Mi primera incursión en la radio la hice en 1975.
En mis ratos libres, me encantaba hacer experimentos con el sonido en mi casa. Desarmaba radios, tocadiscos y grabadoras. Conectaba cables e instalaba parlantes en diferentes lugares y hasta construí una pequeña consola desde la cual podía controlar algunos equipos en mi habitación.
Todo esto era totalmente empírico, lo que me llevó a crear un par de cortocircuitos que dejaron sin luz mi casa y algunos de esos aparatos quemados. Pero lo importante era la diversión y la curiosidad que me movía el mundo del sonido.
Por esos días, un vecino que veía mi interés en estos experimentos y que estudiaba electrónica llegó a mi casa a mostrarme un libro de Mecánica Popular que traía varios proyectos para construir en casa, entre ellos el de una emisora de radio en A. M.
En ese momento, nunca se me había pasado por la cabeza que algún día me iba a dedicar a esta profesión. Yo quería ser publicista. Sin embargo, mi curiosidad y la insistencia de mi amigo me llevaron a construir esa pequeña emisora que tenía una cobertura de una o dos cuadras a la redonda.
Tan pronto pusimos la emisora al aire, mi amigo perdió interés en ella y prosiguió a realizar otros experimentos, pero fue en ese momento cuando me picó el bichito de la radio, y mi vida cambió para siempre.
En vista de que tenía que transmitir algo por mi emisora, comencé a poner algunos discos de mi discoteca particular, que no era muy grande, que digamos. Tomé prestados algunos discos de mi hermano, pero estaba claro que necesitaba más música.
Otro vecino, un escocés recién llegado del Reino Unido, se convirtió en mi amigo al compartir gustos musicales. Donnie Miranda me invitaba a su casa a escuchar toda la música que había traído de Escocia, la mayoría desconocida en mi Medellín natal.
Aproveché esa amistad y sus conocimientos para invitarlo a sacar adelante mi emisora de barrio. A él le encantó la idea y comenzamos a trabajar en ella. Grabamos un programa con su música, lo llamamos ‘Máxima Nota’ y lo pusimos al aire de inmediato.
Siendo los dos nacidos bajo el signo zodiacal Cáncer, decidimos llamar a nuestra sociedad Cáncer Producciones, nombre que, al final, también le pusimos a nuestra pequeña emisora: Radio Cáncer.
Como era de esperarse, no teníamos mayor audiencia. De hecho, solo transmitíamos algunas horas al día, pues no había forma de automatizar. Alguien tenía que sentarse a poner la música y hablar o dejar rodando un disco o, a lo sumo, un casete.
Los únicos que nos oían eran los amigos y vecinos a quienes poníamos a escuchar la emisora en nuestros radios portátiles, así que la emisora terminó siendo, obviamente, un fracaso en audiencia, pero un gran aprendizaje que nos abrió las puertas para nuestras futuras carreras en radio.
Pero hablemos de ese nombre: aunque a nosotros nos pareció lógico, para nuestros pocos oyentes no significaba nada. Nadie entendía por qué se llamaba ‘Cáncer’, que además es una palabra negativa, al relacionarse con esa mortal enfermedad.
El problema es que no estábamos pensando en los oyentes sino en nosotros mismos.
Muchos años después, gracias a la experiencia adquirida con nuestro trabajo, llegamos a entender que el nombre que uno elija para una estación de radio define su audiencia y crea un modelo para su marca. Por eso uno debe tener un nombre que se destaque entre la multitud, que sea memorable y que represente la personalidad de la emisora.
El nombre de una emisora de radio, así sea tradicional o por internet, puede afectar la lealtad de los oyentes, el interés de los anunciantes y el éxito general de su formato. Si el nombre es aburrido, desagradable o confuso, está perdiendo la oportunidad de retener a sus oyentes.
En el momento de escoger el nombre se deben tener en cuenta muchos factores, y en este artículo he querido mencionar algunos consejos útiles que pueden ayudarle a elegir un buen nombre para su estación de radio.
1. Piense en su público objetivo y el mensaje que quiere transmitir
No caiga en la trampa en la que caímos en nuestros inicios en radio, cuando no nos interesaba el gusto del público sino complacernos a nosotros mismos. Ese nombre ‘Radio Cáncer’ no representaba nada para los oyentes.
Muchas veces es preferible escoger un nombre que describa el formato de su emisora, pero que lo haga de una forma sutil y creativa. Tropicana, aunque no es una palabra castiza ni aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, sugiere claramente que se trata de un formato de música tropical.
En México, Lokura FM sugiere una marca juvenil y La Bestia Grupera define claramente cuál es el tipo de música que toca, igual a como lo hace Romántica FM o Amor.
En contraste, nombres como Radar, Crystal u Oreja FM son difíciles de relacionar con algún formato.
2. Debe ser corto y fácil de decir.
Este fue, por ejemplo, uno de los factores determinantes en la escogencia del nombre para Blu Radio, la cadena de emisoras de radio hablada en Colombia.
Las palabras cortas y de una sola sílaba son más fáciles de aprender y recordar.
