Nota publicada originalmente el 24 de agosto de 2017
Repasamos los 8 errores más comunes de los principiantes en el mundo de la locución.
Pensar que una buena voz lo es todo.
Es bueno tener una voz distintiva, pero los locutores también deben cuidar la entonación, la emotividad y el contexto y contenido de lo que están diciendo. Los locutores debutantes a menudo se topan con la realidad de que no basta con tener una voz impresionante, hay que cultivarla.
Pensar que lo saben todo.
Casi todos nuestros entrevistados coinciden que en este medio, todos los días se aprende algo. Un curso de locución, por más caro que sea, no hará experto a una persona que está iniciando camino en el medio.
No valorar su trabajo.
El que seas nuevo en la radio no implica que debes regalar tu trabajo. Está bien comenzar a hacer prácticas y sacar ventaja de la experiencia, pero una vez trabajando en forma, el locutor debe saber cobrar su trabajo o tendrá que depender de otras fuentes de ingresos y descuidar su labor en la radio.
El exceso de producción.
Está bien agregarle efectos y mucho color a la voz, pero el exceso de efectos o sonidos extras en la voz le quita personalidad, emotividad y naturalidad a las voces. No hay que abusar de los efectos de audio.
No cuidar su voz.
Tomar bebidas frías, no hacer ejercicios previos, no vocalizar. Esos y más vicios en el cuidado de la voz son comunes en los locutores novatos. Desafortunadamente, el mal uso de la garganta pasa factura cuando los locutores son aún jóvenes y descubren que su voz ya no es la misma.
Pensar que el guión es ley.
Los locutores noveles no tienen capacidad de improvisar en vivo, dependen de un guión. Y si bien en el caso de la locución comercial sí es indispensable seguir al pie de la letra un guión, en el caso de la radio en vivo es importante que el locutor sea capaz de improvisar.
El autocontrol.
Un locutor experimentado debe saber que a veces las cosas no salen. Sin embargo, en cabina debe reinar la calma y el locutor debe evitar utilizar palabras altisonantes y resolver con ecuanimidad problemas que se generen durante la transmisión o grabación de un programa de radio.
