Miguel Gutiérrez El Lobo, locutor en Sabrosita 590, defiende a capa y espada al género afroantillano y asegura que el reggaeton es una moda, por lo que está bien que la gente lo pida, así pasará más pronto.
No le ve los 85 años que lleva la Sonora Matancera o el tango, que data del siglo XIX.
¿Puedes compartirnos un poco de la vasta trayectoria que has realizado, Lobo?
Yo empecé desde 1978, de hecho yo no comencé en la radio musical, que se ha vuelto mi nicho; inicié en una emisora que era sólo de noticias: realizábamos dieciséis horas diarias de información inmediata; este era uno de nuestros slogans, otro era Sólo Noticias; me refiero a la XEX 730, una emisora de Televisa Radio donde yo comencé. Era redactor de noticias, aún sin haber estudiado periodismo, pero aprendí muchas cosas del proceso y fue muy interesante. Luego, ya iniciando la década de los ochenta, esa estación se convirtió en una estación musical bajo la dirección de Juan Calderón, llamada XEX Tú estación, y allí se hizo popular, con José Manuel López Padilla, el “fenómeno Menudo”.
Aprovechando que me hablas del fenómeno Menudo, que en los años ochenta fue tan impactante en México, cuéntame Miguel acerca de la radio popular, la que está cerca de la gente.
Yo he tenido la oportunidad de trabajar en emisoras que han sido muy populares; estuve en la XEW, en la XEX, en la XEQ La Q Mexicana, que luego pasó a ser la emblemática Tropi Q, que fue líder por mucho como emisora popular y luego se convirtió en la KeBuena logrando el éxito que todos sabemos que ha tenido. Luego de la Tropi Q me fui a hacer en la XEW La Gran Cadena W en las madrugadas, luego me fui a la cadena FIRMESA para trabajar las veinte estaciones que se operaban desde México luego me vine en el 2005 a NRM Comunicaciones; ya he cumplido doce años en esta empresa cuya emisora emblemática ha sido y es Radio Mil, así como la XEW fue el emblema de Televisa Radio, aunque esto ya no es así, pues la XEW es ahora combo de la WFM, como fue Radio Centro del Grupo Radio Centro.
Cuando comencé a trabajar me propuse tener una voz fuerte para ser un locutor exitoso, y un día me enfermé y luego de ver especialistas, médicos foniatras, laringólogos, después de estudiar educación de la voz, descubrí que la mejor voz es tu propia voz, que no tienes que andar inventando nada, que no debes imitar a nadie, no debes tratar de ser como otra voz ni debes estar persiguiendo el sueño de nadie, sino aprovechar y enriquecer tus propias cualidades y ser auténtico. Yo he trabajado y he tenido éxito, aunque no me gusta usar esta palabra, gracias a mi naturalidad; yo soy ese Miguel Gutiérrez que estás oyendo, soy el mismo que anuncia en la radio, soy el mismo que hago comerciales, que hago presentaciones ante el público; a veces, claro, hacemos caracterizaciones para ciertas cosas, y en esto se requiere que seas actor, pero cuando soy el locutor/anunciador, soy este que estás oyendo.
Tú que eres El Lobo, dime ¿a qué se debe el uso de sobrenombres animales?
Hace tiempo ya existían locutores con sobrenombre y apodos, yo recuerdo al Monstruo Armenta, al original Perro Bermúdez, padre del que es hoy comentarista de deportes. Yo inicié con varias cosas, te voy a ser sincero, mi apodo no se debió a mi actividad como locutor, sino a mi actividad de cantante. Y es que en el Festival Los Grandes de la Canción Ranchera, en 1985, siendo ya un locutor conocido también cantaba, y me llamaba como dice mi acta: Miguel Gutiérrez; entonces una cantante coterránea (somos de Sinaloa y Sonora), me sugirió: “¡Cámbiese el nombre, porque el suyo está bien para líder sindical, o político, pero no para cantante!”. Pero yo no me lo quise quitar porque tenía un tío, hermano de mi papá, que se llamaba como yo, y estaba muy orgulloso de mí, porque yo era un locutor de la Ciudad de México y entonces adopté ese remoquete que yo ya había usado de adolescente cuando boxeaba, porque fui boxeador amateur.
