Había una vez un perro tan inteligente, que cuando le gritaban ¡ataque!, el perro se tiraba al piso y le daban convulsiones.
Disimula, y la mula dijo sí.
Abordar el barco, y el barco quedó precioso.
Come sin prisa, y prisa se murió de hambre.
– ¿Puedo quedarme a dormir en tu casa?
– Sí, pero tienes que hacer la cama.
– Por supuesto, no hay ningún problema.
– Bueno, aquí tienes clavos, madera y herramientas.
Ring, ring…
– ¡Hola!
– ¿Está chon?
– ¿Cuál chon?
– Estas chon las mañanitas…
– Papá, ¿cuánto cuesta casarse?
– No tengo ni idea hijo, todavía no he acabado de pagar las consecuencias.