Pseudos urbanos afectan al ritmo

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RADIO NOTAS.-Las redes sociales han sido la clave más importante para la transformación de la industria musical actual, expandiendo de forma vertiginosa los productos creados, principalmente en el género urbano, que ha sido el más beneficiado.

Sin embargo, a raíz de esta revolución, el mercado urbano también ha sido afectado en gran parte por una serie de individuos que de manera espontánea o determinada han sobresalido en las redes sociales creando contenidos satíricos o simplemente hablando vacuencia y una vez que se dan a conocer realizan una transición hacia la música urbana, catalogándose como artistas para así gozar de los beneficios económicos que brinda este movimiento en el país.

El nacimiento de estos fenómenos de redes sociales ha ocasionado que la palabra artista urbano pierda peso en las diferentes clases sociales y, por consiguiente, el género sea subestimado, debido que están echando a perder el avance significativo que ha logrado en República Dominicana, por estar creando música de contenido sin calidad.

“La gravedad de esta situación ha llevado a que a los exponentes que tienen años trabajando se les pierda el respeto a sus carrera porque decir que eres artista ya no tiene valor por los tantos artistas falsos que existen, ya es un relajo. El delivery del colmado graba una chercha en dembow y ya no es delivery de colmado es artista”, expresa Chico Sandy, locutor de la emisora KQ 94.5 FM.

Además, son endiosados superficialmente (porque gozan de un espacio inversamente proporcional a su talento y preparación), creen además que su palabra es ley en cualquier campo. También influyen en la manera como nos presentan ante el mundo.

En la actualidad, personajes como La Japonesa, Welinton Quiew y El Primo Luka, Pio La Ditingancia, Aliany García, La Mama Maura, Killadamente, Young Swagon y Franchesca La Profeta son denominados artistas urbanos sin por lo menos haberse dedicado a la música antes.

Un criterio
“Este cambio en la música urbana afecta directamente las estrategias de mercado para los que dependen de ella”, asegura el empresario Punto Music.

Para los exponentes urbanos establecidos ya estos pseudos artistas resultan insoportables porque van poblando el universo auditivo con obras que van de la mediocridad al espanto, sin un mínimo de lo que ofrece el marketing de empresas discográficas y con propuestas nulas en educación (musical y general).

Una muestra del enfado urbano fue el desahogo de Vakeró, días atrás, en su cuenta de Instagram, donde expresó que le molesta que le llamen artista urbano porque “ya todo el que sale cantando basura es un artista, yo hago música de calidad”.

En tanto que a Santiago Matías, de Alofoke.music.net, no le molesta que “estos personajes se ganen su peso, pero que por favor no continúen haciendo eso porque dañan la música”.

Luego Matías agregó: “Si usted surgió de las redes haciendo comedia o cualquier disparate quédese ahí y búsquese su dinero haciendo eso, pero no venga a inventar diciendo que es artista urbano porque nos dañan la vida a los que llevamos años en esto”.

BUSCAN UNA OPORTUNIDAD
Los que muchos de estos jóvenes observan es que tienen una oportunidad en las redes sociales de “colarse en el ritmo” y ser aceptados por sus gracias, groserías o parlamentos.

Hay que recordar que en el país el nacimiento de los exponentes del género fue también sin ninguna pretensión artística y musical.

El género urbano creció gracias a la aceptación de la gran mayoría, la clase popular que les permitió a sus exponentes avanzar económicamente, y estos decidieron continuar invirtiendo en sus carreras, observando que entre más inversión mayores beneficios artísticos. Lo cierto es que el fenómeno de estos jóvenes continuará porque también buscan una oportunidad para establecerse como figuras.

Enrique Medina

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