Quienes hemos aprendido a hacer radio de forma empírica -creo que la gran mayoría de mis lectores lo han hecho así- muchas veces no tenemos claro cómo funcionan la mayoría de los equipos que conforman la cadena de transmisión.
Me refiero a todo el proceso que ocurre luego de que la señal que originamos en cabina recorre hasta la punta de la antena y es emitida al aire.
De hecho, y para ilustrar sobre el tema, decidí escribir varios artículos al respecto. Estos son algunos de ellos:
Equipos necesarios para una emisora de radio – En la cabina
Equipos necesarios para una emisora de radio – En la sala de equipos
Equipos necesarios para una emisora de radio – En el puesto de transmisión
Incluso, hace poco escribí un artículo que contaba “Qué es un procesador de audio, para qué sirve y cómo se maneja”
Mi recomendación es que, si a usted le gusta que su emisora suene bien al aire, se distinga de los demás y sea la envidia de la comunidad de radiodifusores, lea con atención esos artículos y estudie, por su cuenta, otras publicaciones que hablen al respecto.
Eso sí, ¡empezando por el manual de operaciones de sus equipos!
Sí, y es que, aunque suene demasiado obvio, es normal que los usuarios pocas veces lean los manuales y las instrucciones y se vayan directo a los procesadores de audio a tratar de conseguir el sonido deseado sin saber cómo hacerlo, cómo conseguir ese sonido que diferenciará a su emisora de las demás.
Seguramente muchos recordamos los controles tradicionales de los equipos de antes, esos que traían algún botón giratorio para controlar la ecualización. Generalmente los bajos se obtenían girando a la izquierda el botón y los brillos a la derecha, y uno trataba de encontrar el punto ideal.
También había algunos equipos que traían dos o tres botones, uno para cada banda de ecualización, bajos, medios y agudos, que también se manejaban girando los controles hasta el punto deseado.
Pero los que más nos llamaban seguramente la atención eran los ecualizadores gráficos que traían los equipos de sonido caseros en la antigüedad. Incluso, muchos radios de carro los traían. Presentaban una serie de barritas verticales que podían ser movidos de abajo a arriba y que aumentaban o disminuían el volumen de cada frecuencia de audio.
Y no sé en su caso, pero en el mío, lo normal es que habitualmente formaran una especie de ‘sonrisa’, haciendo énfasis en los bajos y los brillos y dejando los sonidos medios en 0 o incluso bajándolos un poco.
También encontrábamos en algunos equipos más sofisticados, especialmente en las consolas de grabación, los ecualizadores paramétricos, que requerían de un manejo más especializado. Yo, realmente, nunca me sentí cómodo usándoles, encontrando más fáciles los ecualizadores gráficos, en los que podía dibujar esa ‘sonrisa’.
Como sea, muchos creen -y eso me pasaba a mí al principio- que los procesadores de audio (Orban, Omnia, CRL, Solidyne, Telos, DSPX, etc.) funcionan igual que un ecualizador, y cuando tienen la oportunidad de manipular uno, lo primero que se les ocurre es buscar la forma de configurar los bajos y los brillos.
Sin embargo, la cosa no es tan sencilla, y por eso siempre es aconsejable no meter mano en el equipo a no ser que esté acompañado de alguien que realmente sepa configurarlo debidamente, esto con el fin de no llevarse sorpresas muy desagradables.
De hecho, y conociendo ese afán nuestro por tratar de ‘jugar’ con los procesadores, estos traen preconfigurados de fábrica algunos preajustes, usando como base los formatos más populares de las estaciones de radio estadounidense: Rock, Jazz, Clásica, Adulto Contemporáneo, etc.
Y ese puede ser un buen punto de partida: ensayar con esos presets que trae el procesador para ver cuál se acerca más a lo que se desea en cuanto a la calidad de sonido que debería tener la emisora para reflejar su personalidad.
Pero ahí no debería terminar el trabajo.
Lo mejor que se puede hacer es lograr un sonido único, característico y fácil de identificar, algo que realmente distinga a su emisora del resto. Este ha sido un trabajo permanente de muchos directores de emisora y de los departamentos técnicos o de ingeniería.
Hay personajes famosos en la radio colombiana. Uno de ellos fue el legendario Jairo Tobón de la Roche, quien junto con sus hermanos Bernardo y Jaime, fue uno de los fundadores de lo que sería el circuito Todelar (que es la unión de las iniciales de sus apellidos).
Sin embargo, los hermanos tomaron caminos distintos, Bernardo se quedó en Todelar, Jaime fundó otras emisoras y Jairo pasó a Caracol. Después, a RCN.
De su paso por Caracol, Alberto Piedrahita Pacheco recordaba al diario El Tiempo: “Cuando el ciclismo colombiano comenzó su proyección en Europa, Tobón dirigió la parte técnica de las transmisiones de la vuelta a España y a Francia”.
