Vladimir Putin gana el ‘segundo round’ de la Guerra Fría
Un viejo dicho ruso lo advirtió: «El futuro es brillante, pero el pasado es impredecible». Hace 25 años que dejó de existir la URSS, poniendo fin en forma de derrota a la Guerra Fría que había librado con EEUU durante décadas. Pero el Kremlin poco a poco ha ido retocando ese marcador y hoy no está claro hasta qué punto son independientes los países que abandonaron la órbita socialista, y el papel de única superpotencia de EEUU está puesto en duda. Ya no son los políticos rusos los que se quejan de intervención de Washington en sus asuntos internos, sino al revés. Y la Guerra Fría, que se consideraba enterrada, está cada día en las primeras planas de los periódicos y en las reuniones de la OTAN. El balance de fuerzas ha cambiado. Ahora hay una superpotencia reacia a actuar, EEUU, y una potencia regional dispuesta a arriesgarse, confiada en que la población aguantará cualquier efecto secundario. «Moscú está tratando de volver a forjar su poder global», explica Dimitri Trenin, autor del libro ¿Debería Occidente temer a Rusia?, «pero el presupuesto puede resentirse y desestabilizar el país».