Era nuestro segundo evento gratuito, para ser una estación Pop AM de provincia en México. El grupo ya estaba confirmado, eran mediados de los 90’s. La disquera PolyGram había accedido con la fecha. – ¡Increíble que nos soltaran a Ragazzi! -, decíamos los que estábamos al aire. Ragazzi, era un grupo de Boys band, tenía un par de temas sonando en nuestra estación, como: “Baila”, “Veneno” entre otros.
Claro todo estaba ya puesto para que fuera en un Cinema por la tarde. La locura se desató, éramos la estación de moda. Éxito total la presentación, la misma casa disquera nos dijo, ¿quieren a Kabah? – ¡solo paguen los gastos! –
Todos en la estación estábamos emocionados y seducidos con la idea, hasta que la gerencia nos dijo: ¡es mucho dinero, no podemos sostener el gasto de la presentación!
Claro los gastos iban desde; boletos de avión, hospedaje cinco estrellas, trasportación terrestre, sonido e iluminación, seguridad, renta del lugar, gastos misceláneos, etc. Para que solo cantaran un promedio de 20 a 30 minutos con playback, porque no era fecha pagada.
No recuerdo después si la estación a la que pertenecí presentó un festival o invirtió en alguna presentación de algún artista en los años siguientes. Hubiera estado genial corear “La calle de las sirenas” en vivo. Era de suponerse que se paga con patrocinios, pero en esos años era engañoso hacer las matemáticas.
No era los mismo ir a un festival a Monterrey en el Universitario, presenciar un “truk concert” en Guadalajara o ir a La plaza de Toros en la Cuidad de México, que un festival de provincia. Había niveles de elenco, producción y la capacidad de meter público. – ¡Que disquera prestaría su elenco para una ciudad como la nuestra! Hay que ubicarnos en el mapa, estamos en Reynosa. Aparte no tenemos un peso partido a la mitad, olvídalo. – se decía con sinceridad en los pasillos de la estación.
Se acababa la década de los noventas. Ahora vivíamos la experiencia de hacer presentaciones privadas, que resultaba una manera sencilla para crearlas. Los clubes de moda de la época se prestaban para ser parte de alguna presentación de cualquier artista, sin importar la talla del mismo. Era más espontáneo, los artistas estaban de promoción en la ciudad de Veracruz, a veces la misma disquera colaboraba y solo nosotros organizábamos la velada.
Los costos eran de risa, los mismos clubes ya tenían escenario, sonido e iluminación. Solo era aventar la promoción, imprimir boletos y regalarlos al aire.
Hasta nos tocó llevar al cubano Francisco Céspedes a cantar, con su guitarra sentado en un banquito cantando “Vida Loca”, “Pensando en ti”, “Señora”, entre otras. De ese tamaño era el elenco que presentábamos en un jueves cualquiera por la noche.
Los únicos que se beneficiaban de la presentación era el Club, por vender las mesas y quedarse con sus altas sumas de dinero por el consumo de alcohol. La Radio solo se quedaba con la respuesta de la gente y los aplausos.
Pasarían 5 años después de Ragazzi, para toparme con la segunda gran experiencia de ser parte de la organización de festivales masivos. Era el año 2000, de los que estábamos en la estructura de la estación éramos la gran mayoría novatos, ingenuos, sin experiencia en organizar ni una fiesta de cumpleaños. Totalmente persuadidos a organizar algo que no estaba dentro de nuestras obligaciones.
La tarea era lanzar nuestro primer masivo/aniversario en el centro de convenciones en el WTC de Veracruz puerto. El elenco que presentamos era de nuevo lanzamiento, dudo que alguno este ahora vigente. Supongo que llegaron más de las 10 mil personas, se dice que fueron 14 mil, no me da la memoria solo sé que estaba lleno.
Sé que la administración quedo tan gastada que al año siguiente no se volvió a hacer, recuerdo que se pasaron del millón de pesos en gastos tampoco sabemos de la ganancia. Sería bueno preguntarles a los dueños.
Después de esa experiencia nunca volví ser parte de un festival en México. Las estaciones no se animaban a hacer nada. Las gerencias no querían meterse en líos de organizar festivales, no era parte de la cultura, cuestión de presupuesto o simplemente le sacaban la vuelta. Nunca me tocó.