Pero tienes razón, a partir de mi trabajo empezaron muchos locutores chavos a ponerse nombre de animales. Yo pertenezco a una camada de locutores “chavorrucos”, que no somos los locutores engolados, ceremoniosos, ni los chavitos de hoy, y que comenzamos a decir palabras fuertes… Un día recuerdo que dije “nalgas” ¡y me llamaron la atención! Recuerdo que el disco que se estaba escuchando en el tornamesas se brincó y yo dije: “¡Ay, ay, ay anda bailando esta gorda Concha y ya dio un nalgazo, hágase para allá!”. No me habló mi jefe en ese momento, pero al día siguiente me dijo: “Te pasaste con esto del nalgazo…”. Otra cosa para lo que fui primero fue usar esto de “jotear en la radio”, quien lo hizo al mismo tiempo que yo, y ya no vive, fue Paco Stanley, en aquellos años ochenta comenzamos a jugar y bromeábamos con el público: “¡Pero que te patzooo!”.
Cuéntame de Sabrosita, luego doce años de trabajo en música afroantillana, ¿qué opinas del éxito del reggaeton, qué te parece “Despacito”?
En que buen momento me preguntas esto: Hoy en la mañana el Brodie hizo una pregunta al aire: “¿Qué les gusta y qué no les gusta de Sabrosita?” ¡Uy, se desató la crítica! La gente comenzó a decir que no les gusta el reggaeton, que la estación está yéndose por un rumbo que a ellos no les gusta, siendo que nuestro público ha sido fiel a nuestra emisora, porque son conocedores de la salsa, a ellos les gusta la cumbia, pero no toda la cumbia, les gusta la cumbias colombiana, pero a decir de ellos el reggaeton no les gusta. Lo que creo es que el reggaeton está creando ese quiebre que llevará a una reinterpretación de esta música. A mi juicio, mi jefe Manuel Durán está incluyendo al reggaeton en Sabrosita para no perder al público joven, aunque a los salseros tradicionales no les hace gracia. Al respecto te diría que los directores artísticos de la emisora, tanto como la radio misma, están sufriendo una transformación.
¿El reggaeton será una globalización de la radio musical?
Mira, yo siento que el reggaeton y todo este fenómeno de “Despacito” es un tipo de música que se está haciendo moda, pero no es un género musical, tiene de pop, de grupero, de salsero, en fin, es una moda y algún día lo oiremos como a “La Macarena”. Hoy lo importante para el creativo de radio es evaluar cuánto debo programar de salsa, de reggaeton, de bachata y cómo influye todo esto, pues hay escuchas muy fundamentalistas. Existe gente que no te permite hablar ni de música grupera o de banda, pero la música es música en realidad, y no debes de condenar algo que no es de tu gusto. A mí me parece que será difícil que el reggaeton trascienda como lo ha hecho la música afroantillana, no lo veo durar 85 años como la Sonora Matancera, o que dure como el tango desde el siglo XIX. No hay que preocuparse tanto por el reggaeton, entre más suene más rápido se desgasta…
¿Qué es para Miguel Gutiérrez El Lobo la radio?
La radio significa mi vida, fue dejar de ser un empleado que cobraba el sueldo mínimo a ser un locutor que ha logrado darles una educación y una casa a mi familia, la radio es para mí la oportunidad que he tenido de ser conocido por la gente, tal vez no como Pedro Infante, pero es muy satisfactorio que la gente me habla con familiaridad, ser locutor de radio me ha dado estar de forma inmediata con la gente, la radio es el medio completo para influir en la gente, pero tiene un encanto más: que desarrollas la imaginación. No hay nada más libre –igual que la educación–, la imaginación te hace libre, en la radio puedes imaginar, en una emisora musical tú no eres el protagonista, tú debes ser el conducto gracioso y breve que acompaña a la gente.
