En varios de mis artículos he insistido en que una emisora musical ya no puede sobrevivir solamente tocando música. Lo que hagan los presentadores, los locutores, los animadores, la forma como lo hagan y el contenido que entreguen es vital para mantener enganchada a la audiencia.
Si se tratar solo de oír música, la gente cada vez más acude a las plataformas de streaming en las que pueden escoger sus canciones favoritas en el orden que quieran y a la hora que lo deseen.
Pero no es solo en las emisoras musicales. Hoy en día existen tantas plataformas de entretenimiento que se hace necesario trabajar en la forma como un buen presentador, locutor o animador les va a hablar a sus oyentes.
Hay gente que tiene cualidades innatas para entretener, que saben qué decir y cómo hacerlo para seducir a su audiencia, pero hay otras personas que apenas están aprendiendo o que, simplemente, nunca han intentado planear o preparar lo que van a decir.
Y esto se hace más crítico aún en la radio hablada y los pódcasts. Cuando se tiene un espacio en el que se va a estar entregando conversación, cuando se va a hablar de diversos temas, es necesario tener claro de qué se va a hablar y buscar la forma de mantener el interés a lo largo de la charla.
Pero, por más preparación que haya, por más conocimientos que la persona tenga sobre el tema del que va a hablar, siempre va a necesitar una serie de técnicas que hagan que esa conversación fluya de manera entretenida, interesante y seductora.
Cuando usted no tiene en cuenta esas técnicas podría caer en la trampa de hacer presentaciones aburridas. Las presentaciones aburridas trabajan en su contra y pueden espantar a su audiencia, por más preparado que usted esté.
Las mejores prácticas para sus conversaciones al aire, incluyendo la estructuración de su presentación de manera efectiva, son importantes para hacer un programa o un pódcast de calidad. Sin embargo, son las pequeñas cosas, los trucos que usa al hablar, las que mantendrán a su audiencia despierta el tiempo suficiente para escucharlo.
Inc.com es el portal de una revista mensual especializada en guiar al éxito a directores ejecutivos y propietarios de pequeñas y medianas empresas y brindar herramientas para sobresalir en los negocios, y publica artículos con recomendaciones para lograrlo.
En uno de sus artículos hace una serie de sugerencias para que un ejecutivo de empresa logre hacer presentaciones en público que sean atractivas, buscando que dejen de ser aburridas, como esos comités a los que nos toca asistir en las empresas.
Pero las recomendaciones de ese artículo encajan perfectamente con nuestro trabajo al aire, ya sea en emisoras musicales, habladas o en la realización de pódcasts.
Así que aquí están los 10 consejos para mantener conectada a su audiencia que ofrece Lindsay Blakely en Inc.com:
1. Comience con algo impactante.
No comience una presentación con algo general y trillado. Evite una introducción convencional a su tema. Si tiene planeada una conclusión audaz, ¿por qué no comenzar con un anticipo?
Por ejemplo, si su tema es motivar a la gente a salir adelante a pesar de las circunstancias negativas que ha tenido que enfrentar, busque alguna noticia que le ayude a hacer la introducción. Puede ser una anécdota personal o una crónica.
En internet hay miles. Por ejemplo, en el portal de la BBC me encontré un artículo llamado “El hombre que es más feliz después de haber perdido brazos y piernas”.
No hay que contar la historia con pelos y señales. Solo ir a lo más importante: cómo perdió sus brazos y piernas, cómo ha venido superando el problema y, lo más importante, por qué ahora se siente más feliz que antes.
Como este puede haber decenas de ejemplos. Lo que importa es envolver al oyente en una historia, mover sus sentimientos, tocarle alguna fibra y luego darle un consejo o hacer énfasis en lo aprendido.
También puede usar alguna noticia curiosa o insólita, puede emplear algún dato estadístico interesante o simplemente algo que el pasó cuando venía de camino al trabajo.
2. Cuente una historia.
A los humanos nos encantan las historias. Las narraciones son una herramienta social evolutiva que usamos para transmitir experiencias, por lo que nos resulta mucho más fácil escuchar y relacionarnos con una historia que con una serie de datos.
Los datos sin contexto no significan nada. Por ejemplo, un dato puede ser que el cantante Billy Joel nunca vende los asientos de primera fila. Sí, es algo curioso, pero si dejamos la noticia ahí podría prestarse para múltiples interpretaciones.
En mi caso personal, puedo contar que hace un par de años asistí a un concierto de ese artista en Ciudad de México y pude comprobar que la información era cierta, pero lo más impactante fue lo que descubrí después.
Uno de los organizadores del concierto pasó por entre el público que había comprado los boletos más baratos en la gramilla del estadio y nos invitó a pasar a esos primeros asientos. Al indagar por qué lo hacían, el organizador nos contó que Billy Joel siempre quiere ver a sus verdaderos fans delante de él y demostrar que no siempre la primera fila es para la gente rica.
Claramente se da una nueva perspectiva a un simple dato curioso.
Procure hablar al aire como si estuviera contando una historia. Use ejemplos inventados y de la vida real, y use metáforas ilustrativas para probar sus puntos. Cuantas más narrativas pueda entretejer en su presentación general, más personas querrán prestar atención.
3. Sálgase del guion.
Un comunicador profesional procura tener siempre un guion, una escaleta, un formato que le permita estructurar su programa o pódcast para que recorra el camino de una manera fluida y coherente. Eso está muy bien.