Jairo Tobón fue el gestor de que la radio colombiana tuviera satélites propios y lideró esas transmisiones. Fue el primero que transmitió desde fuera de Colombia, en los años 70, y el primero que montó una emisora colombiana en un mundial de fútbol (Italia 90), cuando ya estaba en RCN.
Muchos recuerdan cómo este radiodifusor, fallecido el domingo 14 de mayo de 2006, recorría los estudios y puestos de transmisión con su radiograbadora Silver y el destornillador con el que ajustaba la calidad del sonido de las emisoras. Era el terror de los ingenieros y el responsable de que muchos consideraran que las emisoras a su cargo sonaran “como una campana”.
Pero ¿cómo lograr ese sonido tan especial? ¿Cuáles podrían ser unas recomendaciones esenciales?
En un artículo publicado en el portal radioiloveit, Thomas Giger compartía una conversación con el ingeniero Frank Foti, fundador de la empresa fabricante de procesadores de audio Omnia y responsable del diseño de sonido de la legendaria emisoras neoyorquina Z-100.
“Cuando trabajamos con el procesamiento de audio, la recomendación más importante es utilizar lo que yo llamo «el método de ‘dormir sobre ello'». Es fácil comenzar a ajustar y ajustar el sonido, y decir: ah, suena fabuloso. Pero no nos damos cuenta de que nuestros oídos se desensibilizan con el tiempo”, aseguraba Foti, quien actualmente se desempeña como CEO de la firma Telos Alliance.
“Es como poner un dedo debajo de un chorro de agua caliente de un grifo de cocina. Al principio se siente muy caliente, como si estuviera a punto de quemarse, pero después de unos segundos, comenzará a sentirse menos caliente”.
En la misma entrevista, Foti también decía: “Lo mismo sucede con nuestros oídos. Cuando trabajo en un algoritmo, lo hago durante no más de 20 minutos. Luego, me detengo y permito que mis oídos se descompriman o se refresquen. Puedo responder algunos correos electrónicos o tomar un vaso de té helado, que es una bebida que disfruto”.
Y su consejo es el de no pensar que con el trabajo inicial pudo haber logrado el efecto deseado: “También es importante tomarse su tiempo al evaluar el sonido. A veces, cuando ajusto el sonido de la emisora al aire, puedo pensar que suena bastante bien, pero al día siguiente, al reiniciar el proceso, a menudo me pregunto: ¿en qué estaba pensando?
En mi experiencia, este proceso lleva un par de días. A veces, hay un deseo de apresurarse y terminar la configuración de procesamiento de señal, conectarlo al transmisor y tenerlo listo para la medianoche. A veces funciona bien, pero la mayoría de las veces es un proceso en el que vale la pena invertir unos días o incluso una semana. Cuando lo haces correctamente, puedes configurarlo, olvidarte de ello y seguir adelante”.
Ahora, siempre existirá una preocupación: así como el señor Tobón andaba con su radiograbadora Silver escuchando su emisora en diferentes escenarios, también hay que tener en cuenta que se va a escuchar en diferentes receptores de radio: en el carro, en la cocina, en un radio portátil, en el radio que traen algunos celulares, etc.
¿Cómo lograr una ecualización y calidad de sonido que se acople perfectamente a todas esas opciones? ¿Es viable? ¿Hay que tomar decisiones difíciles y sacrificios?
“Parte de la clave está en tener el dispositivo adecuado desde el principio. En mi oficina, tengo un buen conjunto de altavoces Tannoy que utilizo. También tengo un transmisor de FM de baja potencia para poder escuchar en mi automóvil o en un par de radios de mesa.
Seguro, la palabra ‘sacrificios’ tiene su lugar en algún punto, pero según los comentarios que hemos recibido con base en nuestro trabajo en los últimos años, no recuerdo haber tenido que hacer ningún sacrificio.
Dicho esto, a veces eso depende de las personas que se han tomado el tiempo de asegurarse de que funcione adecuadamente en diferentes plataformas. Al mismo tiempo, he estado en ciudades donde enciendo la radio y pienso: ¿qué diablos es eso? Y luego descubro que es nuestro propio producto.
Puedes tener el mejor avión, pero si tienes a la persona equivocada pilotándolo, es posible que no vuele como el mejor avión, jaja. Se trata de comprender el dispositivo, conocer sus limitaciones y hacer todo lo posible para ser el mejor”.
Otro tema interesante tiene que ver con estar monitoreando el sonido de los competidores. En mi caso personal, y como director de emisoras musicales en las 2 cadenas de radio más importantes de Colombia, yo siempre recibía la queja de los directores que decían que las emisoras de la competencia sonaban mejor, y muchas veces, incluso, defendían sus pérdidas de audiencia a ese factor.
