– Mamá, mamá, ¿me haces un sándwich de jamón?
– ¿York?
– Sí, túrk.
– Mamá, mamá, me he cortado el dedo.
– Ponte un curita, entonces.
– ¡Pero es que no lo encuentro!
– Mamá, mamá, ¿por qué te casaste con papá?
– Por tu culpa, hija. Por tu culpa.
– Mamá, mamá, hoy casi saco un 10.
– ¡Muy bien! Pero, ¿por qué casi?
– Porque se lo pusieron a mi compañero de al lado.
– Mamá, mamá, ¿puedo ir a una fiesta de 15 años?
– No, hijo, es demasiado larga.