Este fin de semana estuve escuchando el recuento de los 100 éxitos más populares de 1979 en Estados Unidos en un programa llamado “American Top 40” a través de la emisora WFXY por TuneIn. No es un secreto que esa es mi música favorita, pero no solo las canciones me llevaron a escucharlo.
Fueron las historias que este reconocido locutor de radio, cine y televisión nos presentaba cada semana en ese programa lo que me llevó a seguirlo semana a semana desde esa época hasta que dejó de presentarlo en agosto de 1988.
El ‘American Top 40’ presentaba un recuento, en orden regresivo, de las 40 canciones más populares en los Estados Unidos, y se escuchaba en emisoras de todo el mundo, incluyendo muchas estaciones de Latinoamérica. Y Colombia no fue la excepción.
En abril de 1979 comenzamos a transmitirlo en la emisora La Voz del Cine de Medellín. Más tarde lo pasamos también en Veracruz Estéreo de esa ciudad y me lo volví a encontrar en 88.9 Súper Estéreo de Bogotá y luego en Radioactiva a nivel nacional. La cadena de emisoras Todelar Estéreo también lo transmitió en una época.
¿Por qué pasábamos el ‘American Top 40’? En el caso de La Voz del Cine, en 1979, transmitir un programa de un locutor hablando en inglés y que muy pocos entendían en Medellín tenía una razón de ser:
Medellín era una ciudad muy atrasada en cuanto a la música. Las disqueras se demoraban mucho en lanzar los éxitos, y nosotros queríamos mostrarles a nuestros oyentes que estábamos al día con los éxitos del mundo. Todas las canciones que sonaban en el programa estaban en nuestra programación, pero queríamos que Casey Kasem fuera el validador.
El eslogan de La Voz del Cine era “Su punto de referencia”, haciendo alusión a que si alguien quería saber qué estaba sonando en otras latitudes, esta emisora debería ser la opción lógica para estar enterado de las grandes novedades.
Era el inicio de la globalización, que poco a poco se asomaba…
En Veracruz Estéreo transmitíamos las 4 horas del programa los fines de semana, y a mí me correspondía hacer la traducción de una hora cada día, de lunes a jueves a las 6 de la tarde.
El programa, en esa época, llegaba desde los Estados Unidos por correo aéreo. Siempre sufríamos porque el correo era muy lento y a veces llegaba justo a tiempo para ser transmitido. El estrés se presentaba porque venía con fecha de caducidad, así que si no sonaba en la fecha indicada ya el programa se pasaba de moda y se perdía.
El ‘American Top 40’ llegaba grabado en un paquete de 4 discos de vinilo de 12 pulgadas de diámetro, similar a los long-plays de la época, cada uno representando una hora del programa. Cada cara de los discos traía 3 segmentos, separados por un pequeño bache o silencio de 1 segundo.
Su presentador, Casey Kasem, fue un reconocido disc jockey, actor y personalidad de radio estadounidense, que creó y presentó varios conteos de éxitos musicales en radio, en particular el ‘American Top 40’. Además, fue el primer actor en dar voz a Norville «Shaggy» Rogers en la franquicia «Scooby-Doo» (1969 a 1997 y 2002 a 2009).
Kasem grababa los textos y saludos que los usuarios del programa le solicitaban. Los textos debían ser escritos por nosotros en perfecto inglés para ser leídos por él. De esta forma, él mencionaba la emisora y el horario en el que se transmitía.
En mi caso, yo le pedí que me grabara un texto en el que decía en inglés que yo iba a traducir el segmento que acabábamos de escuchar y que luego regresaría él para continuar con el programa. ¡Era un gran orgullo ser mencionado por Casey Kasem!
Pasar el programa y traducirlo era un trabajo fuerte. Yo usaba un cuaderno e iba escribiendo las historias a medida que él contaba. Al cerrar cada segmento de 2 o 3 canciones, yo leía lo que acababa de traducir. Mientras tanto, al cue, tenía que cuadrar el disco listo para iniciar el siguiente segmento.
Se necesitaba una gran habilidad y concentración para hacer todo ese trabajo, pero valió la pena.
Gracias a ello no solo mejoré ostensiblemente mi comprensión del inglés y enriquecí mi vocabulario en ese idioma, sino que conocí varios secretos de la realización del programa: la forma de contar las historias, el manejo de los jingles, la forma de sindicar el show y, sobre todo, lo que en inglés se conoce como ‘tease’, que es crear una expectativa acerca de lo que viene más adelante.
En mi artículo llamado “El arte de la provocación” hablo precisamente acerca de ese tema.
Durante 24 años, Casey Kasem nos presentó la música que estaba de moda justo en la mejor era: los años 70 y 80. Pero para mí, más allá de divertirme con sus historias y sus canciones, lo que aproveché fueron las enseñanzas que me dejó, y que presento a continuación.
1. Compromiso: haga una gran promesa, luego cumpla esa promesa
Nunca se debe subestimar el poder de una buena provocación. Antes de salir a una pausa comercial, Casey dejaba un pedazo llamativo de la historia de una canción que venía al regresar, y siempre decía: «Detalles… cuando regresemos».
Por ejemplo:
“Al regreso, el cantante de rock que volaba miles de kilómetros después de un concierto suyo para poder jugar en su liga de fútbol local”. Hablaba de Rod Stewart.
“Después de esta pausa, la banda que casi tira a la basura la que eventualmente se convertiría en su canción insignia, pero se arrepintió gracias a unos estudiantes de secundaria”. Hablaba “You give love a bad name” de Bon Jovi, que casi queda por fuera del álbum “Slippery when wet”, hasta que unos jóvenes les dijeron que era la mejor canción del disco.
