Opinión: One, two… One, two, three, four
La noche del sábado se llevó a cabo en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, la edición 2.0 del concepto Ídolos, el cual fue creado y producido por Hugo Mejuto en compañía de su equipo de trabajo. En esta ocasión, las cantantes encargadas de engalanar la noche con su derroche de belleza y talento fueron Belinda, Paulina Rubio y Martha Sánchez. En este texto me gustaría expresar un poco mis puntos de vista sobre este peculiar concierto, ya que, aunque vi a fans que salieron muy satisfechos, la realidad de las cosas es que la organización del evento se tornó un poco desatinada.
- La venta de boletos
Hubo un error de mercadotecnia y logística muy grave; que evidentemente se verá reflejado en los bolsillos del productor, ya que el concierto fue anunciado con un mes de anticipación. Sólo se contaba con 30 días para vender poco más de 18 mil boletos, una labor titánica, que evidentemente no se logró, por lo que se tomaron las siguientes medidas:
La primer medida fue desactivar la sección E del precio más económico del recinto. Todas las personas que habrían comprado boleto para esta sección fueron reubicadas en la sección D, algo injusto, para los que gastaron más en esta zona D.
La segunda medida consistió en que ante el poco éxito en la venta de localidades, la producción puso al 2×1 el boletaje de todas las secciones. A lo mucho con esta medida se habrán podido colocar máximo 1000 butacas.
La tercera medida y la más impactante, fue que a unos cuantos días del evento, en el mapa de Ticketmaster desaparecieron zonas completas de asientos, para así comenzar a regalar los boletos en masividad.
- El evento
El boleto tenía marcadas las 20:00 horas como momento de inicio del show, sin embargo, 20:10 de la noche, el show no iniciaba y había alrededor de un 20% de las butacas del Palacio de los Deportes ocupadas. Al paso de la noche se fue llenando hasta llegar aproximadamente a un 80% al iniciar el show a las 20:45 horas, lo cual fue bastante bueno, considerando el panorama anterior que comenté en el punto de venta de boletos.
Con un público visiblemente emocionado abrió el show Paulina Rubio, en donde evidentemente faltó ensayo por parte de la cantante ya que al interpretar el primer tema y gran éxito, titulado ‘Mío’, la intérprete pudo pronunciar apenas 5 veces la frase mío, quedándose el resto de la canción callada. Esto debido a que la música se encontraba en otro tono distinto al original, por lo que cada vez que Paulina intentaba entrar a la canción, entraba desentonada. Al grado que dos de sus guitarristas tuvieron que ir a cantarle al oído para indicarle la tonalidad de la canción, sin embargo, ni así se solucionó el problema.
Después de 45 minutos terminó un lindo show de Paulina Rubio, la cual no interactuó con sus otras dos compañeras de cartel y lo cual fue muy evidente.
Sin embargo, no todo fue malo, ya que después de unos minutos, salió Marta Sánchez a cantar con la gran voz que la caracteriza y Belinda, con su dulzura vocal ya conocida; en esta parte del show las artistas estaban alternando tres canciones una y tres canciones otra; y en momentos cantaban juntas. Evidentemente Paulina Rubio no quiso compartir su escenario con nadie más, ya que nunca más volvió a salir durante el show, después de terminada su actuación en solitario.
Sin duda alguna la parte del concierto que interpretaron Marta y Belinda se notaba la química entre ambas artistas, además que las dos llevaban bailarines y cambios de vestuario, cosa que no sucedió con Paulina Rubio.
Realmente la labor titánica que realizó el productor Hugo Mejuto, es de aplaudirse, porque a pesar de que no se pudo ver una logística bien ejecutada, al final, esos pequeños detalles no empañaron la noche en donde las tres cantantes cumplieron con su objetivo y cada una se lució.