3. Elija un nombre que sea fácil de deletrear y que esté en la punta de la lengua de todos
En este caso, Blu tiene el problema que mucha gente asocia ese término con la palabra ‘blue’. De hecho, mucha gente piensa que ese es el significado real de la marca, aunque esa nunca fue la idea.
Es más, en algún momento se pensó en usar una adaptación de la legendaria canción “Nel blu, dipinto de blu’ (“Azul, pintado de azul”) de Domenico Modugno para musicalizar la emisora, pero los derechos resultaban demasiado costosos.
Ahora, vale la pena hacer una curiosa aclaración: ‘azul’, en italiano, se dice ‘azurro’. ‘Blu’, aunque también se usa para describir ese color, es más usado como ‘cielo’. En pocas palabras, ‘blu’ es lo que llamamos en español ‘azul celeste’.
‘Los 40 Principales’ no era difícil de deletrear, pero era demasiado largo. Por esta razón, hace pocos años decidieron acortarlo y ahora, esa cadena de radio juvenil, se llama simplemente ‘Los 40’.
‘El Zol’, un nombre usado en emisoras de radio en los Estados Unidos y en otros países, puede ser un nombre corto, sonoro, fácil de decir y seguramente mucha gente lo relacionará con alegría, calor y fiesta, pero si usted le dice a alguien que escriba esa marca seguramente lo hará con ese y no con zeta.
Lo mismo sucede con La Kalle en Colombia y Perú, o La Karibeña en este último país. Y ni hablar de tratar de escribir nombres como los de las emisoras mexicanas La Ke Buena, Match, Más Flo o Switch.
Piense en la gente, especialmente en la que, en algún momento, va a llenar una encuesta y le toca reconocer el nombre o escribirlo.
4. Cree un nombre que la gente recuerde
No se complique la vida. No invente nombres extraños o muy largos. Ayúdeles a sus oyentes a aprenderse y recordar fácilmente su marca.
Coca-Cola cambió su marca en muchos países por Coke. De hecho, en muchas partes la piden diciendo “Dame una coca”. En 2017, Dunkin’ Donuts abrevió su nombre a solo ‘Dunkin’’. A los computadores Hewlett Packard ahora los conocemos como HP, y seguramente muchos habrán probado el pollo en KFC, que antes se llamaba Kentucky Fried Chicken.
Evite tener que abreviar el nombre de su emisora en el futuro, como le pasó a Los 40.
5. Evite los nombres genéricos
Los nombres genéricos son eso: genéricos. Aunque pueden definir claramente un formato, pueden terminar encasillando demasiado a su emisora. Eso nos sucedió en Caracol con la marca La Vallenata.
Aunque al inicio fue muy exitosa ante la explosión y el auge de ese género musical, con el tiempo la popularidad de esa música se redujo y hubo la necesidad incluir otros géneros, desvirtuando así la marca.
Para evitar esos nombres genéricos y abrir más posibilidades, en México, por ejemplo, se usan nombres como La Tremenda, La Poderosa, La Fiera o La Invasora para las emisoras de música Popular.
6. Piense en la personalidad de su emisora de radio
En 1982 comencé a trabajar en una emisora llamada Radio Disco. Este nombre existía antes del auge de ese ritmo bailable de los finales de los 70, pero mucha gente joven comenzó a relacionarla con ese género.
Los dueños de la emisora no querían cambiarle el nombre, pero nosotros queríamos incluir otros géneros musicales más actuales y variados, con un sonido parecido al de las emisoras estadounidenses de éxitos actuales, siempre enfocados al público joven.
De esta forma, y basados en el distintivo de llamada que era HJZH, quisimos darle un retoque a la marca con algo que llamara la atención, que le diera un toque juvenil, y que sonara parecido a algunas emisoras estadounidenses. De esta forma, le añadimos las letras ZH a la palabra Disco, así: Disco ZH.
En México, un nombre como Digital define fácilmente el grupo objetivo al que está dirigida esa estación. Lo mismo sucede con Máxima, Hits, Xtrema o Ultra, marcas de emisoras de música Pop en inglés y español.
7. Asegúrese de que el nombre de la emisora no esté ya en uso
Es fácil caer en esa trampa. Hay una frase en la industria de la radio que muchos conocen: “En la radio, ya todo está inventado”. Y ello se refiere a que a muchos se nos ocurren ideas que, más tarde, cuando las sacamos adelante, nos enteramos de que alguien ya las había realizado.
Y esto suele suceder con las marcas. Si voy a abrir una emisora de baladas en español, seguramente se me ocurrirá usar palabras como Amor, Romance, Romántica, etc., pero esas marcas ya están ocupadas, desde hace muchos años, por otras emisoras.
8. Comprobar si el nombre de dominio está disponible
Ahora, supongamos que encontró el nombre perfecto, pero no es ningún secreto que hoy en día es indispensable tener el streaming de la emisora por internet, así como una página y presencia en las redes sociales.
Si el nombre que seleccionó ya no está disponible en internet, probablemente sería mejor buscar otro que sí pueda usar.
Conclusión
Estas son solo algunas ideas. Si quiere conocer más a profundidad el tema, si quiere más ideas y conceptos importantes para tener en cuenta antes de ponerle un nombre a su emisora, le recomiendo leer mi otro artículo llamado “La importancia del nombre de su emisora”.