La mejor locución es la que no suena a locución.

Cuando empecé a hacer mis primeras pruebas de locución, por allá en los años 70, quería sonar parecido a todos aquellos locutores que escuchaba en la radio y la televisión. Hoy escucho esas grabaciones y me dan una mezcla de risa, compasión y vergüenza.

Pero poco a poco, a medida que fui haciendo turnos y grabando cuñas, tanto el tono como la intención de mi voz cambiaron. Sin embargo, cuando escucho mis locuciones de los años 80 y 90, me suenan pasadas de moda, casi obsoletas.

En Veracruz Estéreo, una emisora juvenil de Medellín, grababa cuñas todos los días. Sé, sin falsas modestias, que mi voz y mi estilo fueron imitados por varios locutores, tal como yo lo había hecho anteriormente.

Luego llegué a Bogotá, un mercado mucho más competido y profesional, donde además de la radio estaba la televisión. Y allí mi voz comercial se desvaneció. Claro, algunos me recordarán cuando decía que “lo rico es ir a Presto”, pero no fueron muchos más los comerciales que grabé.

¿Por qué? En gran parte porque mis labores como Director de Radioactiva, primero, y director nacional de emisoras musicales de Caracol, después, me quitaban mucho tiempo. Pero también es cierto que mi estilo estaba basado en lo que hacían las viejas glorias de la radio que yo admiraba.

Cuando me llamaban de una agencia a grabar una cuña, no daba el tono. No era capaz de cambiar mi estilo. No daba con la intención que querían los creativos y productores. Mi error es que siempre quise seguir haciendo la misma forma de locución.

Por suerte mi talento me abrió otras puertas diferentes a las de la locución y así he podido vivir de la radio desde hace más de 40 años. Pero si hubiera tenido en cuenta algunos aspectos básicos, si hubiera querido cambiar, probablemente hoy también sería una voz comercial destacada.

Espero que usted, que está leyendo este artículo, tenga en cuenta lo anterior en caso de que quiera convertirse en una voz comercial exitosa. El aprendizaje y el entrenamiento permanente son básicos para convertirse en un gran locutor.

A continuación presento algunas recomendaciones muy sencillas que seguramente le ayudarán a mejorar su técnica vocal y a conseguir un estilo propio de locución. Hágase las siguientes preguntas:

¿Cuáles son las metas de un buen locutor?

• Hacer que la gente lo oiga.
• Comunicar su mensaje.
• Darle vida a un texto o un guion.
• Hablar de forma que entiendan lo que dice.
• Sonar como si estuviera conversando con una persona y no leyendo un guion.

¿Cómo empezar?

• Leer el texto o guion antes de comenzar.
• Comprender el texto. Marcar palabras, frases y conceptos claves. Reescribir si es necesario.
• Comprobar la pronunciación de palabras, marcas y nombres difíciles o extranjeros.
• Llegar al estudio con anticipación. No llegar a las carreras y a último minuto. Nunca llegar tarde.

¿Cómo prepararse para leer?

• Mantenga una separación de 30 centímetros del micrófono. No es necesario pegarse a él.
• Si se va a sentar, mantenga recta la espalda.
• Tenga siempre un vaso de agua a la mano para humedecer su garganta.
• Evite ingerir alcohol antes de una grabación o un turno.
• Aprenda a respirar bien.
• Siga las recomendaciones del productor. A veces puede ser molesto, pero él es el que sabe lo que espera de usted.

¿Cómo leer correctamente?

• No trate de impresionar con su voz. Más bien, concéntrese en la intención y en el significado de lo que está leyendo.
• Hable con claridad, sin murmurar.
• Concéntrese en pronunciar la primera y la última letra de cada palabra.
• Hable un poco más lento de lo normal.
• Ensaye y varíe el tono y el timbre de su voz.
• Suene como si estuviera interesado en lo que está diciendo.
• La emoción y el entusiasmo ayudan a entregar mejor el mensaje.
• Haga pausas, pero evite respiraciones pesadas.
• Evite hacer ruido al tomar aire. Evite ‘popear’ el micrófono.
• Las palabras que usted enfatiza deberían ayudar, no obstaculizar, la comprensión del texto.
• Escuche y aprenda de los que saben. Siempre se aprende algo nuevo.

Conclusión

Una buena voz no hace a un buen locutor. Conozco muchas personas con voces maravillosas que no son capaces de comunicarse con el público. En cambio, no es necesario tener una excelente voz para tener éxito en la locución.

Sobra decir que si usted tiene buena voz y sabe leer los textos que le entregan, marcará una gran diferencia y estará mucho más ocupado que los demás.