Si bien en la radio llamamos a esto ‘provocación’ o ‘teaser’, en el fondo se trata realmente de una promesa. Es algo que usted se está comprometiendo a hacer en un futuro cercano, y eso hay que cumplirlo.
Ya sea que le pida a un oyente o a un espectador que se mantenga atento durante una pausa comercial o le pida a un visitante del sitio web que se suscriba a su correo electrónico, usted debe prometer (y luego entregar) algo de valor real, incluso si ese ‘algo’ es simplemente un historia entretenida o sorprendente.
Casey Kasem prometió y cumplió una y otra vez, y como resultado, los oyentes siguieron regresando a escucharlo.
2. Al contar una historia, nunca se olvide del corazón
Si usted escuchó alguna vez a Casey Kasem y su ‘American Top 40’, entonces seguramente recuerda sus “Dedicaciones de larga distancia”. En cada programa, había un segmento en el que Casey leía una carta de un oyente en la que compartía una historia personal y pedía que le tocaran una canción relacionada y que iba dedicada a alguien especial.
Una vez, la historia provino de una mujer joven que dedicó «Somewhere Out There» a su hijo, a quien no había visto desde que lo dio en adopción como madre adolescente soltera.
Yo todavía no estoy seguro de que las historias que contaba fueran ciertas. El caso es que generalmente tenían algún elemento de pasión que hacían que el oyente se conectara de manera emocional al programa.
A pesar de que nos creemos muy racionales la mayoría de las veces, lo cierto es que la investigación y la evidencia empírica que hemos recogido a lo largo del tiempo nos han demostrado que muchas de las decisiones que tomamos en la vida las hacemos de manera emocional.
La enseñanza acá es que uno puede hacer cosas serias, basadas en hechos reales, pero a la gente le interesan más sensaciones, lo que les haga reír o llorar, cosas que hagan quedarse pegado al radio porque no pueden contener la emoción.
3. Haga cosas memorables para que lo recuerden
Una de las formas como Casey Kasem se hizo memorable fue con su frase de despedida: “Mantenga los pies en la tierra y siga tratando de alcanzar las estrellas”.
En el caso de Colombia hay varios ejemplos. Uno de los más recordados es el de la frase que el narrador deportivo Édgar Perea decía siempre al final de sus intervenciones en radio y televisión: “Sigan siendo felices, Édgar les dice”.
El reconocido director, presentador y programador de radio Alejandro Villalobos, cuando empezaba su carrera usaba dos frases al iniciar sus turnos al aire: “Abrazos en estéreo” y “El ave está en el aire”. Cuando hablaba del ‘ave’ se refería a las iniciales de su nombre y apellido, A y V, de Alejandro Villalobos.
Usted no tiene que copiar esto. No tiene que crear una frase que lo acompañe siempre. Pero sí es importante que la gente lo reconozca por algo en particular. De esta forma no solo se diferenciará de los demás, sino que creará una marca de fácil recordación.
4. Hay que elegir un nicho
No hay que ser necesariamente el mejor en lo que uno haga. Es preferible ser el único que hace algo. Trate de identificar su área de especialización, luego profundice en las subcategorías hasta que encuentre un espacio, una categoría, un estilo que realmente pueda poseer.
5. Encuentre su voz
Hoy en día lo que importa no es lo que uno dice. Al fin y al cabo, todo el mundo anda conectado a internet y ya es muy difícil encontrar una noticia, un dato, una estadística o una historia que el público no conozca.
La gran diferencia radica en la forma como usted cuenta esa historia. Hay que buscar siempre un ángulo personal, llamativo, que nadie más haya usado. Hay que encontrar algo curioso, que llame la atención. Algo divertido o que la gente no sepa.
En lugar de decir cuántos goles ha hecho Messi en su carrera deportiva, recuerde cuál fue, según él, el gol más importante de su carrera deportiva. En una entrevista concedida a medios oficiales de la FIFA, Messi dijo: «¿Mi mejor gol? No sé, ahora mismo… el de la final de la Champions al Manchester United, tal vez«.
Se refería al momento en que recibió un centro de Xavi Hernández desde el costado derecho, Messi se elevó por encima de Ferdinand para batir a Van der Sar.
6. Sirva a su tribu
Es importante que entienda que usted no necesita ser conocido por todo el mundo. Lo que usted tiene que hacer es que aquellos que lo escuchan y quienes necesitan lo que usted presenta sepan diferenciarlo y usted se convierta en su punto de referencia.
A medida que va ganando audiencia, tan pronto empiece a crecer su base de segudores, procure entregarles lo mejor de usted. Eso hará que otras personas también lo sigan.
Conclusión
Casey Kasem falleció el 15 de junio de 2014. Antes de su fallecimiento, los hijos de su primer matrimonio se vieron envueltos en una batalla legal con la actriz Jean Kasem, con quien se casó en 1980 (los dos tuvieron una hija llamada Liberty Kasem juntos).
A Casey le diagnosticaron demencia con cuerpos de Lewy, que es degenerativa. Su salud comenzó a deteriorarse notablemente en 2013 y perdió la capacidad de hablar y moverse con facilidad. Sus tres hijos mayores querían verlo, pero dijeron que su madrastra no lo permitiría.
El caso se volvió un tema jurídico de gran envergadura. Un verdadero escándalo en el que sus herederos se pelearon por su herencia.
Pero aparte de ese triste final, lo importante es entender las 3 principales enseñanzas que nos dejó:
- Seduzca, provoque, pero cumpla.
- Conéctese a nivel emocional.
- Encuentre una manera de diferenciarse.