En una entrevista concedida al programa de televisión “Tendencias”, que se transmite por el canal local Televid de Medellín, César “El Clásico” Herrera habló del exitoso fenómeno de la música de los años 70, 80 y 90.
El director de programación de la emisora La FM, que con música Anglo ocupa el 4º lugar de audiencia en la segunda ciudad más importante de Colombia, concluyó lo siguiente:
«Es un fenómeno musical que es impresionante. Medellín sigue siendo una ciudad de ‘clásicos’. Usted ve que la emisora número 1 popular (Olímpica), el 80% (de su música) es ‘clásicos’. La emisora de música de los 60 o de ‘plancha’ (La Voz de Colombia), ya saben que el 90% son ‘clásicos’. La emisora de reggaetón número 1 en la ciudad de Medellín (Mix) es una emisora que tiene el 80% de ‘clásicos’. Y esta (La FM), que es la cuarta emisora más escuchada en Medellín, de 95 emisoras que hay de AM y FM y digitales, nosotros somos de ‘clásicos’…«
La entrevista completa la pueden ver dando clic en este enlace.
Es cierto: Medellín es una ciudad que ama sus tradiciones, las cuales están muy arraigadas en su idiosincrasia. En esta ciudad existe un contraste muy interesante: es orgullosa de su pasado, pero siempre quiere proyectarse como una ciudad innovadora.
Y esto se refleja en la radio, en una ciudad donde nacieron las 2 primeras y más grandes cadenas radiales colombianas y de donde han salido grandes y reconocidas personalidades del medio, pero que se aferra a la música de antaño.
¿Por qué dejamos de oír música nueva?
No sé si se han dado cuenta de que sus padres y la gente de su edad, de un momento a otro, dejan de escuchar música nueva, y no se preocupan por saber acerca de los nuevos artistas y estilos musicales. ¿A qué se debe esto?
Obviamente todos somos distintos, así que mis comentarios no aplican para todo el mundo. Conozco gente adulta que disfruta oyendo música nueva y aprovecha todas las posibilidades que ofrece la tecnología para mantenerse al día.
Para la mayoría de la gente, los años formativos en la apreciación de la música están entre los 13 y los 22 años de edad. Esta es la edad en la que la gente aprende mucho de sí misma, vive toda clase de experiencias, comienza a ennoviarse, entra a los últimos grados de colegio o primeros semestres de universidad, y comienzan en general a madurar.
Este periodo aproximado de 10 años es probablemente el más significativo en la vida de una persona, pues es cuando empieza a tener sus primeras relaciones amorosas, desarrolla sus habilidades, conoce sus necesidades y deseos, y sienta las bases para su adultez.
Y la música es parte de ese proceso de madurez. Yo sé que hay algunas excepciones, pero de acuerdo con lo que he vivido a lo largo de mis 68 años y la experiencia que he logrado en más de 47 años de hacer radio, incluyendo algunas experiencias de investigación de mercados, la conclusión es que mucha gente se involucra más con la música durante estos años de formación que en cualquiera otra época de la vida.
La música, durante esta época, es casi tan importante como respirar. La escuchamos en la casa, en el carro con los amigos, en el transporte al colegio, en nuestros dispositivos móviles, cuando salimos a alguna cita, mientras estudiamos y virtualmente casi que en todas las circunstancias. Lo que escuchamos durante este periodo de tiempo es la música que nos definirá para el resto de la vida.
Con algunas excepciones, la música desde el siglo pasado ha estado definida por décadas, y lo habitual es que todos nos identifiquemos por la música que sonaba en la época en que teníamos el rango de edad mencionado arriba. Por eso vemos gente que discute acerca de cuál fue la mejor década para la música, algo en lo que nunca se pondrán de acuerdo, a no ser que sean contemporáneos.
Por esto, si sus padres crecieron en los años 70, seguramente recordarán a los grandes baladistas de esa época como Leo Dan, Palito Ortega, Sandro y Mocedades; bailan la música de Donna Summer, Gloria Gaynor y los Bee-Gees, o si eran Rockeros les encantará la música de Led Zeppelin, Santana o los Rolling Stones. Lo mismo ocurrirá si crecieron en las décadas siguientes: Juan Gabriel, Rocío Dúrcal, Pimpinela y Camilo Sesto pueden ser sus ídolos, y en cuanto a música Anglo probablemente prefieren a Madonna, Michael Jackson, Air Supply y Chicago.
