y lo ‘pandeó’. Ese es un problema muy común en los discos de vinilo, que se doblan y se deforman con el calor.
Llegó la hora de pasar el programa. Andrés Nieto era el encargado de poner los discos en las tornamesas y pasar el programa al aire, pero no podían tocar ese disco así.
“El Chupo” llamó desesperado varias veces para saber por qué no había arrancado el programa a la hora correcta. Mientras tanto, Andrés y Luis Alejandro estaban en la oficina del jefe poniendo el disco debajo del vidrio que cubría su escritorio.
Al final, ese viejo truco funcionó, y Andrés se disculpó al aire ante sus oyentes diciendo que habían tenido un pequeño problema con “el satélite” y por eso se habían demorado en comenzar.
Siempre habrá alguien a quien echarle la culpa…
Santiago Ríos
El 28 de diciembre de 1993, con motivo del Día de los Inocentes, quise hacer algo diferente en Radioactiva para divertir a los oyentes. De esa forma, y luego de que mi jefe hubiera rechazado la idea, le abrimos el micrófono al humorista José Ordóñez para que hiciera su primera maratón de chistes.
Esas 24 horas seguidas contando chistes sin parar fue un éxito sorprendente y se convirtió en su primer récord mundial. Esta hazaña la repitió al año siguiente en la misma fecha, logrando una marca de 36 horas continuas de contar chistes.
Mi idea era celebrar los 28 de diciembre con eventos de humor.
En 1996 no habíamos podido contactar a ningún humorista. José Ordóñez ya era famoso y requerido por emisoras de toda Latinoamérica. Entonces Santiago Ríos, que dirigía Radioactiva Medellín, propuso que hiciéramos una maratón de chistes con 2 humoristas locales, Marco y Warren.
Alejandro Nieto, que dirigía el sistema, aceptó la propuesta con cierto temor porque nunca los habíamos escuchado y no estábamos seguros de que su humor, de pronto muy local de esa región, no pudiera gustar en el resto del país.
Al final, Marco y Warren fueron invitados a contar sus chistes. Todos nuestros temores quedaron disipados tan pronto los escuchamos, y la maratón comenzó a tomar forma.
Pero había un problema: ellos no tenían la experiencia necesaria ni estaban tan bien preparados como José Ordóñez. La producción no era tan elaborada y no sabían manejar los tiempos.
Sus chistes eran muy divertidos pero los contaban demasiado rápido. A la segunda hora se les dijo que le bajaran el ritmo porque se iban a quedar sin material, lo que efectivamente pasó a las 4 horas… ¡y todavía faltaban 20 horas más!
Santiago les pidió a sus compañeros de emisora, a los ejecutivos de ventas, a los técnicos y secretarias y a todos los que veía cerca que le dieran chistes para continuar con el evento. Hay que recordar que en esa época no había internet y mucho menos teléfonos inteligentes con chats.
Mientras trataban de defenderse como podían, empezaron a llegar diferentes medios de comunicación locales y nacionales para hacer sus notas periodísticas, y el canal regional Teleantioquia llevó sus cámaras para transmitir en directo.
La escena de televisión que más recuerda Santiago fue la que presentó en vivo este canal mostrando a los 2 humoristas tratando de hacer reír a los oyentes… ¡leyendo los cuentos de un libro de chistes de José Ordóñez!
Joaquín Pérez
Este disc-jockey de Medellín trabajaba en la Superestación en 1989 cuando llegó Radioactiva a competir contra esa emisora y contra Veracruz Estéreo. A Jackie, como le dicen sus amigos, lo acompañaban grandes talentos locales, entre ellos Santiago Ríos, Carlos Alberto Acosta, Vicky Trujillo, Juan Carlos Gómez y Jaime Piedrahíta, entre otros.
Armando Plata era el director nacional de Radioactiva, y pensando que ninguno de los talentos de Veracruz hubiese querido cambiarse de emisora al ser los número 1, comenzó a contactar a los de la Superestación.
