“¡Marineros, apilar los barriles!” … Y Pilar murió aplastada por los barriles.
– En este pueblo se ha perdido la fe.
– ¡Pues de aquí no sale nadie hasta que aparezca!
Era un carro tan viejo, que cuando el conductor sacó la mano para virar, le dieron limosna.
– Esto es un asalto, ¡deme todo su dinero!
– ¡Óigame usted no sabe con quién se está metiendo! ¡Soy un político muy influyente!
– En ese caso, ¡devuélvame todo mi dinero!
¿Cuál es el colmo de un policía?… Denunciar a un huracán por exceso de velocidad.