Después supe que algunas estaciones por la cuales trabaje hacían sus festivales gratuitos con éxito. Sé que a veces pasaban por un sin fin de obstáculos para poder llevar a cabo sus espectáculos; desde huracanes, lluvias, ventarrones, cancelaciones de grupos, etc. Era tanto trabajo para nada.
Ubicar y comparar como se trabaja en México contra Estados Unidos hay una diferencia abismal. En México se depende o se cree que la disquera o el mismo artista carga con algunos gastos, aquí en Estados Unidos es diferente. Quieres a “tal artista”, tienes que pagar el gasto o el precio de la presentación.
Volviendo al presente y revisando los gastos con los que he tenido la oportunidad de ponerme en la posición de buscar elenco, me sorprendo por la cantidad de dinero que se invierte. Revisando mis notas; empecé realizando un baile privado con un presupuesto de 8 mil dólares, después brinque a los 22 mil y ahora sobrepaso los 100 mil dólares de gasto, solo por la contratación de elenco.
Los festivales de la radio se han vuelto parte de la responsabilidad de los que estamos en la dirección. Mínimo uno al año y de dos a tres eventos llamados privados.
Es dificultoso poder llenar las expectativas de toda una organización con el elenco del festival, que tan atrayente se vuelve o deja de ser para el siguiente. Aquí solo son números y el retorno de la inversión.
Entre más grande es tu mercado más poderoso debe de ser el elenco en los festivales, bailes o conciertos. Sin dejar de largo, el plan de estrategia, el proceso de construirlo y organizarlo, que todo toma su tiempo y el pago de horas hombre.
Esto viene con el estrés de que sea atractivo también para el público y que los planetas se alineen a nuestro favor, para que no fracase y se llene. Es el riego de todos sin importar que mercado es. No todas las estaciones tienen el presupuesto para pagar gastos elevados en la realización de eventos.
Hay un sin fin de pros y contras en hacer festivales, pero lo que sí estoy seguro es que el gasto sigue subiendo, los artistas se cotizan más y los precios de los boletos se incrementa. A conformidad de que sea entrada gratuita, aun así, se gasta.
Cada estación debe de estudiar si se hacen festivales masivos o solo eventos pequeños con talento local, eventos de concepto, verbenas, etc. En algunas circunstancias es más positivo hacer cosas a baja escala y con gastos mínimos, en lugares pequeños, con atracciones que sean más orientados a la familia. Es más positivo ver un lugar lleno con capacidad de 300 personas, a un lugar para mil personas y solo llegaron 300.
Las actividades dentro de los festivales tienen un impacto más auténtico que los grandes bailes, estos pueden ser más atractivos que un artista de renombre.
Es más práctico tener artistas emergentes que requieren la promoción, que grupos que te van a pedir un rider más detallado, con elevados gastos para movilizarlos.
Conceptúo que los eventos pequeños tienen más fuerza y pueden mantenerse año con año. A comparación de los masivos que se gasta tremendamente y peligro que para el próximo año no se realice, como nos sucedió en Veracruz.
Los festivales son importantes por la proyección que le puedes dar a la estación y se vuelve parte importante fuente de ingreso de las estaciones, por la venta de boletos, patrocinios, concesiones, comida, barra, merchandising, etc. Que al final lo que importa es hacer dinero y que el festival en sí tenga éxito.
Lo que también debe de estar en nuestra mente, para los que estamos en esta profesión, es; que nuestros eventos cada vez tengan que tomar más fuerza, hacerlos crecer año con año, que se conviertan en un acontecimiento trascendental y multitudinario para los artistas que se inviten. Ese es el reto, hacer los mejores festivales de música a nuestra capacidad de inversión y alcance.
Twitter: @carlostovias
carlostovias@gmail.com
Carlos Tovías
Es Director y Asesor de Programación en formatos en español. Cuenta con más de 26 años de experiencias en medios de comunicación en México y Estados Unidos. Licenciatura en Ciencias de la Comunicación por Universidad México Americana del Norte.
