– Ábreme la puerta que le traigo flores a la mujer más linda.
– ¿Dónde están las flores?
– A ver, y dónde está la mujer más linda.
Era un hombre con la cabeza tan pequeña, que no le cabía la menor duda.
Le dijo el soldado al cabo:
– Mi cabo no cabo en mi cama.
– No se dice cabo se dice quepo.
– Mi quepo no cabo en mi cama.
– Oye niño, ¿cuántos años crees que tengo?
– Discúlpeme señor, pero yo sólo sé contar hasta cien.
– Doctor, tengo un serio problema. No puedo recordar las cosas que digo.
– ¿Cuándo notó por primera vez este problema?
– ¿Qué problema?