Esta nota fue realizada con base en una publicación hecha por la revista Zócalo
Pablo O´Farril Márquez comenzó a trabajar muy joven en la industria de la radio en México, tras la muerte de su padre, Juan Pablo O’Farril Caballero, que en ese entonces, era director de orquesta y fundador de la XEW.
Fue en el año 1954 cuando emprendió su camino, y decidió entrar a los medios de comunicación. O’Farril narra una historia muy conmovedora, del cómo entró al mundo de la radio; dijo: “Mi mamá y yo fuimos a ver al dueño de la radiodifusora, don Emilio Azcárraga Vidaurreta, para ver si me daba trabajo. Era un hombre alto, corpulento. Me preguntó: ”¿De qué quieres trabajar?”, y como un operador de la estación vivía en la misma vecindad que yo, pues le respondí: ”De operador”.
Fue así como entró a la radio, sin saber nada; de esta forma aprendió a manejar los aparatos, gracias a la ayuda de los ingenieros de audio, quienes fueron algunos de sus maestros, así como Alejandro Bolio, Salvador Espinosa y Juan García Esquivel, en esa época no existía cinta magnética y los programas eran trasmitidos en vivo, así que el numero de operadores era elevado. Pablo cuenta que trabajaba con seis operadores, desempeñando distintas funciones; unos arreglaban el estudio, otros montaban el estudio de a lado, y los demás cuidaban el control maestro.
O’Farril, hizo más de mil radionovelas; trabajó en controles remotos y operó la cabina de la XEW por más de 60 años.
Pablo también mencionó que: “En ese entonces un operador era maestro de todo, no como ahora que sólo se dedican a cuidar la estación y meter comerciales, en aquella época preparábamos estudios para personalidades como Pedro Infante y grandes orquestas como la de Pérez Prado, y todavía operábamos la estación”.
Experiencia en la radio XEW
O’Farril contó su experiencia de cómo era anteriormente la radio, existían dos auditorios: el estudio “Azul y Plata”, después de tiempo lo nombraron Agustín Lara, de dos plantas, y el Verde y Oro, de un solo piso. Antes la gente hacía fila pata poder entrar y ver los programas que se transmitían en la XEW. Mínimo 350 sujetos esperaban el acceso; las personas presenciaban a los artistas trabajar, y las orquestas tocaban en vivo. Tal era el ambiente que se generaba que bailaba la gente en el estudio.
El trabajo de calle
Con anterioridad la W cubría todos los eventos en vivo con controles remotos desde el lugar de los hechos. O’Farril dijo: “Nada como lo hacen ahora, con microfonitos y grabadorcitas, antes buscaban una línea telefónica, volabas por los árboles tu conexión y te colgabas de ella, instalábamos unos micrófonos grandotes, y ahora sí, a transmitir”. También recalcó la importancia que tiene la tecnología en nuestros tiempos, puesto que te facilita el trabajo de campo.
Reflexión al pasar los años en radio
México en aquellas épocas era muy pequeño, cuando Pablo entró al medio. O’Farril comenta que antes las instituciones y organismos se respetaban, ahora con tantos en el medio, todo se ha deformado, el mundo también cambió. Ahora nos podemos enterar de las cosas al momento, antes no era así. O’Farril dijo que “Con las redes sociales y el internet se perdió profesionalismo, hay gente que hace radio desde su casa; en muchos lados ya no hay orden para hacer las cosas bien. Antes un reportero tenía presencia e imagen, ahora eso les vale gorro”.
O’Farril propone que se respeten los valores y no se pierda el profesionalismo, ya que en la actualidad, muchos programas se expresan con palabras altisonantes, también expresó que “De un tiempo para acá se ha ensuciado mucho el lenguaje. Antes no se podía hablar de nadie con desprecio, ahora en los medios de comunicación se ha desvirtuado eso”. Para O’Farril la educación y el conocimiento siempre tienen que prevalecer.
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