Equipos necesarios para una emisora de radio – En la cabina

En esta primera parte describo los equipos más comunes dentro de una cabina.

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Cuando uno trabaja en radio, es común recibir visitantes que desean conocer de cerca cómo funciona una emisora. Pueden ser familiares, amigos, oyentes, anunciantes y muchas otras personas que se imaginan que la cabina es una especie de puesto de comando de una nave espacial.

Pero también, quienes trabajamos en radio, hemos visto la cara de frustración de esos visitantes cuando entran a la cabina y preguntan: “¿y esto es todo?”. Y esto sucede más hoy en día, cuando todo se ha digitalizado y el trabajo se realiza, casi que totalmente, con computadores.

Sin embargo, nuestro templo sagrado, nuestro sitio de trabajo sigue siendo un lugar lleno de equipos, algunos visibles y otros más escondidos. De hecho, existen algunos equipos que muchos radiodifusores ni siquiera saben que existen o para qué sirven.

En esta serie de 3 artículos voy a hablar, primero, de los equipos que se encuentran en una cabina de radio. En el siguiente, hablaré de los equipos que llevan la señal desde los estudios hasta los transmisores, y finalmente les contaré qué equipos conforman los puestos de transmisión.

La cabina de radio

En los inicios de la radio, tanto los estudios de emisión como los equipos de transmisión se encontraban todos en el mismo edificio. Con el tiempo, para evitar molestas interferencias, evitar la exposición a altos voltajes y para generar más cobertura, los transmisores han venido siendo trasladados a sitios ubicados, generalmente, en sitios remotos en las afueras de las ciudades.

De esta forma no solo se evita que la gente del común entre accidentalmente en contacto con algún elemento potencialmente peligroso, sino que se evita cualquier reclamo por radiación de ondas electromagnéticas. También, al ubicarse en montañas o en torres de gran altura, es posible ganar cobertura de la señal.

Pero todo lo que se escucha en la radio, ya sea en su señal análoga, digital o por internet, se origina en la cabina de la emisora. Y dependiendo de muchos factores, es posible que una misma emisora cuente con varios estudios de emisión.

Por ejemplo, en Blu Radio, que fue la última emisora en la que trabajé, había dos estudios de emisión. En el principal se emitían los programas con más personal al aire y, en el segundo, los programas que requerían menos recursos o menos presentadores.

Incluso, al turnarse los dos estudios se aprovechaba para hacer aseo y mantenimiento en el que no estuviese al aire. Además, podía usarse para grabar otros programas y entrevistas.

Ahora, no es lo mismo un estudio de radio hablada que uno para una estación musical. La radio hablada generalmente necesita muchos más recursos, no solo por la cantidad de gente que sale al aire, sino por los operadores, productores y técnicos que intervienen en un programa.

A continuación, algunos de los equipos más importantes:

Consola de audio

En el corazón de cualquier estudio se encuentra la consola de audio (a veces llamada mesa de sonido o consola de mezclas). Esta es la interfaz que utiliza el operador de audio para controlar lo que se escucha al aire.

La consola tiene varios canales de entrada que permiten conectar diferentes equipos. De esta forma, cada canal puede tener su propio nivel de volumen, ecualización y estar abierto o cerrado. Los ‘faders’ o potenciómetros se usan para controlar el volumen de entrada.

Las consolas de radio son diferentes a las de amplificación y, a menudo, son más costosas, ya que están diseñadas específicamente para facilitar el trabajo de los talentos al aire y tienen más prestaciones, teniendo en cuenta la diversa cantidad de fuentes de audio que pueden necesitarse en una transmisión.

Cuando se activa un micrófono, la consola está configurada de tal forma que silenciará cualquier altavoz y encenderá la tradicional luz de «al aire», aunque hay emisoras musicales que prefieren no apagar los parlantes de la cabina para ‘calentar’ el ambiente, tal como funcionaban las emisoras de O’Globo en Brasil cuando conocí sus estudios en 1992.

Lo que se busca al apagar los monitores es que su sonido no se retroalimente por el micrófono y produzca ‘feedback’, un chirrido muy molesto para los oídos.

De la misma forma, el operador activará el canal correspondiente para reproducir el sonido proveniente de un computador, de una transmisión remota o de una llamada telefónica.

Aunque lo habitual es que el operador active el canal mediante un botón y dé clic para lanzar el audio desde un computador, también se puede configurar la consola para que el audio se ‘dispare’ con solo apretar el botón de apertura del canal correspondiente.

Si bien las consolas de audio analógicas tienen el flujo de audio físico directamente a través de los circuitos de la consola, muchas emisoras usan ahora consolas de audio digital, que en realidad son una especie de control remoto que envía la señal a un motor de mezcla, ubicado generalmente en la sala de los racks (y que describiremos en el próximo artículo).

Micrófonos

Un micrófono capta los sonidos del estudio y los convierte en impulsos eléctricos. Los micrófonos de transmisión están diseñados de manera un poco diferente a los que se usan en equipos de amplificación, ya que se evitan problemas como la retroalimentación en un estudio puesto que los altavoces se apagan al activar los micrófonos.

