That ́s rock ́n ́roll!
La otra revolución que inició —o revivió— la WFM fue con el concierto de Rod Stewart en 1989 en la ciudad de Querétaro, que, en cierto sentido, fue una pequeña caída del muro de Berlín a la mexicana, pues este acontecimiento, a pesar de sus momentos caóticos, representó el fin de una larga sequía de conciertos masivos en México y el fin simbólico del autoritarismo de un gobierno que se había cerrado desde Avándaro. Prácticamente el concierto fue nuestro. Nos tocó hacer toda la cobertura, los enlaces, entrevistar a Rod Stewart, regalar boletos. Fue un concierto en el que aprendimos mucho; la gente quería boletos, iban a pedir a la estación porque no habían alcanzado. Recibimos dos portazos cuando estábamos backstage, y casi se nos viene el escenario encima. Miguel (Alemán) y Alejandro (González) —de veintitantos años en ese entonces— estaban desencajados. ¡La tragedia que pudo haber resultado de aquello! La gente estaba encima de las torres de sonido y llegó un momento en que dijimos `Esto ya se salió de control ́.
Quienes tenían a su cargo la seguridad del estadio carecían de experiencia para controlar a la gente en un concierto masivo. Estábamos a punto de que nos cayera esta pared encima cuando salió el manager de Rod Stewart y se hincó en el escenario. Nosotros pensamos que iba a decir que se cancelaba el concierto, pero se arrodilló y dijo: God, that ́s rock ́n ́roll! Y fue corriendo por Rod Stewart. Rod empezó a tranquilizar a la gente —en inglés, no en español, y la gente entendió perfectamente—: `Bajen por favor de las torres para que podamos empezar, acomódense, se pueden lastimar ́. Creo que nunca había visto algo así en su vida y creo que nunca se va a repetir. Cuando empezó a cantar se le salieron las lágrimas porque la gente empezó a corear sus canciones en inglés, y jamás en la vida se lo esperó. Esto fue en 1989; nosotros habíamos empezado en el ’85 y no teníamos tanta experiencia para poder manejar este tipo de cosas; se nos presentaron en el camino y tuvimos que improvisar y superarlas. Lo cierto es que aquel fue su debut y despedida como empresarios. Fue un buen susto, una buena experiencia, pero difícil porque la gente no estaba acostumbrada a portarse en un concierto.
La hora más silenciosa de México
En esos mismos años, Charo se desempeñó además como conductora y realizadora del programa de videos El planeta 6205, se hizo cargo de labores de programación y relaciones públicas en WFM y finalmente de la dirección de la estación en 1992, para lo cual formó un nuevo equipo con Javier Poza, Eduardo Videgaray, Fernanda Familiar y Martha Debayle. Luego, en 1993 fue vicepresidenta de Promoción y Publicidad en la división de Televisa Radio. Sin duda animada todavía por las ganas de compartir sus conocimientos, como de niña con sus hermanos, empezó a combinar sus actividades en los medios con la docencia en las carreras de comunicación de las universidades Iberoamericana y Anáhuac.
Habiendo sido voz institucional de muchas importantes empresas, reconocible por el aplomo y la confianza que transmite, en el año de 2009 se le pidió convertirse en la voz quizá más institucional de la radio nacional, cuando recibió el reto de inyectar vitalidad a La Hora Nacional, un espacio radiofónico del gobierno mexicano que, muchos bromeaban, se convertía en la hora más silenciosa de México, pues cuando empezaba todos apagaban la radio. Bajo su conducción, el programa nacido en 1937 que se transmite a todo el país, alcanzó 40 millones de radioescuchas, la gente empezó a descargar activamente el podcast del sitio de Internet y en general dejó de haber silencio en aquella Hora. Lo que me gusta de este proyecto es que hacemos algo por México, comentó en aquel momento; damos a conocer la cultura de nuestro país, estamos involucrados en el turismo y en (…) recorrer la República Mexicana para destacar las cosas hermosas que tiene la nación. Describimos sus increíbles museos, su gastronomía, el teatro y la música que existe.
Hoy en día, Charo Fernández ha vuelto a la música que le gusta —80s, 90s y más música— en la estación 106.5 Mix de Grupo ACIR, gracias a una invitación de Manuel Fernández, director de producción y programación. Estoy abarcando un abanico bastante amplio en el que me han permitido poner música que estaba olvidada, de la que ya no se sabía desde hace mucho tiempo en ninguna estación. Lancé los “baúles”, enteramente de mi cosecha, que han sido un éxito; la gente añora esa buena música, no sólo la más comercial que sale en las estaciones: Tears for Fears es mucho más que «Shout» —también está su canción «Advise for the Young at Heart»—. Duran Duran no es nada más «Hungry Like the Wolf». Esas bandas tienen música extraordinaria que no se conoce. La gente quiere escuchar y quiere enterarse. La gente aprecia que te hayas preparado para salir al aire, que no seamos improvisados. Hemos sacado especiales de Michael Jackson, de Queen, de The Cure y de Depeche Mode. Cada investigación nos lleva un mes o más. En el último especial de The Cure, obtuvimos 100 millones de impresiones en Twitter, lo cual es una barbaridad. Me parece que ahí está el secreto: saber escuchar a la gente, saber qué es lo que quiere y proporcionárselo.
Los baúles han sido para Charo, sin duda, una suerte de exploración en el fondo del rico mar musical de décadas pasadas, la época de las grandes agrupaciones, del mayor impacto e innovación para la música popular. Sin embargo, Fernández no cree que el rock haya muerto. No estamos escuchando música como la que oímos en los 80 o 90, que fue muy fructífera, porque ya no hay tantas ventanas. Las compañías disqueras están en crisis porque ahora podemos bajar las canciones por Internet. Hoy no se compra la misma cantidad de discos que antes, las empresas no arriesgan tanto en mostrar a más grupos y se van a la segura. Sobre todo en el negocio de la radio, no se arriesga tanto. Pero sí hay buena música, aunque de repente no esté a la vista. Una de las cosas por las que nosotros funcionamos es porque arriesgamos y porque intentamos cosas diferentes. La gente está ávida de creatividad, de nueva música, incluso de música ochentera que no se incluye normalmente entre las 200 o 300 canciones que toca una estación. La gente está cansada de lo mismo, por eso cuando llegas y les muestras algo completamente distinto se sorprenden y saben que nos preocupamos por ellos. Saben que estamos tratando de hacer algo nuevo, que no improvisamos y que los apreciamos y los respetamos. A veces creo que subestimamos a la gente”.
Con una risa muy franca, Charo Fernández recuerda: Hace muchos años me causaba tal vez un poco de conflicto ver cuando alguien me imitaba. Hoy me da gusto. Es satisfactorio porque quiere decir que no lo estoy haciendo tan mal y que la gente me sigue. Quiero creer que estoy haciendo escuela, que estoy desempeñando bien mi trabajo, y qué bueno que a la gente le guste. Eso es un reflejo de que voy por buen camino. Hace mucho tengo claro que yo soy servidora; al final, soy una persona que tiene dones, que tiene aptitudes, que tiene talentos, pero todo ellos están, siempre, para ponerse al servicio de los demás”.
Link a la 1era parte
http://radionotas.com/2017/01/24/frente-al-microfono-siempre-he-sido-yo-charo-fernandez/