Siempre traía a la memoria ese viejo dicho que reza que “para las vacas, el pasto siempre será más verde al otro lado de la cerca”.
¿Y qué piensa Foti al respecto? ¿Es importante monitorear lo que hace la competencia en todo momento, o debería centrarse en su propia estación y seguir su propia visión de cómo sonar genial, incluso si tal vez es 2 dB menos fuerte que su vecino?
“En mis días de radio, siempre estaba escuchando mi estación y a la competencia. Escaneaba el dial constantemente. Cuando conduces tu automóvil, tus ojos están en la carretera, pero cada cierto tiempo debes mirar por el espejo retrovisor con la esperanza de que nadie te choque o intente adelantarte de una manera que no deseas. En la radio tenemos que hacer lo mismo”.
¿Otras recomendaciones de Mr. Foti?
- Haga que su emisora sea reconocible fácilmente
Comencemos con lo más básico. Foti explica que el procesamiento de audio consta de dos componentes principales. Uno de ellos es un dispositivo que se asegurará de que no ocurra una sobremodulación (es decir, que no haya demasiada señal entrando en el transmisor).
En los Estados Unidos, la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones) especificó que el nivel de audio para los transmisores de FM no puede exceder una desviación de la onda portadora de 75 kHz por segundo, algo a lo que a menudo se hace referencia en la radio estadounidense como «modulación al 100%». Para la radio AM, existen reglas diferentes:
«En la transmisión de onda media, debemos controlar con precisión el pico, para que el nivel máximo nunca exceda más del doble de la amplitud del portador».
Aparte de esta necesidad técnica, el procesamiento de audio se utiliza para crear un sonido distintivo y constante, desde la ecualización hasta el control dinámico de los niveles de audio con control automático de ganancia, compresión y limitación (limitación de picos y limitación dura o recorte/clipping).
Pero no se maneja igual que un ecualizador tradicional. Un procesador de audio funciona de otra manera y hay que tener en cuenta varias funciones que trae:
«No hay una receta perfecta para lograr todo esto», dice. «En cada una de esas funciones, hay una serie de otros aspectos que influyen en ello. Ataque (Attack), liberación (Release), relación (Ratio), umbral (Threshold), puertas (Gating)… la lista continúa. Dentro de todos estos, podemos hablar, por ejemplo, de cómo se crean las propiedades de ataque y liberación; hay múltiples formas de hacerlo».
2. Encuentre su equilibrio entre volumen y calidad
Como cualquier ingeniero de sonido en una emisora de radio, Foti también ha escuchado todo tipo de solicitudes y comentarios. «El sueño de todo locutor es sonar lo más fuerte posible. No importa si está tocando Hard Rock o música clásica, nunca he conocido a un locutor que no haya dicho al menos una vez: ¿cómo podemos sonar un poco más fuerte?»
Foti explica que existen diferentes características del procesamiento de audio que afectarán al equilibrio entre volumen y calidad de audio, en función de cómo trabajen juntos las tres etapas principales de un procesador: control de ganancia o compresión, limitación y luego limitación dura o recorte (clipping).
«En general, si aumentas la limitación o el clipping, obtienes más volumen, pero comienzas a escuchar el efecto que eso produce. Busca un punto óptimo donde haya un sonido completo y rico que sea competitivamente alto y con el que puedas obtener lo mejor de ambos mundos».
3. Determine su objetivo principal
La recomendación de Frank Foti para los programadores, gerentes y propietarios de emisoras que desean ajustar su procesamiento de audio fuera de las configuraciones predeterminadas de fábrica es tener un objetivo claro, pero hacer pequeños ajustes.
«Tómate un poco de tiempo para entender cómo manejar el dispositivo, para que puedas decir: bien, queremos que suene un poco más completo, así que parece que debemos aumentar un poco los limitadores de banda múltiple. O: queremos un poco más de volumen en general, así que si el clipping (recorte) está configurado en medio dB, veamos qué sucede si lo aumentamos en medio dB.
Alguien podría decir: medio dB es solo una pequeña cantidad de señal. Bueno, lo es, si estamos hablando de audio sin procesar, pero el audio que ha sido procesado es bastante denso. Si aumentamos eso en medio dB, el efecto en el oído es audible».
Por lo tanto, su consejo es trabajar en una cosa a la vez y hacer solo pequeños ajustes. «No te excedas. Escucha durante un tiempo y comprueba si ese es el efecto que estás buscando».
4. Conozca las causas de su éxito
Este es un consejo muy útil, porque muchas personas sienten la tentación de cambiar todo al mismo tiempo, porque quieren más graves, más agudos y más volumen.
«Así es, y al final, si te gusta o no el resultado final, realmente no sabes cuál fue el elemento que hizo la diferencia. Lo que siempre he hecho es escuchar algo y preguntarme: ¿cuál es el elemento más importante? Cuando lo conseguía, decía: ¿qué sigue?