Los locutores experimentados a menudo tienen un micrófono favorito, pero la decisión final siempre será del departamento técnico. Generalmente se usan micrófonos del tipo condensador, que eliminan el sonido que no proviene directamente de la boca del locutor.

Brazo de micrófono

Los micrófonos de estudio a menudo se montan en un brazo especial que los mantienen a la altura y la distancia correctas. Estos brazos a menudo se extienden sobre la consola de audio, los monitores de computador y otros equipos, lo que deja mucho espacio libre en la mesa para acomodar otros equipos y las notas de papel que se usan habitualmente.

Algunos estudios prefieren tener sus micrófonos en bases individuales ubicadas encima de la mesa de trabajo. Otros prefieren, incluso, colgar estos brazos del techo para evitar el sonido que se produce inintencionalmente al golpear la mesa, al apoyar los codos o al colocar algún elemento sobre ella.

Software de automatización de reproducción

El sistema informático que reproduce música y otros archivos de audio (comerciales, promociones, identificaciones, música, programas grabados, etc.) se denomina ‘Software de automatización’. Algunos lo llaman ‘Automatizador’.

Se trata de programas de computación especialmente diseñados para la reproducción continua y automatizada de audio, aunque permiten entregar control a locutores y directores de programas.

En el corazón de cualquier sistema de automatización se encuentra el ‘log’ o «registro», una lista que impone la secuencia en la que se deben reproducir los archivos de audio y los comandos de diferentes acciones.

Por ejemplo, es habitual que en una emisora musical exista un Programador, quien mediante el uso de un software de programación crea una playlist o log de música. El archivo que genera ese software debe ser ‘inyectado’ al automatizador para su posterior reproducción al aire.

Generalmente, también, el área que maneja la pauta comercial también dispone de un software parecido para secuenciar a lo largo del día las cuñas o anuncios de los clientes. Ese software también genera un log que debe ser inyectado al automatizador.

Algunos softwares de programación, como Selector, Powergold o Music Master, integran las listas de emisión de música y comerciales para un manejo más limpio y unificado.

La mayoría de los sistemas de automatización tienen opciones en pantalla para crear ‘botoneras’ en las que se pueden cargar promociones, efectos de sonido, presentaciones y despedidas, jingles y otros archivos de audio que no estén preprogramados y que se quieran emitir cuando el operador lo decida.

También permiten configurar la música de tal forma que no haya ‘baches’ entre canción y canción; hacer que la música se desvanezca de manera automática en un horario determinado; poner un archivo de audio en bucle; incluso, emitir de manera automática la hora y el clima.

Muchas veces incluyen un editor de audio y una aplicación que permite ‘montar’ una locución encima de la música, haciendo que su volumen se desvanezca para que la voz se escuche claramente. De esta forma, una emisora puede tener locución pregrabada al aire a cualquier hora o día de la semana.

Así mismo, estos softwares de emisión o automatizadores tienen interfaces para enviar el sonido a sitios web y generan datos para el sistema RDS y hasta permiten navegar por internet en la pantalla.

Medidor de nivel

Para garantizar que la salida de una estación sea consistente, los estudios de radio contienen diferentes medidores de nivel. Estos le permiten al locutor o al operador del panel ver si su audio es demasiado alto o demasiado bajo en un momento dado.

A menudo, habrá varios medidores que muestran los niveles en diferentes puntos de la cadena de transmisión.

Algunas estaciones de radio también usan medidores de fase en paralelo a sus medidores de nivel de audio. Esto ayuda a detectar problemas en el material de origen que pueda causar problemas de desfase del sonido estéreo.

Altavoces o parlantes de estudio

También llamados ‘monitores’, estos parlantes proporcionan una manera fácil de escuchar lo que va al aire sin necesidad de usar audífonos. A menudo son altavoces de muy alta calidad, por lo que se pueden detectar anomalías en la calidad del sonido.

Altavoz de ‘Cue

La traducción literal de la palabra inglesa ‘cue’ es ‘marcador’. Quienes trabajábamos con discos de vinilo antes de la llegada del audio digital conocíamos perfectamente el uso del cue. Habitualmente se trataba de un pequeño parlante ubicado en la base de la consola que permitía ajustar la aguja de la tornamesa en el sitio exacto donde se quería que iniciara la canción.

Mientras el otro disco sonaba al aire, el operador podía escuchar internamente la canción que vendría a continuación en el cue.

O sea, el cue es un altavoz separado para que el locutor escuche todo el audio que se va a transmitir al aire más adelante. De esta forma, un talento que se encuentre afuera del estudio podrá modular o enviar instrucciones por su micrófono sin que su señal salga al aire.

Audífonos

Como mencioné arriba, los parlantes o monitores de la cabina se silencian automáticamente cada vez que se enciende un micrófono. Por esta razón, cualquier persona dentro del estudio necesita auriculares para escuchar lo que se está transmitiendo.

La selección de auriculares suele ser una decisión muy personal basada en las preferencias en cuanto a comodidad y respuesta de frecuencia.

