El arte de improvisar es lo menos improvisado que hay.

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Hay algo que particularmente se cree de las y los locutores: que por naturaleza son excelentes improvisando; sin embargo, el arte de la improvisación temática es algo más que sumar palabras y darles sentido espontáneamente. Aquí te dejo algunos tips para que desde Omar Chaparro hasta Adal Ramones se queden callados ante tu improvisación.

  • Mira, improvisar es lo menos improvisado que debes hacer. Así que mi primera sugerencia es que te nutras de información constantemente. Ya lo había dicho la vez pasada: locutor viene de la palabra lóbulo, lupus, luna; es decir, es un circuito de habla, pero este circuito inicia en el oído y a través de la vista, que son los órganos gracias a los cuales se alimenta el locutor y conductor de información para a su vez, él ser difusor de contenidos. Así es que para oreja, escucha, lee, comenta y apunta toda la información que te rodea.
  • Improvisar es un ejercicio creativo que puede ser muy divertido y bien preproducido puede hacer, por un lado, que luzcas muy inteligente, pero ojo, ¡¡una mala improvisación podría acabarte!! Preproducir un discurso es tener elementos esquemáticos del discurso para que, no importa de lo que estés hablando, tu estructura mental pueda procesar un contenido al instante, y que además resulte agudo y significativo para tus escuchas.
  • Así estés hablando acerca de mascotas, comida, cine, cultura, política o ciencias, aunque tengas un guión literal de apoyo ante el micrófono, siempre debes preproducir “un plan B”, que es un contenido que será como “esconder un as bajo la manga”, pero siempre con la previa conciencia de tener preparado el tema que se puede usar en caso de emergencia.
  • ¡Qué no te engañen, el arte de saber improvisar es el acto menos improvisado que existe!: Los mejores pasajes de improvisación lograrán expresarse de tu cerebro hasta tu boca, siempre que hayas estudiado y preparado tu tema con antelación. No lo dejes a la suerte, prepara conscientemente lo que vas a decir, ¡incluso en caso de emergencia!
  • Los elementos del lenguaje discursivo, no importando si este se mantiene un minuto hablando de las pléyades o bien cinco horas continuas acerca de un informe de gobierno presidencial, son siempre los mismos: introducción, desarrollo, argumentación, contrargumentación y cierre o conclusiones.
  • La introducción es un gancho, debe atrapar al radioescucha; aquí, de acuerdo a lo que le he aprendido a Ramiro Aguilera, se puede usar una frase hecha, un refrán, un adjetivo o incluso un efecto que atrape para que se queden escuchándote.
  • La verdad nadie puede improvisar nada sin estructurar de qué se habla, qué se dice de eso, y se dan argumentos y contraargumentos del tema. El desarrollo del tema tiene que contener información que explique el hecho desde dos fuerzas: argumentos y contra argumentos.
  • El cierre del discurso debe ser fuerte, claro, contundente, o llevarte a la reflexión de lo que te aporta el tema desarrollado. Imagina cómo suena que invites a los radioescuchas a pensar, a tomar conciencia, a vivir un divertimento o bien a que tomen conciencia. El cierre de lo que estés improvisando debe ser como un ramillete que conjugue toda la información que diste y que enseguida lleve a las conclusiones.
  • Improvisar también es el resultado adecuado de respirar, de llenar de oxígeno tu cerebro, de dejar que tus conocimientos o cultura te lleven, te inunden. Improvisar es un acto de conciencia, de entretenimiento, pero sobre todo de saber qué decir en el debido momento, pero siempre apoyados en la preparación de la improvisación en todo momento.

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