Si bien la radio se adaptó de manera bastante orgánica a las redes sociales y ha aprendido a utilizarlas en su beneficio, no ha aprovechado, ni de lejos, todas las posibilidades que éstas ofrecen.
Quizá todavía no han encontrado la forma de hacerlo. Quizá es que por el momento no interesa. Sin embargo, internet y las redes sociales permiten conocer el perfil del oyente con muchísima exactitud, una información muy valiosa que las empresas radiofónicas podrían aprovechar para crear una oferta de contenidos personalizada y, en consecuencia, una publicidad también personalizada. Igual que hacen Google y Facebook. Pero la tradicional fórmula de la radio –cuyo precio se basa en el número de oyentes de la emisora y no en la calidad o el perfil de éstos– todavía tiene mucho peso.
Es tiempo de empezar a pensar como lo hacen estos gigantes tecnológicos, de segmentar de manera más precisa a la audiencia a fin de ofrecer a los anunciantes las mismas ventajas que obtienen al realizar inversiones publicitarias en internet y evitar así que esos presupuestos migren a otros medios.
La radio ha demostrado una y otra vez su capacidad de adaptación y su fortaleza para hacerle frente a otros medios. Este momento es idóneo para empezar a desarrollar estrategias de venta mucho más ligadas a las redes sociales y ofrecer a los clientes nuevas y variadas oportunidades de negocio.
Por Pilar Ortega