Al tomar un enfoque paso a paso, generalmente podía llegar a donde quería llegar. ¿Sucedió en cinco minutos? Muy raramente. A veces podría haber llevado horas o incluso días, pero al menos usé un enfoque metódico para pasar de un punto A a un punto B».
5. Agrade a su audiencia femenina
Foti continúa entregando otras recomendaciones, muchas veces impensadas por nosotros, los simples mortales que solo queremos lograr lo que consideramos un “buen” sonido.
¿Cuáles son las consecuencias si, por ejemplo, se añade más volumen, o más agudos, o más graves? ¿Qué otros consejos nos puede dar?
«Si comienzas a agregar demasiado clipping, en algún momento, las cosas sonarán mal», dice en referencia a la distorsión general causada por el deseo de sonar muy alto. «Las voces comenzarán a sonar antinaturales, como si se estuvieran desgarrando».
Un tema interesante es la aparente intolerancia femenina hacia los sonidos agudos. En su opinión, uno debe evitar la distorsión de alta frecuencia en lugar de las altas frecuencias en sí:
«Tuve discusiones con directores de emisoras de formato Adulto Contemporáneo que decían: ¡no subas los agudos! Yo decía: ¿por qué? Ellos decían: las mujeres se desconectarán. Yo decía: no, eso no es cierto. Las oyentes femeninas se desconectarán si escuchan distorsión de alta frecuencia, como cuando los platillos ya no suenan limpios o cuando las teclas altas de un piano suenan antinaturales».
6. Reduzca la distorsión de bajos
Su consejo es evitar también la distorsión de baja frecuencia: «Si estás sobrecargando algo con bajas frecuencias, puedes crear el efecto de demasiado clipping cuando en realidad no lo hay. La longitud de onda de los graves es la más grande dentro del espectro de frecuencias, por lo que si una nota de bajo entra en clipping, empuja todo el rango del espectro de audio momentáneamente hacia el clipping.
Esto comienza a dar un sonido muy antinatural; casi un sonido desgarrado. La mayoría de los procesadores de audio te darán la opción de establecer un umbral de clipping para los graves de manera independiente de todo lo demás, lo que minimizará la distorsión de modulación por intermodulación inducida por los graves.
Si hay una sección de limitación de múltiples bandas involucrada, y tienes acceso a sus parámetros en forma de umbral (threshold) y tiempo de ataque (Attack), hay formas de ajustar cómo funcionan las bajas frecuencias en relación con ese bajo profundo, rico y contundente en lugar de tener que sacrificar los graves sobrecargados».
7. Agrade a sus oyentes masculinos
Lo que sí es cierto es que hombres y mujeres, en general, disfrutamos del sonido de una manera diferente. Probablemente los hombres preferimos sonidos más fuertes, contundentes, y las mujeres quieren escuchar algo más tranquilo, delicado y rítmico.
Por esta razón, ha habido programadores que, al tratar de mantener por más tiempo a sus oyentes mujeres en sintonía, evitan posibles factores que alejaran a las oyentes, como los sonidos agudos y desagradables.
Pero ¿qué pasa con los hombres? ¿Nos gustan o no ciertos sonidos? ¿Se acuerdan de la ‘sonrisa’ en el ecualizador que mencioné arriba?
«A los hombres les encanta el volumen, les encanta el bajo», asegura Frank Foti. «Existe algo en la radiodifusión llamado ‘la curva de la sonrisa’. Es donde tomas un ecualizador de 10 bandas y aumentas las bajas y las altas frecuencias. Cuando miras los deslizadores, parece una sonrisa.
Hubo un tiempo en que un buen sistema estéreo tenía un ecualizador. Si era de un hombre, generalmente esa era la curva que tenía. Y, sí, eso mismo me pasa a mí. Disfruto del audio fuerte. Crecí con The Who. ¡Ellos sabían de volumen! Jaja.»
Conclusión
Foti entrega en esa entrevista varias recomendaciones más. Probablemente las compartiré en un artículo próximo.
Aquí lo importante es entender claramente cómo funciona el procesador de audio. Saber que se necesita de un experto para manipularlo y sacarle el mayor provecho, y que usted, como director de emisora o gerente, es quien al final debe decidir si lo que sale al aire es lo que usted realmente necesita para satisfacer a su audiencia y ganar la batalla de la calidad del sonido frente a sus competidores…
¡Ah! Y una última recomendación: si usted tiene una emisora online, así sea que retransmita la señal de su emisora de AM/FM o de solo internet, procure procesar el audio.
Este es un pecado que suelen cometer este tipo de emisoras, que muchas veces se hacen imposibles de escuchar por la cantidad de distorsión, problemas de modulación, variaciones de volumen y sonidos desagradables que cansan el oído.