Lo que he aprendido a lo largo de los años, es que la gente tiende a favorecer la música de la década en que creció, y deja de interesarle la música de las décadas subsiguientes a medida que van envejeciendo. Y por lo que he notado, esto comienza a ocurrir cuando se llega a la edad de entre los 30 y los 40 años. Esto se debe, probablemente a que durante estos años la gente comienza a mirar un poco más hacia su pasado.
No es que no estén pensando en su futuro, pero ya empiezan a pensar en cómo era que se hacían las cosas en su época. Cuando la gente entra en esta fase comienza a perder el interés en la música nueva, porque “la mejor música era la de antes”, no la de ahora. Si no me cree, pregúnteles a sus padres.
Eso no significa que ellos sean raros, anticuados o algo por el estilo. Lo único que significa es que a ellos les gusta la música con la que crecieron, y empiezan a pensar que la música nueva está hecha para los jóvenes, y no para ellos (hablo obviamente de los éxitos del momento).
¿Por qué? Porque la mayoría de los éxitos actuales son interpretados por gente joven. Por eso, a medida que vamos madurando nos identificamos menos con los éxitos y los artistas actuales.
Lo que dicen las investigaciones
Para no quedarme solo en mi percepción, me remito a una investigación realizada por Deezer, el servicio de música por streaming, en el que concluye que algunas personas podrían dejar de descubrir música nueva a los 30 años y medio.
En 2018, Deezer encuestó a 1000 británicos sobre sus preferencias musicales y hábitos de escucha. El 60% de las personas confesó mantener una rutina musical, escuchando las mismas canciones una y otra vez, y un poco más de una cuarta parte dijeron que probablemente no probarían música nueva fuera de sus géneros preferidos.
La edad máxima para descubrir música nueva, sugirieron los resultados, fue de 24 años. El 75% de los encuestados dijo que a esta edad escuchaba 10 o más canciones nuevas por semana, y el 64% dijo que buscaba cinco artistas nuevos al mes.
Sin embargo, de aquí en adelante, parece que la capacidad de la gente para mantenerse al día con las tendencias musicales va desvaneciendo.
Algunas de las razones que reveló la encuesta fueron que las personas se sentían abrumadas por la cantidad de opciones disponibles (19 %), tenían un trabajo exigente (16 %) y cuidaban niños pequeños (11 %).
Casi la mitad de los encuestados dijeron que desearían tener más tiempo para dedicarse a descubrir música nueva, por lo que al menos ese 47 % demuestran que no se debió a que no es que no quieran hacerlo.
Y es que, cuando éramos más jóvenes, la mayoría de nosotros teníamos mucho más tiempo libre para exponer nuestros cerebros a nuestras canciones y álbumes favoritos una y otra vez (antes de que las exigencias de las carreras y la crianza de los hijos llegaran y nos robaran esas horas que solíamos dedicar a explorar nuevas bandas y aprender las letras de nuestras canciones favoritas).
Estas canciones se convirtieron en parte inseparable de la banda sonora de nuestra juventud y nos reconforta mucho volver a escucharlas, ahora que somos mayores.
«Con tanta música brillante disponible, es fácil sentirse abrumado«, dijo Adam Read, editor de música para el Reino Unido e Irlanda de Deezer. «Esto a menudo hace que nos quedemos atrapados en una ‘parálisis musical’ cuando llegamos a los treinta«.
En 2015, el blog Skynet & Ebert analizó datos de usuarios de Spotify de EE. UU. y Echo Nest. En promedio, el gusto musical de los adolescentes estaba dominado por la música popular, pero de ahí en adelante comenzó a disminuir constantemente a medida que los gustos de la gente cambiaban al acercarse a los 30 años.
A los 33 años, lo más probable es que nunca más se interesen por buscar música nueva.
