“El Rey” contó entre sus intérpretes a figuras icónicas de la música ranchera: Miguel Aceves Mejía, Pedro Infante, Pedro Vargas, Jorge Negrete y Lola Beltrán. Pero su influencia ha llegado a diversas generaciones y géneros, el pop, el rock y otras expresiones de la música latina.
¿Cuál sería la gran lección que José Alfredo Jiménez dejó a las nuevas generaciones de compositores? Tal vez explotar la parte emocional de la canción. No contenerse y llevarla a su plenitud, pero con un lenguaje accesible, con el que es fácil conectarse.
El dramatismo es un elemento muy representativo de sus canciones, ya sea por la pena de un amor malogrado, o la fuerza pasional de una relación, e incluso, la nostalgia por el campo.
Y como muestra del gran poder emocional de José Alfredo Jiménez, aparece Entre Dolores y Remedios. Tributo a José Alfredo Jiménez, un libro de Leopoldo Barragán Maldonado con prólogo de Paloma Jiménez Gálvez, hija del cantautor.
Barragán Maldonado asegura que las composiciones de José Alfredo tienen la capacidad de ofrecer un remanso a personas que atraviesan por trastornos emocionales como la ansiedad o la depresión.
Desde el ángulo filosófico, sin seguir ninguna escuela en particular, el escritor pone en evidencia el “poder curativo” de sus canciones, y cuenta con el respaldo de los testimonios de varios seguidores incondicionales de José Alfredo Jiménez.