– ¡Ay amiga! Mi marido tiene el síndrome del pez.
– ¿Por qué lo dices?
– Porque cuando estoy en la cama, nada y nada.
¿Qué dijo un gusanito al encontrarse un plato de spaghetti?… “¡Que orgía!”.
– Oye, ¿y tú no estabas enferma?
– ¿Por qué?
– Por que ayer vi salir a un médico de tu casa.
– No es nada.
– ¿Por qué?
– Porque yo vi salir un general de la tuya, y no estamos en guerra.
¿Cómo se reconoce a un gallego en un estadio?… Porque cuando hacen la ola es el único que se ahoga.
– ¡Ay mamá! No sé si casarme con el contador o con el militar.
– No lo pienses más hija, cásate con el militar, porque saben cocinar, tender la cama, y recibir órdenes.