Pecar es fácil. Redimirse es difícil, pero no imposible.
Los pecados capitales pueden definirse como aquellos de los cuales se ramifican los demás pecados del mundo. Es decir, los pecados más graves que puede cometer una persona. Quien cometa alguno de estos pecados tendrá la condenación eterna a menos que el mismo Dios los perdone.
Los siete pecados capitales son: lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia.
Ahora apliquemos estos pecados al mundo de la radio, usando como ejemplos los que describe en una de sus notas el reconocido consultor estadounidense Tracy Johnson.
Si usted está al aire o es el responsable de quienes lo están, hay 7 pecados capitales que deben ser eliminados de su vida.
Muchos programas de radio cometen esos 7 pecados. La mayoría comete varios de ellos de forma regular. Y algunos son culpables todos los días.
El consuelo es que la confesión es buena para su alma. Afortunadamente, existe perdón. Y con el perdón, el arrepentimiento. Eso significa que si usted se lo propone, puede vencer los 7 pecados capitales.
¿Cuántos de estos 7 pecados capitales comete usted?
- Gula
El primer pecado capital de la radio es la gula. Como todos sabemos, comer demasiado no es bueno para la salud. Nada en extremo es bueno.
De la misma forma, la gula se convierte en uno de los grandes pecados capitales cuando el conductor de un programa trata de meter demasiados temas en su espacio. La mayoría de las veces esos temas no alcanzan a ser tratados con suficiente profundidad al no haber tiempo para desarrollarlos.
La mayoría de los programas ‘queman’ sus contenidos: abordan un tema, ponen una canción y arrancan con otro tema. Eso significa que podría necesitar entre 12 y 16 temas por día, dependiendo de la duración de su programa y de la cantidad de secciones que tenga.
¿Será que todos los días hay suficiente material? ¿No sería mejor centrarse en menos temas? ¿Temas que realmente despierten el interés? ¿Y sacarles más jugo?
Un segundo síntoma de este pecado es tener demasiadas secciones fijas. Algunos programas saltan de una sección a otra sin que exista una conexión entre ellas. Ninguna de estas secciones realmente sobresale porque:
- a) No generan mayor pasión o controversia.
- b) No alcanzan a ser desarrolladas del todo por falta de tiempo e interés.
- c) No salen al aire con la suficiente frecuencia como para volverse un hábito de escucha.
- d) Todas las anteriores.
Deshágase de todas las secciones que no sean memorables o completamente necesarias. Identifique las que realmente son exitosas y deles más importancia. Haga menos secciones pero que sean más profundas en contenido.
2. Aburrimiento
Ser aburrido no es un pecado en sí mismo, pero hacer que los oyentes se aburran, sí que es un pecado capital. ¿Y cuándo se aburren sus oyentes? Normalmente cuando usted está aburrido.
El aburrimiento se da cuando las tareas cotidianas hacen que su trabajo se vea menos entretenido y parezca más un trabajo de oficina.
Usted repite las mismas promos leídas cada día. Tiene que poner las mismas canciones de los mismos artistas que ha escuchado un millón de veces. Está leyendo las mismas cuñas día tras día. Su trabajo fuera del aire es una molestia, y no es tan divertido como antes.
Con el tiempo, todo esto afecta su energía, actitud y disfrute.
Pero los oyentes no tienen la culpa. Ellos sintonizan su programa para entretenerse, y su trabajo es alejarlos de su rutina aburrida. Usted es su medio de escape.
¿Cómo saber si el aburrimiento está afectando su programa?
- Cada sección empieza a sonar igual. Usted cae en patrones y rutinas similares.
- Usted se la pasa mirando cuánto tiempo falta para que se acabe el programa o cuántas secciones faltan para terminar.
- El contenido comienza a volverse genérico, incompleto, no específico y predecible.
- Los contenidos de las secciones se acaban en pocos segundos, así que usted empieza a dar vueltas sobre lo mismo para alargar y no avanza.
- Usted no se está divirtiendo en el programa.
Usted debe preocuparse por su actitud al aire. Encuentre una técnica que le ayude a ponerse de buen humor todos los días. Tal vez sea con música o meditación o haciendo ejercicio.
Claro, no siempre es posible controlar el entorno, pero usted sí puede controlar cómo lo enfrenta.
A veces superar el aburrimiento es un trabajo difícil, pero es una parte importante para lograr que sus oyentes no se aburran.
3. Soberbia
Tal vez el más común de los pecados es el del ego salido de control. Es verdad que los grandes artistas necesitan una autoestima saludable, cierta arrogancia. Pero cuando este ego se convierte en el tema principal de conversación, puede ser mortal.
La vanidad es uno de esos pecados furtivos con los que casi todas las personas tienen que luchar. Estas son algunas señales que podrían poner en problemas a su programa:
- Empezar una sección hablando de algo que le gusta a usted, no con lo que le interesa al oyente.
- No responder de manera espontánea y natural a lo que le dicen los oyentes o a los comentarios de sus compañeros de programa.
- Realizar el programa encerrado en sí mismo o en las cuatro paredes del estudio en lugar de tratar de meterse en la mente de sus oyentes.
- Hablar de lo que está pasando en la cabina.
- No dejar hablar a sus compañeros o hablar encima de ellos, simplemente tratando de ganarse toda la atención y opacar a los demás.
No es fácil lograr un balance para manejar su ego con humildad, pero es importante trabajar en lograrlo.
4. Engaño
La autenticidad es algo esencial en un presentador o participante de un programa de radio, y su desempeño debe ser fiel al perfil de la marca que quiere proyectar ante su audiencia.
