Un auténtico lunático del micrófono.
Son ya 46 años los que lleva Humberto Luna al aire y no tiene planes para jubilarse, es consiente de que ha sido el primero en muchas cosas, pero mantiene la humildad de sus primeros años. El reconocimiento no se han cansado de dárselo quienes fueron sus alumnos, locutores que de alguna u otra manera han formado un estilo gracias a lo que aprendieron de él; desde El Cucuy y El Piolín, hasta Oswaldo Díaz, no hay locutor que pueda negar que algo de lo que hacen actualmente lleva la influencia de Don Humberto.
Hoy su tono y su ritmo al hablar son mucho más pausados, pues porta la parsimonia de quien conoce profundamente lo que hace, pero se da su tiempo para soltar algo de humor y, sobre todo, de decir sin tapujos lo que opina de la situación actual de la radio.
Intento llevarlo por la senda de la memoria, pero me dice que sus glorias ya las ha repetido muchas veces. El primer locutor que ganó un millón de dólares, el primer locutor hispano en tener una estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood, un auténtico lunático del micrófono que hizo que la locución diera un salto cuántico en los años 70, eso ya se sabe, así es que hoy decidimos hablar con él sobre lo que opina sobre la radio actual, de la que también es partícipe, pues mantiene un morning show en La Raza 87.7 de Las Vegas y los fines de semana en Los Ángeles, a través de La Ranchera 96.7. Él sabe que con su trayectoria puede decir lo que quiera y todos escucharemos su opinión, así es que esto es lo que opina de la radio hoy en día quien la revolucionó hace 40 años.
Don Humberto, ¿Cómo ve la radio que se hace actualmente?
Podría decir que en la radio actual no hay nada nuevo, todo es repetitivo. Es algo que ya se ha hecho. Hay muchas cosas buenas, pero también hay cada cosa que dicen…
Y mucho de lo que se repite podría decirse que lo hizo usted primero, ¿cierto?
Algo hay de eso. Ahorita la radio es una copia de los que realmente hicimos radio diferente en su momento, tampoco era nada del otro mundo porque no nos consideramos como aquellos grandes locutores de la XEW como el Tío Polín, Héctor Martínez, Don Ángel Fernández, todos esos cronistas deportivos famosos.
¿Hoy es imposible encontrar ese tipo de locutores?
Muy difícil; con eso de que ya cualquiera puede tener radio en internet, se desmejoró la situación. A eso súmale que los dueños de las radios prefieren contratar locutores improvisados que nomás saben gritar y decir el nombre de la canción para disminuir los sueldos y a personalidades como nosotros, que sí fuimos a la escuela, ya no nos dan el trabajo que queremos, ni los contratos que nos daban antes.
¿Cuál fue el secreto del éxito para Humberto Luna en los años 70?
Mi merito es que transformé la radio formal y le di un giro informal, hice circo, maroma y teatro con la programación y a la gente eso le gustó mucho.
¿No fue complicado llegar con algo tan innovador para la época?
La verdad es que no fue nada difícil, pero lo logramos gracias a la confianza que me tenían los radiodifusores que me emplearon en aquel tiempo y que me dejaban hacer lo que yo quería y lo que yo creí conveniente para el auditorio. Si no me daban luz verde, no hubiera hecho nada. Ellos me dijeron Humberto: ¡inventa lo que quieras! Y así lo hicimos. Si tú escuchas cualquier estación de radio de habla hispana en Estados Unidos hoy y lo comparas con mi programa en aquellos años, te darías cuenta de que es prácticamente lo mismo. Ahora ya lo he modificado porque no puedes hacer lo mismo que hiciste hace 30 años, pero sí puedo decir que fui una escuela.
¿Y siente que la gente del medio le da ese reconocimiento?
Sí, todos me quieren mucho, me da gusto que compañeros como El Piolín, El Cucuy y todos ellos me dan mi lugar y me reconocen, siempre han dicho que soy un maestro para ellos y yo se los agradezco.
Sin embargo parece que no le gusta mucho la radio que se hace hoy en día.
Yo siempre apoyo la radio porque es mi vida, pero es verdad que no estoy de acuerdo en muchas cosas, sobre todo en los formatos musicales. Todos se han dedicado a promover cierto género musical y para mí es muy aburrido y tedioso estar oyendo lo mismo siempre, pero los directores de programación buscan el género que les dé más audiencia. Tu sabes que en Estados Unidos hay gente con un nivel cultural, si no pobre, sí mediano. No se vinieron los doctores, ni los dentistas, ni abogados, se vino la gente humilde, del campo, que extraña su pueblo y al público le tienes que dar lo que le gusta. Si tienes pollitos en tu casa, ¿qué les vas a dar? Pues trigo y maíz, porque eso es lo que les gusta, y no vas a cambiar el menú porque eso es lo que mantiene una estación de radio y ellos quieren rating y dinero.
¿Entonces en su programa jamás escucharemos las canciones del momento?
En Las Vegas yo tengo un formato en el que pongo música pop, pero música bonita, Roberto Carlos, Julio Iglesias, El Puma, Vicente Fernández, Antonio Aguilar, ¡lo bueno pues! y me ha funcionado. Después acaba mi morning show y regresa el desorden con sus corridos alterados, pero cada quien (risas).
¿Cómo se lleva usted con los millennials, Don Humberto?
Me llevo muy bien, digo, mi programación es más bien para gente mayor, de 35 para adelante, pero yo me la llevo bien con la gente joven porque ellos saben quiénes fueron los iniciadores, quiénes fueron los que hicieron la revolución de la radio y cuando me conoce la gente siempre me demuestra su cariño.
¿Y con los locutores millennials?
Lo mismo, es como en todos lados, hay quienes lo hacen muy bien y hay quienes no, pero yo siempre recibo elogios de ellos y hay mucha gente que me respeta mucho; con los locutores siempre digo lo mismo: “si me van a copiar que me copien, pero que sea lo bueno, si hay algo malo que mejor lo desechen”.
