El médico se dirige al hombre que estaba en la sala de espera:
– Señor, le tengo una mala noticia. Su madre, la que ayer se encontraba internada, ha…
– No, esa no era mi madre, era mi suegra.
– ¡Ah! Entonces le tengo una buena noticia.
– Mamá, ¿cómo nacen los bebes?
– Mira, primero sale la cabeza, después salen los brazos, después sale el cuerpecito y al final los pies.
– ¡Ah! ¿Y luego lo arman?
– Hoy he visitado a una adivina y por 15 dólares me dijo que tú me estabas engañando con otro.
– ¡Me lo hubieras preguntado a mí, yo te lo hubiera dicho gratis!
– ¿Qué tienes amor, por qué lloras?
– Es que estoy muy preocupada, pues no sé cómo decirte que voy a tener un hijo del vecino.
– Por eso te preocupas, sólo no le digas nada y nos lo quedamos.
– Mamá, ¿es mi abuelita fosforescente?
– No, hijo.
– Entonces, se está electrocutando.