Opinión: One, two… One, two, three, four
La piratería no es un fenómeno reciente en la industria del entretenimiento, tiene muchos años desde que se empezaron a reproducir contenidos de forma ilegal, sin pagar derechos de autor y retribuir a todos los implicados en la producción de una canción, una película, un show, etc. Sin embargo, a pesar que este fenómeno ha resultado ser uno de los más grandes males actuales de este negocio, la realidad es que también ha sido hasta cierto punto un aspecto benéfico, el cual ha ayudado que ciertos contenidos lleguen a más personas.
La piratería se convirtió en un problema cuando se salió de control y fue ahí el punto de quiebre para muchas casas discográficas y empresas productoras, debido a que algunas personas no han sido educadas para pagar lo que consumen, haciendo especial énfasis en productos culturales. Este es un problema aún más grave, ya que de aquí nace el hecho que no se valore el trabajo artístico y que en las sociedades actuales se crea que siendo músico o soñando con ser artista “te vas a morir de hambre”.
Antes de la aparición de Streaming, existía la leyenda urbana que las mismas disqueras eran las que tenían convenios con los distribuidores de piratería física, esto para que una canción tuviera éxito al incluirla en recopilaciones en cd y las personas comenzaran a pedirla en la radio y a gastar dinero en ir a conciertos. Una teoría que no suena descabellada, si se considera que más del 80% de música vendida en la primera década del año 2000, era pirata.
Sin embargo, el reciente crecimiento del servicio Streaming de música el cual es “sin costo”, ha hecho que de cierto modo la piratería baje, ya que las personas tienen acceso más libre a canciones de sus artistas favoritos sin la necesidad de pagar, por la simple cuota de soportar una serie de comerciales cada media hora. Este esquema sin duda beneficia la industria musical, sin embargo, aún hay una lucha por parte de artistas y compositores por que el pago de regalías que reciben por este tipo de plataformas, sea más grande.
Al igual que en la radio, la industria musical ha pasado por momento muy complicados, no obstante, esto sólo ha mostrado ser una transformación para ambos negocios, los cuales se están levantando y actualmente están pasando por su “resurrección”.
