El liderazgo empático en los negocios ha cobrado gran relevancia, y diversas fuentes resaltan la importancia de adoptar prácticas más empáticas. Entre las recomendaciones, se destacan dos enfoques clave.
El primero es dejar de escuchar para responder y, en cambio, adoptar una escucha centrada en la comprensión. Ser un oyente empático implica hacer preguntas abiertas, evitar juzgar y expresar comprensión incluso cuando no se sabe qué decir. Ofrecer consejos solo cuando se solicitan y formulando sugerencias como preguntas son estrategias efectivas para ser percibido como un líder empático.
Otro método sugerido es cambiar de perspectiva, practicando los tres tipos de empatía según la clasificación de Masterclass. La empatía cognitiva implica relacionarse con la perspectiva del otro sin inyectar opiniones personales. La empatía compasiva, por otro lado, se activa al brindar una visión imparcial de la causa y efecto de una situación, combinando la preocupación emocional con acciones prácticas para reducir el sufrimiento.
Por último, la empatía emocional se define como una experiencia compartida y visceral de cuidado por el bienestar del otro. Estos enfoques son esenciales para abordar situaciones difíciles con el equipo y fomentar relaciones más sólidas.
Esta perspectiva de liderazgo contribuye a construir relaciones más sólidas con el equipo, lo que, a su vez, se traduce en un mejor rendimiento y éxito en las ventas. En resumen, reflexionar sobre las propias acciones antes de dirigirse al equipo es clave para cultivar la empatía y fortalecer las relaciones laborales.
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