La Ventana Ciega: Un acto de locura: radiodifusores a la TV abierta

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¿Acto caprichoso o estrategia de mercado?

Desde el lunes 14 de agosto pasado he recibido más mensajes de lo común; propios y extraños me preguntan: ¿Qué mosca le picó al licenciado Francisco Aguirre Gómez, concesionario de Radio Centro, y a Don Pancho González, director de Multimedios, para competir por sendas concesiones de canales abiertos de televisión?

El capricho, que no es comprensible a simple vista, implicará que cumplan con el pago de 425 millones, 929 mil pesos cada uno, de acuerdo con la publicación oficial del Instituto Federal Electoral.

Este movimiento extraño en la industria de la radiodifusión mexicana se vuelve absurdo para mucha gente, pues es sabido que Televisa, como los maridos en el matrimonio desgastado, está huyendo de la inversión en televisión, mientras Aguirre Gómez y Pancho González, contrarios a la corriente, buscan tener canal de televisión abierta… Sí, a simple vista todo esto parece una locura…

La primera aclaración que creo es válida hacer aquí es que la persona llamada Francisco de Jesús Aguirre Gómez ha sido el concesionario concursante y aceptado por el IFT para obtener señal abierta de televisión, con lo que debemos aclarar aquí que no es Grupo Radio Centro como empresa la que se está jugando este compromiso, sino únicamente el licenciado Aguirre Gómez; en tanto, Don Pancho González sí ha concursado desde la figura operativa de Televisión Digital. Hecha la aclaración de quién es quién y quién debe dar respuesta a estos montos va una explicación más: ¿por qué buscar invertir en televisión abierta a estas alturas de la digitalización mediática?

Para muchos espectadores mediáticos tanto la radio como la televisión abiertas están muriendo; para muchos analistas la inversión debiera de centrarse únicamente en los influencers, quienes juegan al cine de vistas como en otros tiempos jugó Charles Chaplin, realizando gags e invirtiendo únicamente en lanzar a las redes sociales sus mensajes y propuestas visuales.

Qué puede entonces llevar a Milenio y a Radio Centro a invertir tanto dinero para continuar con la industria de televisión, quizá, y dado el comportamiento que ambas empresas han manifestado (aún Francisco Aguirre, quien no liquidó ni corrió a ningún trabajador, pese a la contracción empresarial que puso en marcha desde hace cuatro meses), ambos empresarios creen en la importancia de invertir en la gente creativa. Y es que en ambos casos me consta de forma personal que la idiosincrasia de ambas empresas se ha centrado en pagarle a sus empleados y conductores, así como a sus reporteros, y no a subarrendar espacios para que sean vendidos al mejor postor sin importar los contenidos que emitirán.

¿Alcanzarán a reunir sendas aprobaciones el pago de la licitación? Bueno, lo cierto es que Francisco Aguirre está comportándose igual que como lo hizo Grupo Imagen, cerró activos con su personal y emisoras y ahora podrá reunir el dinero de la licitación. Hay que recordar que acciona como persona, no como empresa, digo yo que ha sido muy listo al no descartar a los trabajadores, pese a que la mayoría de los conductores como Talina Fernández están celebrando su vigésimo aniversario de emisión en la banca de espera.

Lo mismo diría de Pancho González, ha sido un sueño largamente esperado por Carlos Marín y todo grupo Milenio el llegar a la televisión abierta, pues si bien ya hace una década realizan televisión restringida, llegarán a la radiodifusión televisiva abierta con la experiencia empresarial de quien ha ido amasando un logro con absoluta paciencia.

Habrá quien me diga que Milenio o Centro me caen bien por haber sido mis espacios de difusión en otro momento, pero justamente porque me ha tocado conocer desde dentro su modus operandi es que digo con conocimiento de causa que ésta que a simple vista pareciera una locura, es una de las acciones más cuerdas que he presenciado en rescate de la radiodifusión mexicana que sigue viva, y muy viva por cierto…

¡Qué vivan los radiodifusores que son radiodifusores y que invierten en las personas, en la industria y en el medio mismo! ¡Bueno eso, eso digo yo!

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