Pero una vez que esté listo para abrir el micrófono, probablemente podría abandonar el guion por completo. En este punto, ya puede estar tan familiarizado con su tema y tan absorto en su presentación que puede hablar de ello de forma natural sin desviarse del rumbo.
Tenga en cuenta que el oyente siempre se dará cuenta y podrá saber cuándo usted está leyendo, cuándo está siguiendo un guion y cuándo está improvisando.
4. Use inflexiones emocionales en su voz.
Si usted no está involucrado emocionalmente en lo que presenta, probablemente no debería presentarlo. Asegúrese de mostrar emoción a las personas que lo escuchan. Enojarse si hay un tema polémico. Alegrarse con una buena noticia. Reírse cuando hay algo divertido.
Deje que su personalidad fluya. Muéstrele al público que usted es un ser humano como ellos. Use inflexiones vocales emocionales para poner una textura real detrás de sus palabras. Sin esa inflexión emocional, hasta un robot podría reemplazarlo.
5. Use el poder de la modulación.
Hablar en un tono constante aburrirá a su audiencia, incluso si de alguna manera logra poner algo de emoción detrás de su conversación. Hay que romper la monotonía.
Cuando usted habla de algo hay algunos aspectos o ideas más importantes que otros. Use el poder de la modulación de su voz para acentuar esas diferencias. Hable en voz baja cuando haga falta y aumente el volumen cuando quiera resaltar un punto importante.
6. Alterne su ritmo.
Del mismo modo, es una buena idea variar el ritmo. Hable rápido cuando se trata de información de fondo que la mayoría de la gente ya conoce, o cuando hace un resumen de algo que ya había contado, y luego vaya más despacio cuando llegue el momento de presentar información importante.
Use el poder del silencio. No hace falta rellenar cada espacio entre frases y palabras. No hace falta hablar a la carrera. Una pausa, un silencio oportuno puede crear sensaciones diferentes: suspenso, tristeza, momento de recapacitar sobre algo.
Al final, la clave es no quedarse atrapado en un patrón de habla predecible.
7. Involucre a la audiencia.
Esto exige un grado de improvisación, ya que es posible que no pueda predecir lo que los oyentes vayan a decir, a no ser que tenga la posibilidad de contar con alguien que filtre las llamadas.
Trate de involucrar a la gente en sus contenidos: conozca sus opiniones, sus emociones, sus respuestas, sus puntos de vista, sus reacciones a lo que se habla.
Pero procure que quienes salgan al aire mantengan la conversación animada. Evite participantes aburridos, que no tienen nada que aportar o que, simplemente, no hablan bien, gaguean o que tengan una señal de muy baja calidad en sus llamadas.
8. Ponga un poco de humor.
Incluso los temas más serios merecen algún tipo de pausa humorística. Es su trabajo ayudar a las personas a encontrar el humor a lo largo de su presentación. Si puede hacer que se rían, o al menos que sonrían, mantendrá su atención firme.
Obviamente, si va a echar algún chiste o a hacer un comentario gracioso procure que sean apropiados, que no se salgan del tono general del programa o pódcast. Sin embargo, no tenga miedo de traspasar los límites ocasionalmente y con precaución: el humor inesperado atrapa a la audiencia.
9. Redondee los datos.
Si puede, evite entregar cifras completas a no ser que se trate de un tema legal. Es mejor redondear las cifras. Los oyentes entenderán mejor y se grabarán las cifras más fácilmente si acerca esas cifras a un número redondo.
Por ejemplo, es mejor decir que hay “un poco más de 465 millones de casos de Covid en el mundo” que decir “465 millones, ciento cuarenta y un mil ciento veintisiete casos”.
Cuando se mencionan tantas cifras, la gente se confunde, no entiende y mucho menos se graba el dato. En este caso es mejor un poco de imprecisión.
10. Nunca lea un libreto.
Por último, pero no menos importante, en caso de que tenga un libreto o que vaya a transmitir una noticia que ha sacado de algún medio, procure no leer textualmente. Presente la nota como si usted estuviera improvisando.
En este caso, es clave que haya leído esa nota con anterioridad, que la haya entendido y repasado para saber de lo que está hablando. De esta forma va a sonar más natural y evitará gaguear, especialmente cuando haya palabras o nombres difíciles de pronunciar.
Conclusión
Si bien estas recomendaciones están pensadas para personas que vayan a hacer una de esas presentaciones en auditorios acompañadas de un documento de PowerPoint, es claro que también aplican perfectamente a quien desee hacer un programa de radio o un pódcast.
Procure que todo lo que usted hable, que cada complemento que usted introduzca en su conversación esté pensado en mantener a su audiencia enganchada.
No abra el micrófono si no sabe lo que va a decir. Y aunque lo sepa, busque siempre la forma de que el oyente se sienta entretenido, casi que hipnotizado por la forma en la que usted le entrega sus contenidos.
Usted seguramente conoce a alguien con quien es delicioso conversar. Gente que uno invita a las fiestas o a los paseos y que se convierten en el alma de la fiesta porque saben entretener a la gente con sus historias.
Aprenda de ellas. Recuerde que cuando usted abre un micrófono se convierte en el alma de la fiesta.
Hola estimado Tito. Siempre interesante y de mucho aporte tus materiales. Saludos desde Costa Rica.
Muchas gracias por tus comentarios, Gonzalo. Amo a Costa Rica. Espero regresar algún día, ojalá a hacer radio de nuevo.