– ¡Mamá, mamá, en la escuela me dicen cabezón!
– No les hagas caso hijo, pero ve a guardar la gorra al garaje.
– ¡Mamá, mamá, en la escuela me dicen dientudo!
– No le hagas caso hijo, pero cierra la boca que me estás rayando el piso.
– ¡Mamá, mamá, afuera está frío!
– Bueno, dile que pase.
– ¡Mamá, mamá! ¿es cierto que descendemos de los monos?
– No sé hijo, tu papá nunca me quiso presentar a su familia.
– ¡Mamá, mamá, están golpeando la puerta!
– Déjala, que se defienda sola.