Caperucita Roja se casó con el Príncipe Azul, y tuvieron un hijo violeta.
Una serpiente le pregunta a otra:
– ¿Es cierto que somos venenosas?
– Sí, ¿Por qué?
– Porque me acabo de morder la lengua.
– ¿Qué número calza de pie?
– El mismo que sentado.
En un velorio, un amigo del difunto se acerca a la viuda:
– Lo siento señora.
– No gracias, déjelo acostadito.
¿Qué pasa cuando una vaca se come un vidrio? Se le corta la leche.