– Pienso hablar seriamente con mi mujer.
– ¿Sí?
– Sí, pienso decirle que a partir de mañana compartiremos las tareas de la casa.
– Vaya, eres un marido considerado.
– No, lo que pasa es que yo no puedo con todo.
¿Qué le dijo un techo a otro techo?… Techo de menos.
– ¿Te has enterado ya de la desgracia de Juan?
– No, ¿qué le ha pasado?
– Se fugó con mi esposa.
¿Por qué los elefantes no chatean?… Porque le tienen miedo al mouse.
– Mamá, mamá, en la escuela me dicen interesado.
– ¿Por qué hijo te dicen así?
– Si me das $5 te lo digo.