Año redondo para los intereses de Vladimir Putin
Muchas de las cosas que están pasando en la geopolítica actual se pueden apuntar como triunfos del presidente ruso, Vladimir Putin. El auge del populismo en Europa le cae como anillo al dedo al jefe del Kremlin, pues varios de los representantes de esa corriente se consideran sus aliados. En Siria, Rusia parece alzarse en hombros, pues el régimen de Bashar al Asad ya habla de una probable victoria contra los rebeldes y el Estado Islámico. Tampoco se puede dejar de lado la elección de Donald Trump como presidente de EE. UU. El nombre de Putin no solo estuvo presente en la campaña de comienzo a fin (Trump dice admirarlo), sino que muchos atribuyen a hackers ligados a su gobierno la consecución de los correos y discursos privados de la candidata demócrata, Hillary Clinton, revelados por WikiLeaks. A pesar del malestar interno por el triunfo del partido de Putin en las legislativas de septiembre, el 2016 fue un año redondo para este dirigente, que, con un gran músculo militar y sin que nadie lo ronde en la política de su país, no se cansa de alardear de los resultados estratégicos cosechados.