– ¡Deme su nombre!
– ¡Ah sí! ¿Y después cómo me llamo?
Era un tipo que se vestía tan mal que le decían la caja fuerte, pues no había quien le encontrara la combinación.
– Dígame, ¿qué le pasó en las orejas?
– Ay doctor, es que escuché el teléfono y en vez de agarrar el teléfono agarré la plancha.
– ¿Y qué le paso en la otra oreja?
– Me quemé la otra llamando a la ambulancia!
¿Qué le dijo un celular a otro celular?… Tengo celulitis.
¿Cuál es el colmo de un agricultor?… Sacarle la raíz cuadrada a un árbol.