Poco a poco, algunos de sus compañeros fueron pasando a la nueva emisora. A Jackie también lo llamó “El Chupo” Plata pero le advirtió que tal como se lo había dicho a los demás, lo mejor era que no le contara a nadie porque de pronto no quedaba elegido y, al final, podría quedarse sin trabajo.
Jackie presentaba el programa de la mañana junto a Jaime “DJ Jimmy” Piedrahita, una especie de revista de entretenimiento con notas sacadas de revistas y de los periódicos locales.
Jaime no era la persona más cumplida en sus horarios. Nunca estaba presente al inicio del programa a las 6 de la mañana, y ya era costumbre que llegara a las 6:05 o 6:10.
Un día, como por variar, no llegó a tiempo. Jackie comenzó el programa solo, como era costumbre. Pasaron las 6:05, las 6:10, las 6:15 de la mañana. Dieron las 7 y no llegaba.
Entonces Jackie se disculpó al aire y dijo: “Bueno, aquí sigo esperando la llegada de Jaime. Parece que tuvo algún problema con el transporte. Espero que no le haya pasado nada malo y que podamos tenerlo con nosotros más tarde, o al menos mañana…”
En esas sonó el teléfono de la emisora. Jackie contestó y el oyente le dijo: “Amigo, ni lo espere. Jaime está al aire en este momento en Radioactiva…”
Gabriel Posada
Es todo un personaje de radio. Comenzó a trabajar en el medio en Manizales y pasó por Medellín y Bogotá. Luego se fue a los Estados Unidos y terminó trabajando para Yahoo. Es un gran estudioso y escribe artículos de música en diferentes medios.
Luego de hacer parte del elenco de Radioacktiva se fue a los Estados Unidos. Allí desempeñó varios oficios, incluyendo chofer de Valet Parking en Miami, pero viniendo de emisoras de Pop y Rock en inglés, una de sus experiencias más enriquecedoras fue haber trabajado en una emisora del género Regional Mexicano en Indianápolis.
Allí tuvo la oportunidad de intercambiar experiencias con sus compañeros de trabajo, particularmente con sus colegas mexicanos, que aunque somos Latinos y tenemos costumbres relativamente parecidas, en algunos casos hay situaciones muy diferentes a las nuestras.
Una de las cosas que más le llamó la atención es que, al menos en esa época, había muchos más hombres que mujeres de ese país, lo cual se explica porque son los hombres quienes más se arriesgan a cruzar la frontera. Una vez establecidos, se llevan a sus familias a vivir con ellos.
Y de ellos aprendió que, ante la falta de recursos para tener un gran carro o una hermosa casa, el orgullo muchas veces se mide por quien tenga las mejores botas y los sombreros más grandes.
Un día hicieron un evento en La Ley, “la emisora de la raza”. Él trabajaba allí y la convocatoria era un “Baile”, que es un concierto para que la gente se emparrande y al que asisten mayoritariamente hombres por la razón ya explicada.
Lo que más le llamó la atención fue ver la cantidad interminable de sombreros haciendo fila.
Y quienes lucían esos sombreros se emocionaron mucho cuando, en medio del concierto de Los Huracanes del Norte, decidieron hacer un campeonato de camisetas mojadas.
El problema es que había muy pocas mujeres y al final solo se atrevieron a subir 7 u 8: una gringa, 3 o 4 Latinas y el resto mexicanas. Al final la ganadora, según Gabriel, fue la más fea. Lo que no me contó fue cómo lucía su camiseta…
Jair Cruz
Este reconocido talento costarricense ha trabajado en varias emisoras juveniles. Una de ellas era una que se llamaba Yeah!. Un día decidieron hacer un concurso aprovechando la presentación de Ricardo Arjona en San José.
Jair se enteró de una persona que imitaba al cantante, y para entregar las entradas invitó a sus oyentes a que escucharan su programa de la mañana el viernes, un día antes del concierto, para el cual había invitado a “Ricardo”, que era el nombre del imitador.
Como era de esperarse, la gente dio por sentado que se trataba de Ricardo Arjona, y desde muy tempranas horas comenzaron a agolparse en la entrada de la emisora, que estaba ubicada en un reconocido centro comercial.