Pero el tema parece que no es únicamente la falta de tiempo para buscar y descubrir nuevas canciones. Algunas investigaciones sugieren que nos gusta escuchar las mismas canciones viejas, una y otra vez, debido al fenómeno llamado “nostalgia musical”.
Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Memory & Cognition descubrió que la música tenía un efecto muy poderoso en la mente para evocar recuerdos, trayendo a la mente ecos del pasado cuando estábamos en el colegio o la universidad.
A principios de 2018, el economista Seth Stephens-Davidowitz analizó los datos de Spotify en el New York Times. Esencialmente descubrió que si el lanzamiento de un éxito se produjo cuando usted estaba en la preadolescencia, podría convertirse en la más popular entre la gente de su rango de edad una década más tarde.
En cuanto a por qué sucede esto, la investigación ha demostrado cómo nuestras canciones favoritas estimulan nuestras respuestas de placer en el cerebro, liberando dopamina, serotonina, oxitocina y otras sustancias químicas que producen felicidad. Cuanto más nos gusta una canción, más de estos químicos fluyen a través de nuestro cuerpo.
Esto nos puede pasar en cualquier momento, pero especialmente durante nuestra adolescencia es cuando nuestro cerebro está pasando por muchos cambios, somos increíblemente hormonales y sensibles, y por eso, si escuchamos una canción que realmente amamos, es más probable que se quede con nosotros para siempre.
Eso no quiere decir que alguien no quiera escuchar una canción nueva que le encante más adelante en la vida; lo que pasa es que, probablemente, no provoque la misma respuesta fuerte porque su cerebro ya no funciona como una esponja.
Otra razón por la que escuchamos las mismas canciones una y otra vez podría deberse a algo llamado «fase de anticipación«. Si a usted se le pone la piel de gallina cuando escucha sus canciones favoritas, podría deberse a las respuestas hormonales, pero también podría deberse a que usted ya sabe que lo bueno está por venir.
Por ejemplo, justo antes de que la canción alcance su punto máximo o haya un cambio dramático de acordes, nuestro cerebro lo percibe como una recompensa y libera dopamina. Sin embargo, con el tiempo empezamos a perder la misma sensación de euforia porque ya hemos escuchado tanta música que el efecto cada vez será menor.
Si usted no ha escuchado una canción desde hace varios años, la euforia puede regresar, especialmente si la escuchó por primera vez cuando su cerebro estaba absorbiendo todo entre los 12 y los 22 años.
Conclusión
A mis abuelos no les gustaba la música de mis padres. A mis papás seguramente no les gustaba la música que yo oía. Y si a mis hijas les gustan algunas de mis canciones, seguramente se debe a que ellas crecieron junto a un hombre de radio, que manejaba emisoras musicales para jóvenes. Pero esto seguramente es una excepción.
Lo que sí es cierto es que lo más probable es que usted vivirá esta misma experiencia a medida que vaya envejeciendo.
Como dije atrás, estoy generalizando, así que no todas las personas pasan por este proceso. Seguramente alguno de ustedes conocerá viejitos que gozan oyendo y bailando reggaetón, música electrónica o viendo cómo Maluma se disfrazó de Karol G con una peluca azul para sorprender a sus fans, pero creo que esa gente es la excepción, no la regla.
Además, estoy seguro de que hay gente adulta a la que le gustan algunas canciones nuevas, pero su corazón realmente palpita con las canciones que oyó en su etapa formativa.
¿Quiere hacer una prueba? Pregúnteles lo siguiente a varias personas de edades diferentes: “Imagine por un momento que usted va a pasar un año en una isla desierta sin radio o televisión, pero se puede llevar un iPod con solo 10 canciones. ¿Cuáles serían esas canciones?”.
Seguramente encontrará que la mayoría de las canciones que selecciona la gente son de la época de sus años formativos.
Los mayores de 60 probablemente escogerán canciones de los años 70. Los de 50 años querrán música de los años 70. Los de 40 escogerán canciones de los 80. Los de 30 buscarán temas de los años 90, y los veinteañeros seguramente querrán tener canciones del nuevo milenio, es decir, un mashup de reggaetón o EDM…