En la radio y los podcasts, la retroalimentación hacia los talentos suele enfocarse en aspectos técnicos: segmentos largos, bromas poco claras, falta de reinicios o errores al mencionar la estación. Aunque estos puntos ayudan a mantener el tiempo de escucha (TSL), pertenecen a la parte menos poderosa del contenido.
Si se busca que un programa impacte y genere lealtad, es necesario centrar la atención en el contenido y el desarrollo de los personajes. Ahí está la verdadera diferencia.
El humor es la cualidad más valorada por los oyentes en programas matutinos. No todos los shows pueden ser graciosos, pero todos pueden ser divertidos. La interacción natural entre conductores, el uso de personajes recurrentes, juegos mentales, historias con conflicto o emoción y discusiones temáticas contribuyen a crear una experiencia inolvidable.
Además, la autenticidad es clave. Los personajes que comparten experiencias reales, que muestran vulnerabilidad y se permiten ser humanos, generan empatía. Esa conexión emocional transforma oyentes ocasionales en seguidores fieles.
La ejecución técnica sigue siendo importante, pero un contenido brillante con fallas menores puede tener más impacto que uno perfecto pero vacío. El verdadero reto está en entrenar y desarrollar programas con alma, con corazón y con propósito.
¿Se está priorizando la perfección técnica o la conexión emocional con la audiencia?
Esta nota fue realizada con base en un artículo publicado por Radio Ink.