– He soñado que ganaba 200 millones como mi padre.
– ¿Tu padre ganó 200 millones?
– No, también lo sueña.
¿Por qué los elefantes no usan la computadora?… Porque le tienen miedo al mouse.
– Mamá, mamá, en el colegio me dicen cebolla.
– Ay hijito, ya vete que me estás haciendo llorar.
– Así que se quieren casar, ¿eh?
– Sí, señor.
– Y, ¿ya vio usted a mi mujer?
– Sí, pero me gusta más su hija.
– ¿Qué te gusta más, mi belleza, mi sobrada inteligencia o mi sinceridad?
– Tu sentido del humor, mi amor.