Y el número de oyentes se fue haciendo más grande a medida que iban entrevistando a “Ricardo”, que realmente imitaba muy bien al cantante y hablaba desde su carro.
En la emisora tenían a unas mujeres que habían ganado entradas para el concierto y tenían la oportunidad de hacer un ‘Meet & Greet’ con Arjona, aunque en ningún momento se dijo que lo conocerían en la emisora.
Al final, estas oyentes ayudaron a los disc-jockeys para que la gente no se enterara de que se trataba de una entrevista ficticia. Hablaron emocionadas en la emisora, los felicitaron, pero después les pidieron que, por favor, nunca fueran a revelar que ellas habían hecho parte de esa farsa.
Rhaffa Arcila
Este personaje ha trabajado en varias emisoras de Colombia. Luego de ser director, programador y disc-jockey, actualmente es operador de audio en la cadena de radio hablada Blu Radio.
Voy a transcribir sus dos anécdotas, tal como él me las contó:
“Yo estaba haciendo mi turno como cualquier día normal. Mi jefe estaba en vacaciones y yo estaba de director encargado. Estaba recibiendo llamadas de los oyentes. Tenía la costumbre de contestar las llamadas desde el híbrido, para no ponerme el teléfono en la oreja.
Por cosas del destino, salí al aire, recibí una llamada, y era una oyente que se llamaba Luisa. La atendí al aire normalmente, pero cuando «cerré» el micrófono, seguí hablando con ella.
Me empezó a contar que se estaba bañando, que se estaba enjabonado, y yo todo inocente le hablaba cochinadas y ella también. Así pasaron como 10 minutos, hasta que tenía como 20 llamadas perdidas en el celular.
Y me dice Luisa: «Oye, yo te estoy escuchando en el radio», y le dije: «pues claro, no ves que estoy en turno». Ella responde: «No, lo que tú me dijiste que te estabas bajando los pantalones, ¡lo escuché por el bafle del equipo!».
Ahí mismo revisé el celular y tenía un mensaje de una amiga que decía, «ya sabemos que hace 8 días que no tiene relaciones con su novia; también sabemos que está ahí como brazo de limosnero, pero, por favor, no se baje los pantalones, ya no queremos más detalles y cierre el micrófono».
Yo me quedé frío y revisé, y claro, el bombillo de la consola se había fundido y nunca le cerré el canal a Luisa, entonces todo esa charla pervertida, salió al aire”.
Y esta es otra divertida anécdota de Rhaffa, en sus propias palabras:
“En 1999 fue la primera y última vez que estuvo Celia Cruz en Manizales. Yo fui la única persona de los medios que tuvo acceso a ella desde que llegó hasta que se fue. La recibí en el aeropuerto y, cuando la vi de frente, me emocioné tanto que le di un abrazo, con tan mala suerte que con el brazo le quité la peluca y quedó calvita.
De inmediato su esposo, el señor King (sic), me regañó, y ella en un tono muy jocoso me dice: «oye chico, casi me dejas sin cabeza». Yo quería que la tierra me tragara.
Hasta ahí, todo bien. Ya en la tarde era la rueda de prensa en un hotel. Yo era la única persona que la tenía de frente y que podía preguntar lo que quisiera. Los otros medios estaban limitados para hacer preguntas.
Yo estaba sentado al lado de ella con las manos en la entrepierna y le digo: «Celia, ¿usted quiere que le dé huevo?» Y ella respondió: «¿Qué le dé huevoooo?»
En ese momento el Sr King (sic) se para de la mesa y se tira a pegarme. Yo saco la mano de las piernas y le doy unos huevitos que eran como unos cascabeles, y de una llegó la risa de Celia, porque se imaginó otra cosa: decía que ella me aceptaba la propuesta, ¡pero que no en público…! jajaja”.
- (Cuando dice ‘King’ se refiere a Pedro Knight)
Conclusión
El trabajo en radio está lleno de anécdotas divertidas. Probablemente usted se sintió identificado con algunas de las que publiqué acá. Espero que se haya divertido con estas historias.
Mil gracias a quienes compartieron sus anécdotas. Tal y como lo mencionaron un par de ellos, casi que da para hacer un libro de historias de radio…