Hasta hace algunos años, cuando se quería segmentar cualquier producto, desde un bien o servicio, hasta un programa de radio, se fraccionaba demográficamente, es decir, por edades, ingresos, zona donde la persona vivía, sexo, educación, religión, raza, nacionalidad, entre otras variables; sin embargo, con el avance de la mercadotecnia, los expertos se dieron cuenta que dentro de un mismo grupo de edades podía haber personas con gustos y preferencias opuestas, con lo cual la segmentación demográfica empezaba a ser de cierto modo obsoleta.
¿Te imaginas la inmensidad de gustos y preferencias que pueden existir entre jóvenes de 18 a 25 años nivel socioeconómico D+? Muchísimas, es por ello que se optó por implementar los estudios psicográficos, en donde se empezaron a definir perfiles de consumidores de un mismo producto, llegando a la conclusión que una misma marca podía conectar con personas que aparentemente no tuvieran que ver entre sí.
En una antigua etapa del marketing, se tenía una idea corta, en la cual los productos podían dirigirse a un grueso de la población, por ejemplo, a todos los adultos mayores de más de 60 años. Con el tiempo los expertos se dieron cuenta que era en vano invertir tanto dinero en medios, intentando llegar a todo ese público, ya que, dentro del universo, habría adultos mayores con cualidades similares entre sí, pero con intereses opuestos, los cuales ni de broma comprarían un producto. Justo por esto empezó a crecer la segmentación psicográfica basada en gustos, intereses, ideologías y tendencias, acercando verdaderamente a los ojos de los ejecutivos de marca, a sus potenciales consumidores.
“¿Preferiría un concesionario de automóviles llegar a una persona de 35 años que no está considerando comprar un automóvil en el corto plazo o una persona de 56 años que planea comprar un automóvil durante el próximo año? La respuesta es obvia”, menciona Marc Greenspan, experto en radio estadounidense.
Con esto no estamos diciendo que la segmentación demográfica no tenga nada importante qué aportar, ya que en definitiva podremos saber cuáles es grupo de edad que más nos consume y su nivel socioeconómico, sin embargo, para lograr un mayor éxito publicitario, será esencial indagar más al respecto.
Algunos de los instrumentos cualitativos que pueden usarse en una investigación de mercados para dirigir un producto a algún segmento, son: Entrevistas a profundidad, observación participante, análisis documental, historias de vida, grupos focales.
Sí, hoy en día para algunas cosas resulta más efectiva la investigación cualitativa, sin embargo, la cuantitativa (demografía), también es muy importante, por lo que se recomienda hacer las dos por separado y combinar datos para llegar a hallazgos certeros.
Esta nota fue realizada con base en un artículo publicado por Marc Greenspan a través de Radio Ink.