Pero cuando una personalidad actúa fuera de su perfil está cometiendo el pecado del engaño. ¿Cómo saber si está cayendo en esta trampa?:
- Cuando usted no toma una posición frente a un tema o no tiene un punto de vista claro, o sus comentarios son vagos o con rodeos.
- Cuando los oyentes escuchan que usted siempre responde exactamente igual a un tema o comentario.
De otro lado, los oyentes sienten que el apoyo que un personaje de radio le da a un producto o servicio es como si fuera una recomendación que le hace a un amigo, pero cuando usted recomienda o respalda productos, marcas o servicios en los que no cree, esa credibilidad queda cuestionada.
Esa relación es crítica, y es valiosa. 7 de cada 10 oyentes dicen que consideran que sus personalidades favoritas son personas normales como ellos. La clave de un personaje de radio es la autenticidad y la forma como sus oyentes puedan relacionarse con lo que usted les dice.
Encontrar su propia voz, su personalidad y su posición en el mercado es el primer paso para el éxito, así como nunca dejar de ser fiel al personaje que usted proyecta al aire.
5. Aislamiento
Todos sabemos que muchos oyentes han interactuado con personajes de radio en algún momento durante sus vidas. Si eso es cierto, parece que no estamos haciendo bien nuestro trabajo, porque las investigaciones y los resultados de audiencia nos muestran que el tiempo promedio que la gente gasta oyendo radio ha disminuido paulatinamente.
El pecado del aislamiento ocurre cuando los talentos al aire no aprovechan las oportunidades para causar un impacto. ¿Cómo saber si uno está aislado de su público?
- Cuando usted hace todo lo posible por no asistir a un evento de la emisora o sólo va si le pagan.
- Cuando usted va al evento pero se esconde de los oyentes en el vehículo móvil, en la carpa o en un sector aislado.
- Cuando está en público y no se le ocurre qué poner a hacer a los oyentes.
- También sucede cuando ignora a los oyentes interesados en interactuar con usted por las redes sociales o por teléfono.
Es importante que usted se invente un sistema para interactuar con su público. Comprométase con él y conviértalo en una parte regular de su rutina.
6. Omisión
Este es un pecado silencioso y oculto, porque no es fácil darse cuenta de que lo está cometiendo. La omisión es el pecado de las oportunidades perdidas.
El pecado de omisión es:
- No mantenerse actualizado: Tal vez a usted no le interesen las mismas cosas que a su audiencia. Eso está muy mal. Hay que mantenerse al día y entender todo lo que pasa.
- No mantener un crecimiento personal. Por ejemplo, usted podría tomar clases de manejo de voz o de improvisación para aprender a interactuar y responder mejor al aire.
- No mejorar a través de la crítica: Si no recibe comentarios de su director o del gerente, hable con ellos. Pídales su retroalimentación para saber en qué puede mejorar.
- No continuar con su desarrollo profesional: Hoy en día hay más fuentes de aprendizaje que nunca. Algunas están ahí, gratis, en internet, pero también hay escuelas, academias y cursos. Invierta en su futuro.
7. Pereza
Se dice que la pereza es la madre de todos los vicios, y tienen razón. Este es el mayor de todos los pecados capitales porque alimenta a los otros.
Los programas perezosos son descuidados, y los programas descuidados nunca alcanzan todo su potencial. No alcanzar a desarrollar el potencial personal es algo con lo que debería ser difícil vivir, pero muchos no se preocupan por eso.
La pereza puede traducirse en algo tan simple como una falta de voluntad para invertir tiempo en preparar un buen programa, pero también puede ser algo más sutil.
Hoy en día, la mayoría de quienes trabajamos en radio tenemos múltiples responsabilidades en nuestro trabajo. Nos toca ponernos muchos sombreros: dirección, programación, atención a disqueras, acompañamiento al departamento comercial, interacción en redes, creatividad para eventos y mil etcéteras más.
La lista de tareas diarias es interminable y abrumadora. Entonces uno empieza a dejar cosas a medias y sin terminar. ¿Y qué pasa? Que nos centramos en lo urgente e ignoramos lo importante, aquellas cosas que son cruciales para ser un comunicador eficaz.
El resultado es un programa que suena bien, pero no MUY bien. Suena bien como para mantenerse, pero no lo suficientemente bien como para mantener a los oyentes emocionados.
Y esto pasa cuando usted no se concentra durante su programa. Cada elemento de su programa debe tener su atención completa.
El problema se presenta cuando usted, en pleno programa, empieza a responder correos electrónicos personales, revisa las publicaciones de sus amigos en las redes sociales, chatea con su pareja, arregla una cita, ve un video en YouTube o compra algo por internet.
Mientras tanto, el teléfono y el WhatsApp quedan sin quien los atienda, sus compañeros de programa toman su ejemplo de su comportamiento y comienzan a hacer otras cosas y nadie está completamente involucrado en el programa.
De pronto usted podría estar mejor pensando en una mejor forma de cómo promocionar lo que viene, o cómo darle su toque personal a una mención comercial o de la emisora, o leer con antelación alguna nota que tiene que presentar.
Conclusión
No existe una solución rápida para no cometer estos 7 pecados, pero usted debería identificar uno o dos de esta lista que podrían estar convirtiéndose en una barrera para su crecimiento profesional.
Identifíquelos y cree un plan de cómo va a superarlos. A medida que progreses, celebre su crecimiento. Siéntase orgulloso de haberlo logrado.
Luego trate de no cometer los pecados restantes. Incluso si usted cae en todas esas 7 tentaciones, trate al menos de superar uno por trimestre. De esta forma, poco a poco irá creando una personalidad al aire más sólida..