Algunos prefieren los denominados ‘open air’, que además del sonido que llega desde la consola permiten escuchar las conversaciones internas de las personas que están en la cabina y que no estén saliendo al aire.

Otros prefieren estar totalmente alejados de cualquier sonido que pueda dañar su concentración y para ello usan auriculares del tipo ‘closed back’.

En la radio hablada es normal que se puedan recibir instrucciones o tener una conversación con el operador o el productor en plena transmisión. Para ello, generalmente las instrucciones llegan al oído izquierdo mientras que en el derecho se escucha lo que está al aire.

Botoneras personales

Especialmente en la radio hablada, o cuando el Morning Show de una emisora musical cuenta con un equipo numeroso de talentos al aire, se hace necesario el uso de estas cajas llenas de botones que no solo permiten comunicación interna con operadores y productores, sino que dejan que un participante pueda, por ejemplo, cerrar su micrófono para toser o hablar fuera del aire con alguien más.

En el caso del conductor de un programa, este equipo es esencial para lograr una comunicación fluida con todo el equipo de producción; para dar y recibir instrucciones; para saber lo que viene más adelante; para saber cómo se llama la persona que va a hablar remotamente, etcétera.

Estas botoneras se instalan frente a cada micrófono, generalmente empotrados en la mesa. La mayoría de los paneles incluyen un conector para audífonos y algunos incluso traen la opción de conectar un micrófono o una entrada auxiliar de audio.

Luz de ‘Al Aire’

¿Cómo saber que un micrófono en el estudio está en vivo? Para eso existe esta luz especial. La consola de audio enciende y apaga automáticamente esta luz cada vez que se enciende un canal de micrófono.

Por lo general se ubica una de estas luces dentro de la cabina, aunque es normal colocar otra en la parte exterior de la puerta para que los visitantes sepan que los micrófonos están encendidos.

Botonera GPIO

GPIO son las iniciales en inglés de ‘General Purpose Input/Output’, que en español podría traducirse como ‘Entradas y Salidas de Uso General’.

A veces es necesario controlar ajustes que no están disponibles en la consola de audio. Por esta razón muchas consolas tienen al menos una hilera de botones configurables.

Los botones pueden estar conectados físicamente a otros equipos en consolas de audio analógicas o configurarse mediante software en consolas de audio digital.

Estos botones se usan generalmente para controlar cuál estudio sale al aire, para manejar los sistemas telefónicos, los sistemas de automatización o incluso la activación remota de las emisoras que se encuentren encadenadas.

Sistema de monitoreo de llamadas

Este sistema es ideal cuando se manejan muchas llamadas al aire. Se trata de un software que muestra todas las llamadas entrantes en cada línea y permite enviar esta llamada a un estudio o a un canal de audio específico.

La mayoría de estos sistemas permiten crear un perfil de las personas que llaman, a manera de base de datos. De esta forma, cada vez que entra una llamada el productor o el conductor saben el nombre de la persona, si es alegre o aburrida, cuál es su tendencia política, cuáles temas maneja con más conocimiento, cuántas veces llama en la semana y muchos datos más.

Además, permiten chatear entre el estudio y los productores y crear «conferencias» entre varias personas que llaman. El sistema de monitoreo de llamadas a menudo no se conecta directamente a un sistema telefónico, sino que interactúa con el PBX de la emisora o con el híbrido telefónico

Intercomunicador

También se le conoce como ‘Talkback’ (pronunciado ‘tok bak’). Este equipo lo traen la mayoría de las consolas de radio y permiten que el operador hable directamente con el locutor o presentador.

Procesador de micrófono

En las estaciones de radio donde trabajé era normal que los micrófonos se conectaran directamente a la consola. Es decir, la calidad del audio dependía del micrófono o de la tarjeta de audio de la consola.

La primera vez que asistí a una convención de la NAB en Las Vegas, en la que además de conferencias se presentan las novedades tecnológicas del momento, recuerdo que tuve la ocasión de sentarme frente a una consola que estaba en exhibición.

Además de la consola había un micrófono, unos audífonos y una computadora cargada con música, jingles y efectos de sonido, y cualquier persona se podía sentar a ‘jugar’ con ese equipo.

Obviamente lo primero que hice fue buscar una canción y abrir el micrófono para presentarla, y me llevé una gran sorpresa al escuchar mi voz como no la había oído nunca.

Resulta que el micrófono estaba conectado a un procesador que mejoraba la calidad de mi voz haciéndola más cálida y profunda. La diferencia se notaba de inmediato.

Hoy en día es común que muchas emisoras usen estos procesadores de audio para sus micrófonos. De esta forma no solo se escuchan mejor las voces, sino que se regulan los niveles de volumen de manera consistente.

Conclusión

Es posible que haya pasado por alto algún elemento, pero los que describo arriba son los más habituales y típicos de una buena cabina de radio.

En mi próximo artículo hablaré de algunos equipos que casi siempre están escondidos en un panel o rack, y que muchas veces no sabemos para qué se usan ni la magia que producen.

El artículo lo puede leer dando clic en este enlace.

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